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DISEÑO E IMPLEMENTACIÓN DE PROTOCOLOS DE INTERVENCION NEUROPSICOPEDAGÓGICA. FASE III
Especialización en Neuropsicopedagogía, VIII Cohorte - 2008
la conducta; también educa al paciente para que pueda examinar las evidencias que están a
favor o en contra de sus pensamientos, es decir sus propias cogniciones para corregir las
distorsiones y sustituir las cogniciones por interpretaciones más objetivas.
Otra de las intervenciones representativas de este enfoque es la terapia de resolución de
problemas en la que se enseña al sujeto a tomar decisiones, mediante alternativas que se
muestran según sea el caso, como las más eficaces para resolver el problema en cuestión,
(D'Zurilla & Godfried, 1971, citados por Castañeda, 1998). Por su parte, con las terapias de
afrontamiento (Meichenbaum, 1972, citado por Fernández Abascal et al (1997) se pretende
desarrollar en el sujeto habilidades necesarias y suficientes para enfrentar situaciones
estresantes; se utiliza preferentemente ante el control de la agresividad y resulta muy
pertinente en el caso de los trastornos del comportamiento donde algunos factores de
mantenimiento de los mismos se encuentran en un medio que es de igual forma violento.
Las técnicas basadas en los principios del autocontrol, se suelen utilizar en combinación con
las anteriores; las más utilizadas son los autorregistros a través de los cuales el paciente
aprende a observar su propia conducta y a modificarla, así como a manejar la relación entre
los acontecimientos, su interpretación, valoración subjetiva y sus efectos emocionales y
conductuales. Este enfoque considera que el problema del comportamiento del niño o niña
es consecuencia de un retraso en el desarrollo de sus habilidades cognitivas (habilidades
ejecutivas, para el procesamiento del lenguaje, para regular las emociones, flexibilidad
cognitiva y habilidades sociales).
Uno de los modelos empleados para el tratamiento de los trastornos de la conducta es el
desarrollado por Green y Kreuter (1991) citados por García, Owen & Alarcón (s.f.) y
conocido como Colaboración en la Solución de Problemas (CPS), desarrollado
específicamente para el manejo de niños con conductas disruptivas (conductas inflexibles
y/o explosivas), frecuentes también en los niños con TDAH, sobre todo si presentan
comorbilidad con el trastorno negativista desafiante. Consiste en enseñar a los padres a
entender las características de un niño con trastornos comportamentales y comprender que
si el niño es inflexible y explosivo es porque le cuesta controlar sus emociones, fácilmente
se frustra ante una dificultad y tiene poca capacidad de adaptación. Según estos autores la
conducta explosiva se suele dar cuando las demandas cognitivas superan la capacidad del
niño para responder de una forma adaptativa. Estos autores consideran que la capacidad de
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