11.05.2013 Views

Tempestades de acero

Tempestades de acero

Tempestades de acero

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Ernst Jünger <strong>Tempesta<strong>de</strong>s</strong> <strong>de</strong> <strong>acero</strong><br />

La retirada <strong>de</strong>l Somme<br />

A finales <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1917 me reincorporé a mi regimiento, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía algunos días <strong>de</strong>fendía<br />

una posición próxima a las ruinas <strong>de</strong> Villers-Carbonell; allí tomé el mando <strong>de</strong> la Octava Compañía.<br />

El camino que llevaba a las trincheras <strong>de</strong> combate iba serpenteando por la región siniestra y <strong>de</strong>solada<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>presión pantanosa <strong>de</strong>l río Somme. Un viejo puente, ya muy <strong>de</strong>teriorado, cruzaba la corriente.<br />

Había, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> él, otros sen<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> aproximación. Eran pasarelas afirmadas con troncos y atravesaban<br />

la cuenca pantanosa que se extien<strong>de</strong> en la <strong>de</strong>presión. En ellas era preciso hen<strong>de</strong>r en fila india los extensos<br />

cañaverales que allí había, y que crujían cuando los atravesábamos, y cruzar también extensiones <strong>de</strong> agua<br />

cuya superficie era <strong>de</strong> un negro brillante. Cuando en estos lugares caían granadas, que lanzaban hacia el<br />

cielo altas columnas <strong>de</strong> fango parecidas a surtidores, o cuando sobre las superficies pantanosas vagaban<br />

las ráfagas <strong>de</strong> las ametralladoras enemigas, lo único que uno podía hacer era apretar los dientes, pues iba<br />

caminando como por una cuerda a cuyos lados no había nada en que refugiarse. Por ello teníamos<br />

siempre una sensación <strong>de</strong> alivio cuando divisábamos unas cuantas locomotoras a las que los proyectiles<br />

habían otorgado, al <strong>de</strong>strozarlas, unas formas fantasmagóricas y que se habían quedado paradas sobre<br />

unos raíles en la escarpada orilla <strong>de</strong>l otro lado; ellas anunciaban el final <strong>de</strong>l camino.<br />

En la <strong>de</strong>presión <strong>de</strong>l río estaban las al<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Brie y <strong>de</strong> SaintChrist. Torres <strong>de</strong> las que lo único que se<br />

conservaba era una única y <strong>de</strong>lgada pared, en los orificios <strong>de</strong> cuyas ventanas jugaba la luz <strong>de</strong> la luna, así<br />

como oscuros montones <strong>de</strong> ruinas <strong>de</strong> las que sobresalía una confusa armazón <strong>de</strong> vigas, y también árboles<br />

aislados, <strong>de</strong>spojados <strong>de</strong> sus ramas, que se alzaban en dilatadas llanuras <strong>de</strong> nieve, en las cuales se<br />

<strong>de</strong>stacaban, cual dibujos <strong>de</strong> una alfombra, los negros agujeros <strong>de</strong>jados por las explosiones, festoneaban el<br />

camino como rígidas bambalinas metálicas, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> las cuales permanecía al acecho la realidad<br />

fantasmal <strong>de</strong> aquel paisaje.<br />

Después <strong>de</strong> un período <strong>de</strong> mucho cieno las trincheras <strong>de</strong> lucha acababan <strong>de</strong> ser acondicionadas <strong>de</strong><br />

nuevo, bien que <strong>de</strong> un modo precario. Los jefes <strong>de</strong> sección me contaron que durante algún tiempo, para<br />

no exponerse al peligro <strong>de</strong> perecer ahogados, habían realizado el relevo usando únicamente bengalas<br />

luminosas. Una bengala disparada oblicuamente sobre la trinchera significaba: «Dejo la guardia»; otra,<br />

disparada en dirección contraria: «Me he hecho cargo <strong>de</strong> ella».<br />

Mi abrigo quedaba a unos cincuenta metros <strong>de</strong> la primera línea y se hallaba en una zanja transversal;<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> mí y <strong>de</strong> mi pequeña plana mayor lo habitaba también un pelotón que estaba directamente a mis<br />

ór<strong>de</strong>nes. El abrigo era seco y estaba bien construido. En sus dos entradas, que estaban tapadas con lonas<br />

<strong>de</strong> tienda <strong>de</strong> campaña, había unas estufas <strong>de</strong> hierro con largos tubos para dar salida al humo; a menudo,<br />

cuando el enemigo nos bombar<strong>de</strong>aba, caían rodando por ellos, con un estruendo horrible, gran<strong>de</strong>s trozos<br />

<strong>de</strong> tierra. De la galería salían, en ángulo recto, algunos ramales ciegos que venían a ser como unas celdas<br />

diminutas. En una <strong>de</strong> ellas me instalé. Aparte <strong>de</strong> un estrecho camastro, una mesa y unas cuantas cajas <strong>de</strong><br />

granadas <strong>de</strong> mano, el resto <strong>de</strong>l mobiliario se componía <strong>de</strong> unos pocos objetos que me eran familiares<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía mucho tiempo: una estufa <strong>de</strong> alcohol, una palmatoria, una c<strong>acero</strong>la y mis armas personales.<br />

También aquí teníamos todas las noches una agradable hora <strong>de</strong> charla; cada cual se acurrucaba encima<br />

<strong>de</strong> veinticinco granadas <strong>de</strong> mano cargadas. Se reunían conmigo los otros dos oficiales <strong>de</strong> la compañía,<br />

Hambrock y Eisen, y creo que las reuniones subterráneas <strong>de</strong> nuestro pequeño grupo, celebradas a<br />

trescientos metros <strong>de</strong>l enemigo, resultaban bastante curiosas.<br />

Hambrock, astrónomo <strong>de</strong> profesión y hombre muy aficionado a E.T.A. Hoffmann, solía hablar largo y<br />

tendido acerca <strong>de</strong> la observación <strong>de</strong>l planeta Venus; aseguraba que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Tierra jamás se podía<br />

73

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!