Tempestades de acero
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Ernst Jünger <strong>Tempesta<strong>de</strong>s</strong> <strong>de</strong> <strong>acero</strong><br />
La lectura comparada <strong>de</strong> las seis versiones <strong>de</strong> este libro <strong>de</strong>ja claro su sentido: hay algo que no ha sido<br />
nunca Jünger en su vida, un oportunista. Más bien cabría <strong>de</strong>cir que ha sido siempre un inoportuno o, si<br />
se quiere, un intempestivo, en el sentido que a esta palabra daba Nietzsche.<br />
La primera versión <strong>de</strong>l libro (1920) era un híbrido <strong>de</strong> partes narrativas y partes reflexivas; en estas<br />
últimas hacía el autor consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong> índole teórica sobre la conducción <strong>de</strong> la guerra. Muy pronto se<br />
dio cuenta Jünger <strong>de</strong> la escisión que ese método introducía en su obra y por ello procedió a eliminar en<br />
las sucesivas versiones tales partes reflexivas, que concentró en un libro célebre: La lucha como vivencia<br />
interior (primera edición, 1922). Siempre intempestivo, Jünger dio a la tercera versión <strong>de</strong> su obra (1924)<br />
un giro nacionalista. En un momento en que los alemanes pretendían «reprimir», en sentido freudiano, el<br />
concepto <strong>de</strong> Alemania, el autor <strong>de</strong> <strong>Tempesta<strong>de</strong>s</strong> <strong>de</strong> <strong>acero</strong> agregó a su obra esta frase final: «Aunque la<br />
violencia <strong>de</strong>l exterior y la barbarie <strong>de</strong>l interior se amontonen formando oscuras nubes, mientras en la<br />
oscuridad brillen y flameen las espadas habrá que <strong>de</strong>cir: Alemania está viva, Alemania no perecerá».<br />
Retroactivamente, esta frase (que únicamente figura en esa versión) <strong>de</strong>steñía sobre todo el texto anterior<br />
y lo coloreaba con un matiz muy concreto. Algo similar, en el mismo sentido <strong>de</strong> la inoportunidad, hizo<br />
Jünger en la quinta versión, la <strong>de</strong> 1935: eliminó <strong>de</strong>l libro su retrato, la reproducción facsimilar <strong>de</strong> su<br />
firma, la <strong>de</strong>dicatoria y los prólogos que habían figurado en todas las ediciones anteriores; extirpó,<br />
a<strong>de</strong>más, todos aquellos elementos que pudieran dar pie a su aprovechamiento por los nazis y agregó<br />
frases que hacían imposible su obra para éstos. Un verda<strong>de</strong>ro y peligroso <strong>de</strong>safío.<br />
Las versiones cuarta (1934) y sexta (1961) representan sobre todo un esfuerzo estilístico para corregir<br />
la inmadurez literaria <strong>de</strong> la primera edición; pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que en su versión actual y <strong>de</strong>finitiva no hay ni<br />
una sola frase que no haya sido revisada y mejorada.<br />
La traducción que aquí se ofrece está hecha, claro está, sobre la versión que su autor establece como<br />
<strong>de</strong> «última mano» en la segunda edición <strong>de</strong> sus Obras completas en dieciocho volúmenes (Klett-Cotta,<br />
Stuttgart, 1978).<br />
Así como <strong>Tempesta<strong>de</strong>s</strong> <strong>de</strong> <strong>acero</strong> abarca en veinte capítulos la totalidad <strong>de</strong> la primera guerra mundial,<br />
el segundo <strong>de</strong> los libros incluidos en este volumen, y nunca antes traducido al castellano, El bosquecillo<br />
125, está consagrado exclusivamente a un mes <strong>de</strong>l conflicto. Publicada por vez primera en 1925, como<br />
antes se dijo, también esta obra fue sometida por el autor a una profundísima revisión en su sexta edición<br />
(1935). La versión <strong>de</strong>finitiva, que ha servido para esta traducción, es la incluida por Jünger en la última<br />
edición <strong>de</strong> sus Obras completas.<br />
En un apunte que aparece manuscrito en su Diario el 18 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1946, pero que luego no fue<br />
incluido en la obra Años <strong>de</strong> ocupación (perteneciente a los Diarios <strong>de</strong> la segunda guerra mundial), dice<br />
Jünger: « Una página <strong>de</strong> prosa revisada una y otra vez para hacer mejoras en ella se asemeja a una<br />
herida a la que no <strong>de</strong>jamos cicatrizar». De esta herida sin cicatrizar, que halló su expresión artística en<br />
<strong>Tempesta<strong>de</strong>s</strong> <strong>de</strong> <strong>acero</strong>, <strong>de</strong>jó escrito André Gi<strong>de</strong> en su Diario (1 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1942) estas significativas<br />
palabras: «Le livre d'Ernst Jünger sur la guerre <strong>de</strong> 1914, Orages d'aceir, est incontestablement le plus<br />
beau livre <strong>de</strong> guerre que j'ai lu; d'une bonne foi, d'une véracité, d'une honnéteté parfaites».<br />
5<br />
A.S.P.