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Tempestades de acero

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Ernst Jünger El bosquecillo 125<br />

en la estacada y logré arrancarlo <strong>de</strong> las garras <strong>de</strong> un consejo <strong>de</strong> guerra; gracias a mi intervención, el jefe<br />

<strong>de</strong> nuestro batallón echó tierra al asunto y liquidó bajo mano el problema con unos cuantos días <strong>de</strong><br />

arresto. Pero los incordios causados por Otto recomenzaron inmediatamente.<br />

Si ahora lo he tomado <strong>de</strong> asistente, ha sido también sobre todo para alejarlo durante una temporada <strong>de</strong><br />

las miradas <strong>de</strong>l sargento. Lo necesito, a<strong>de</strong>más, para una pequeña operación que tengo pensado realizar<br />

pasado mañana. Pero presiento oscuramente que mis asuntos personales van a estar muy mal atendidos<br />

durante los próximos días.<br />

Primera línea<br />

A última hora <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> vino a visitarme el jefe <strong>de</strong> la compañía situada directamente a nuestra<br />

<strong>de</strong>recha, la cual pertenece a un batallón diferente <strong>de</strong>l nuestro; es un alférez y quería hablar conmigo<br />

acerca <strong>de</strong>l modo <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r el tramo <strong>de</strong> trinchera que separa nuestros dos sectores y que carece <strong>de</strong><br />

guarnición.<br />

Otto tuvo que mostrar enseguida sus habilida<strong>de</strong>s y prepararnos un cazo <strong>de</strong> ponche caliente, utilizando<br />

para ello un cartucho <strong>de</strong> alcohol sólido. Mi visitante y yo nos sentamos en mi banco <strong>de</strong> verano y allí<br />

estuvimos bebiendo y fumando; como el bochorno <strong>de</strong>l día continuaba aferrado a la trinchera, pronto se<br />

apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> nosotros esa agradable sensación <strong>de</strong> aniquilamiento que los rusos llaman, según he oído <strong>de</strong>cir,<br />

«el tercer sudor». Los grillos se pusieron a cantar; mi visitante se había <strong>de</strong>spojado <strong>de</strong> su guerrera y había<br />

colocado su pistola encima <strong>de</strong> la mesa. Nos sentíamos tan <strong>de</strong>sfallecidos y cómodos como si estuviéramos<br />

sentados <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> una casa forestal en medio <strong>de</strong>l bosque.<br />

Me contó que en el momento <strong>de</strong> partir para la guerra pertenecía al cuerpo <strong>de</strong> zapadores y que luego se<br />

mudó a la infantería. Al comienzo <strong>de</strong> la guerra los zapadores nos llevaban mucha ventaja a los infantes en<br />

lo referente a la lucha <strong>de</strong> posiciones, una modalidad <strong>de</strong> combate que pronto iba a <strong>de</strong>sempeñar un papel tan<br />

importante e inesperado. Ya en tiempos <strong>de</strong> paz habían recibido una buena instrucción acerca <strong>de</strong>l modo <strong>de</strong><br />

atacar las gran<strong>de</strong>s fortificaciones y se habían familiarizado con las armas que resultan indispensables en<br />

esas tareas. Ellos fueron los primeros que trabajaron con granadas <strong>de</strong> mano y con minas, y <strong>de</strong> sus<br />

pequeños <strong>de</strong>stacamentos <strong>de</strong> asalto, enviados por <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> las oleadas <strong>de</strong> atacantes, fue <strong>de</strong> don<strong>de</strong> salió<br />

luego la unidad <strong>de</strong> choque, ese puñado <strong>de</strong> hombres <strong>de</strong>cididos que, cuando combaten, se atienen a una<br />

or<strong>de</strong>nadísima y rigurosísima división <strong>de</strong>l trabajo y que están <strong>de</strong>stinados a abrir una brecha por la cual<br />

puedan pasar luego las masas <strong>de</strong> soldados. Esta misión <strong>de</strong> los zapadores fue traspasada luego a la<br />

infantería; con ello, las dos gran<strong>de</strong>s formas <strong>de</strong> combate <strong>de</strong> ésta, el fuego y el movimiento, adquirieron una<br />

complicación mucho mayor <strong>de</strong> la sospechada.<br />

Des<strong>de</strong> el instante en que se inició la guerra <strong>de</strong> posiciones tenía que llegar para el guerrero un momento<br />

en que iba a parecerle más atractiva la actividad <strong>de</strong> los infantes que la <strong>de</strong> los zapadores; a éstos se los<br />

empleaba más en tareas <strong>de</strong> construcción que <strong>de</strong> lucha. Por ello comprendí muy bien a mi visitante cuando<br />

me contó su cambio <strong>de</strong> arma; dijo que prefería oír cómo silbaban a su alre<strong>de</strong>dor las balas que no estar<br />

encargado <strong>de</strong> un parque <strong>de</strong> zapadores en la retaguardia.<br />

Era un bello atar<strong>de</strong>cer y yo estaba feliz <strong>de</strong> tener allí a aquel inesperado visitante. Pronto se le <strong>de</strong>strabó<br />

la lengua y se puso a contarme sus aventuras bélicas; lo hacía con ese tono <strong>de</strong> indiferencia que otorga una<br />

fuerza tan especial a las cosas terribles. Aquel alférez conocía la totalidad <strong>de</strong>l frente, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los Alpes<br />

hasta el mar; <strong>de</strong>scubrimos que nos habíamos hallado en la misma posición ante muchas <strong>de</strong> aquellas<br />

poblaciones famosas que habían sido ardientemente disputadas. Me interesó <strong>de</strong> un modo especial el<br />

período en que había trabajado como zapador, pues sabía contar muchas cosas que hasta aquel momento<br />

me eran <strong>de</strong>sconocidas. Transcribo aquí con sus propias palabras una pequeña parte <strong>de</strong> su relato:<br />

«En Lens fue don<strong>de</strong> conocí realmente por vez primera la guerra <strong>de</strong> minas; estábamos día y noche<br />

encima <strong>de</strong> una galería subterránea cargada <strong>de</strong> explosivos, era como si nos hallásemos sobre un volcán.<br />

Por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l terreno se extendía una <strong>de</strong>nsa red <strong>de</strong> galerías pertenecientes a una explotación <strong>de</strong> carbón;<br />

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