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DISEÑO E IMPLEMENTACIÓN DE PROTOCOLOS DE INTERVENCION NEUROPSICOPEDAGÓGICA. FASE III
Especialización en Neuropsicopedagogía, VIII Cohorte - 2008
concepto de deficiencia, no entendida como algo inherente al individuo sino como una
construcción social de dicho concepto.
Dado que el funcionamiento de una persona con discapacidad cognitiva puede mejorarse si
se le proporciona los apoyos necesarios durante un tiempo prolongado, los apoyos naturales
resultan más eficaces y son el medio más eficiente y continuado para incrementar, la
independencia/interdependencia, la productividad, la integración en la comunidad y el nivel
de satisfacción. En este sentido, los servicios de rehabilitación elaborar una planificación
centrada en la persona con sus posibilidades y limitaciones y desarrollar un sistema de
apoyo funcional dentro de la comunidad, es decir, en entornos normalizados.
La implementación del modelo de la AAMR (Verdugo & Jenaro, 1999) requiere un proceso
de tres fases que permita:
- Identificar las capacidades intelectuales (coeficiente intelectual inferior a 70) y el nivel de
destrezas adaptativas en las siguientes áreas: comunicación, cuidado de sí mismo, vida en
el hogar, destrezas sociales, empleo de recursos comunitarios, autodirección, salud y
seguridad, aspectos cognitivos de tipo funcional, ocio y trabajo.
- Comprender la estructura y expectativas del entorno social y personal (casa,
trabajo/escuela, comunidad). Implica describir los aspectos fuertes y débiles de la persona
referidos a aspectos psicológico/emocionales, estado físico y de salud, etiología de la
discapacidad, descripción del entorno habitual y del ambiente óptimo que facilitaría el
crecimiento y desarrollo del individuo.
- Identificar los recursos, funciones e intensidades de los apoyos necesarios en las
siguientes dimensiones: funcionamiento intelectual y destrezas adaptativas, condiciones
psicológicas/emocionales, consideraciones de salud física y etiología y consideraciones
ambientales. Estos apoyos se refieren a recursos y estrategias que permiten que los
individuos puedan relacionarse con su entorno (hogar, escuela, trabajo) y que incrementen
su interdependencia, independencia, productividad, integración en la comunidad y
satisfacción personal.
Es claro entonces, que los profesionales involucrados en procesos de intervención,
necesariamente se ven abocados a asumir el cambio paradigmático en el campo de la
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