29.04.2013 Views

la poesía - Universidad Complutense de Madrid

la poesía - Universidad Complutense de Madrid

la poesía - Universidad Complutense de Madrid

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>de</strong>mostración, como suce<strong>de</strong> en toda su <strong>poesía</strong>, <strong>de</strong> una tesis; en este último caso, <strong>la</strong><br />

escena se encuadra <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l pecado <strong>de</strong> <strong>la</strong> ira (ibí<strong>de</strong>m: 248-251).<br />

Caos (1969: 204), que en general muestra una opinión positiva <strong>de</strong> Campoamor,<br />

menciona en su apéndice el «abstruso simbolismo» <strong>de</strong> El drama universal> Colón y El<br />

Licenciado Torralba. Aventura, por otro <strong>la</strong>do, el crítico que «Por el posible ‘simbolismo<br />

metafórico’ <strong>de</strong> los <strong>la</strong>rgos Poemas podría haber resultado Campoamor aceptable para los<br />

mo<strong>de</strong>rnistas. Pero no era éste su verda<strong>de</strong>ro camino» (ibí<strong>de</strong>m: 204, n. 28). En realidad, el<br />

simbolismo <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>rnistas tendrá poco que ver con el <strong>de</strong> Campoamor o Núñez <strong>de</strong><br />

Arce, como. veremos. El rasgo simbolista es común a todo el siglo XIX (ahí están <strong>la</strong>s<br />

tempranas obras <strong>de</strong> Galdós), pero es el cariz que toma a finales <strong>de</strong> siglo el que va a<br />

<strong>de</strong>finir al último movimiento poético.<br />

Por su parte, Peers (1973, II: 433) opina que <strong>la</strong> pasión por el simbolismo que<br />

encontramos en Campoamor resulta irritante por ser menos tangible que <strong>la</strong> que tiene por<br />

<strong>la</strong> antítesis. Este escritor realista recibió innumerables críticas por el carácter informe <strong>de</strong><br />

su Drama universal.<br />

Finalmente, C<strong>la</strong>rín, que no admite más pequeños poemas que los <strong>de</strong> Campoamor<br />

y rechaza los <strong>de</strong> sus discípulos, re<strong>la</strong>cionará, por otro motivo que por sus cantos <strong>la</strong>rgos,<br />

<strong>la</strong> Edad Media con este poeta. Opina, por ejemplo, que el amor al minuto <strong>de</strong><br />

Campoamor en Tren expreso es <strong>la</strong> misma expresión que transmite el beso <strong>de</strong> Paolo y<br />

Francesca, es lo pequeño moral (C<strong>la</strong>rín, 1971: 255). Y lo mismo hace Valera, en otro<br />

tipo <strong>de</strong> comparación: «Los versos amorosos <strong>de</strong> Campoamor poseen cierto parecido con<br />

el rosal que había junto al sepulcro <strong>de</strong> Tristán e Iseo; los prestes le exorcizaban y<br />

quemaban, pero el rosal retoñaba con mayor lozanía, volviendo a cubrirse <strong>de</strong> ver<strong>de</strong><br />

fol<strong>la</strong>je y <strong>de</strong> púrpureas y adorantes rosas» (cit. en Campoamor, 1972: 13).<br />

En cuanto a este último escritor, acabamos este apartado refiriéndonos a su<br />

intento <strong>de</strong> poema epopéyico, en <strong>la</strong> línea <strong>de</strong> los últimos seña<strong>la</strong>dos <strong>de</strong> Campoamor: <strong>la</strong><br />

leyenda Las aventuras <strong>de</strong> Ci<strong>de</strong> Yahye (Valera, 1908c, 1:193-243), inconclusa, a <strong>la</strong> que<br />

<strong>de</strong>dica una especial atención en <strong>la</strong> edición <strong>de</strong> sus poemas, pues, como obra épica escrita<br />

en 1846, contra<strong>de</strong>cía su posterior rechazo a <strong>la</strong> escritura <strong>de</strong> una epopeya. Este poema está<br />

basado en un cuento <strong>de</strong> Boccaccio, La figliou<strong>la</strong> <strong>de</strong>l Soldano, don<strong>de</strong> el italiano muestra<br />

su inclinación, a mezc<strong>la</strong>r lo jocoso y lo serio<br />

688. La historia es <strong>la</strong> <strong>de</strong> un rey moro, cuya<br />

68% «En mi edad madura he <strong>de</strong>c<strong>la</strong>mado yo bastante, como crítico, contra <strong>la</strong> pretensión <strong>de</strong> escribir epopeyas<br />

en nuestros días, en el más alto sentido, esto es, algo narrativo que contenga cuanto hay <strong>de</strong> divino y <strong>de</strong><br />

humano, y que abarque y refleje, por medio <strong>de</strong> mitos simbólicos, toda nuestra complicada civilización»<br />

(Valera, 1908c, 1:17-18). A pesar <strong>de</strong> Espronceda y Goethe, le resulta ahora un empeño irrealizable.<br />

«Pero yo no había formu<strong>la</strong>do tal opinión en mi mocedad, y también aspiré entonces, aunque sólo hasta<br />

cierto grado y con mo<strong>de</strong>stia, a escribir algo que propendiera a ser epopeya trascen<strong>de</strong>nte. Lo singu<strong>la</strong>r y lo<br />

más original fue que tomé asunto, o mejor dicho, base <strong>de</strong> asunto en un cuento bastante cómico, ligero y<br />

aun ver<strong>de</strong>, <strong>de</strong> Boccaccio, poniendo <strong>de</strong> mi cosecha lo trascen<strong>de</strong>nte, lo patético, lo elevado y lo<br />

maravilloso, que en epopeya había <strong>de</strong> convertirle,> (ibi<strong>de</strong>m: 18).<br />

413

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!