1 universidad de manizales facultad de psicología monografia ...

DISEÑO E IMPLEMENTACIÓN DE PROTOCOLOS DE INTERVENCION NEUROPSICOPEDAGÓGICA. FASE III
Especialización en Neuropsicopedagogía, VIII Cohorte - 2008
Estos aportes resultan exitosos en la medida en que su aplicación esté respaldada por el
fundamento teórico-conceptual del profesional, no sólo en los aspectos propios del
neurodesarrollo, sino también en los aspectos relativos a la intervención pertinente y
específica. En los siguientes apartados se sintetizan algunos de estos aportes como marco
introductorio a la ampliación teórico-conceptual de enfoques y modelos de intervención en
en niños con trastornos del desarrollo y con talentos o capacidades excepcionales, temática
que se desarrolla extensamente en el capítulo 2 de esta monografía.
La intervención en Trastornos Específicos del Aprendizaje (TEA) se ha apoyado en dos
grandes orientaciones: el modelo del déficit y el modelo metacognitivo. El primero y
concretamente en los trastornos de la lectura y la escritura por ejemplo, asume la existencia
de una organización cognitiva diferente, concepto apoyado en conocimientos surgidos de la
neuropsicología cognoscitiva, planteando como énfasis el reentrenamiento directo en los
procesos deficitarios. El segundo modelo, por el contrario, está en el orden de las
propuestas centradas en el “aprender a aprender” y “enseñar a pensar”, cuya base teórica
remite al entrenamiento en los aspectos metacognitivos, destacando al alumno como ser
autónomo y auto-regulado y por lo tanto, controlador de su propio aprendizaje. Así, su
desarrollo y aprendizaje se convierte en una búsqueda activa y constructiva en la que el
profesor es el mediador y el alumno se encarga de aprender a aprender.
La escuela soviética por su parte plantea, que el énfasis debe ser el estimular el fondo
neurofisiológico como soporte material del desarrollo, según sus principios y leyes, a partir
de un modelo integrador del trabajo de los dos hemisferios cerebrales con reforzamiento de
la actividad del hemisferio derecho. De esta forma se contribuiría a fortalecer los enlaces
intra e interhemisféricos (enlaces funcionales cerebrales) y a reorganizar el pensamiento en
las diferentes etapas evolutivas piagetanas lo cual favorecería un cambio en la estructura
psicológica de la actividad mental. Adicionalmente, el desarrollo de las áreas terciarias (5 a 8
años hasta adolescencia) permitiría una más compleja e integrada actividad cognoscitiva del
niño, en donde el papel regulador del lenguaje en la conducta (desde los 5 años):
conllevaría al cambio de la estructura psicológica de los restantes procesos mentales.
En cuanto al manejo de Trastornos Comportamentales, una línea de trabajo que se
destaca es la cognitivo-comportamental. Sin embargo, aproximaciones denominadas
multimodales, se postulan como las que más beneficios aportan, como sucede en el caso de
niños y niñas con TDAH, ya que se ha demostrado que el uso de tratamientos combinados
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