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DISEÑO E IMPLEMENTACIÓN DE PROTOCOLOS DE INTERVENCION NEUROPSICOPEDAGÓGICA. FASE III
Especialización en Neuropsicopedagogía, VIII Cohorte - 2008
variaciones. De la rigurosidad en la aplicación de los reforzadores y otros instrumentos de
índole conductual, dependen en gran medida los avances en el desarrollo del niño.
Siguiendo a Garza (2000), para la planeación de la terapia conductual, existen cuatro
métodos generales de manejo que se deben aplicar: 1. Anticipación: en la que se debe
tener en cuenta la anticipación a las necesidades e intereses del niño, por lo que el
terapeuta deberá tener conocimientos sobre crecimiento y desarrollo, para ser capaz de
prever sus necesidades y de esta manera, evitar conductas problema. 2. Desviación: es
oportuno llevar algún elemento o actividad agradable para el niño, en el momento en que la
conducta inadecuada va a presentarse. 3. Sustitución: es dirigir la atención del niño de una
actividad a otra agradable cuando esté realizando otra actividad diferente a la solicitada o
una conducta inadecuada. 4. Restricción: Es el proceso de establecer límites a la conducta
de manera que no se dañe físicamente y que no agreda a otros. Consiste en sujetar al niño
e inmovilizarlo hasta que se calme o llevarlo a un área en que sea imposible que realice la
conducta blanco.
Por otra parte, Rodríguez (1995) resalta que una de las técnicas conductuales más
innovadoras de extinción llamada “sobrecorrección” resulta muy eficaz a la hora de
intervenir en TGD ya que logra eliminar aquellas conductas no deseadas presentes en estos
cuadros clínicos y que constituyen, en última instancia, el propósito fundamental al emplear
el enfoque ABA (además de que pretende lograr una mejor adaptación al medio generando
comportamientos funcionales). Este autor menciona que existen algunas formas básicas de
extinción que son la sobrecorrección restitucional, la cual implica que a la persona se le
exige realizar una restitución de su conducta inapropiada corrigiendo la situación y
restaurando el ambiente; la sobrecorrección por práctica positiva cuyo énfasis se sitúa en la
práctica extensiva de conductas positivas, que son físicamente incompatibles con la
conducta inapropiada. Este tipo es el utilizado con éxito para la supresión de conductas
autoestimulatorias y se denomina también ‘reversión autística’. El refuerzo – interrupción
que es una variación de la anterior y se utiliza para eliminar la aversividad de la ayuda
manual de la sobrecorrección postural. Consiste en pedirle al niño, mientras está sentado,
que descanse las manos sobre su regazo o sobre la mesa durante 2 minutos. Esta postura
exigida es prácticamente incompatible con los movimientos de brazos, dedos, manos y
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