11.05.2013 Views

Tempestades de acero

Tempestades de acero

Tempestades de acero

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Ernst Jünger <strong>Tempesta<strong>de</strong>s</strong> <strong>de</strong> <strong>acero</strong><br />

La operación tuvo este comienzo: las balas <strong>de</strong> nuestras propias ametralladoras empezaron a revolotear<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> nuestras piernas y a estrellarse contra la pendiente. Por este motivo surgió una acalorada<br />

discusión entre el pequeño Schultz y yo, pues él era el que había apuntado las ametralladoras. Pero nos<br />

reconciliamos cuando Schultz me <strong>de</strong>scubrió <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> una mata conversando con una botella <strong>de</strong> Borgoña<br />

que me había llevado como reconstituyente para aquella dudosa aventura.<br />

A la hora fijada llegó zumbando la primera granada; cayó a cincuenta metros <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> nosotros. Antes<br />

<strong>de</strong> que nos diera tiempo a asombrarnos <strong>de</strong> aquel extraño tiroteo, una segunda granada dio en la pendiente,<br />

cerca <strong>de</strong> don<strong>de</strong> estábamos, e hizo caer sobre nosotros una lluvia <strong>de</strong> tierra. Esta vez ni siquiera pu<strong>de</strong><br />

mal<strong>de</strong>cir a nadie, pues yo mismo había graduado el tiro.<br />

Tras esta introducción tan poco alentadora seguimos avanzando, pero más por motivos <strong>de</strong> honor que<br />

porque abrigásemos la esperanza <strong>de</strong> tener éxito. Nos cupo la suerte <strong>de</strong> que los centinelas enemigos<br />

hubieran abandonado, al parecer, sus puestos; <strong>de</strong> lo contrario habríamos encontrado una acogida nada<br />

suave. Por <strong>de</strong>sgracia no dimos con la ametralladora, aunque también es verdad que no estuvimos mucho<br />

tiempo buscándola. Es probable que estuviese en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los ingleses <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mucho antes.<br />

Mientras regresábamos, Schultz y yo volvimos a <strong>de</strong>cirnos claramente lo que pensábamos el uno <strong>de</strong>l<br />

otro; yo, sobre la instalación <strong>de</strong> sus ametralladoras, y él, sobre la regulación <strong>de</strong> las piezas <strong>de</strong> artillería.<br />

Había graduado el tiro con tal exactitud que me resultaba incomprensible lo ocurrido. Hasta más tar<strong>de</strong> no<br />

supe que las piezas <strong>de</strong> artillería tiran más corto por la noche y que tenía que haber agregado cien metros<br />

cuando señalé la distancia. Luego <strong>de</strong>liberamos sobre lo más importante <strong>de</strong> aquella operación: el parte. Lo<br />

redactamos <strong>de</strong> tal manera que todo el mundo quedó contento.<br />

Aquellas escaramuzas terminaron, pues al día siguiente vinieron a relevarnos tropas <strong>de</strong> otra división.<br />

Volvimos provisionalmente a Montbréhain y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí marchamos a pie a Cambrai; en esta ciudad<br />

pasamos casi todo el mes <strong>de</strong> julio.<br />

Aquel puesto <strong>de</strong> vigilancia avanzado se perdió <strong>de</strong>finitivamente la noche que siguió a nuestro relevo.<br />

93

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!