Mendoza Lee y Escribe - Parte 4El contexto educacional como escenariode las estrategiasComo se dijo, la escuela debe funcionar como un ámbitode organización propicio para la enseñanza y el aprendizajede todos, en un sistema global de ayuda que fluyeen todas las direcciones, y el aula debe hacerlo como unacomunidad para aprender, en una atmósfera donde losniños, en un sistema de relaciones concertadas democráticamente,tengan oportunidad de actuar, elegir, aceptar,rechazar, discutir, entrar en conflicto con sus compañeros,con el maestro, consigo mismos, resolver el conflicto,reconciliarse, entusiasmarse, tener éxito, cometererrores, discutirlos, corregirlos, decidir junto con losdemás. En suma, entrenarse para la vida social. Debeofrecerse, desde el comienzo en el nivel inicial, como unmedio cultural donde el niño pueda hacer naturalmenteuso de la lectura y la escritura en situaciones cotidianas,con oportunidades para observar a otros que leen y escriben,explorar individualmente materiales escritos, interactuaren lecturas compartidas, contando con un entornofísico adecuado. Esas condiciones, el niño puede generary desarrollar sus propias estrategias.Las estrategias del alumno como lectorDel mismo modo que en la alfabetización temprana en elhogar, en una situación escolar adecuada, los niños generansus propias estrategias para leer y escribir. Esa situacióndebe ser tanto más cuidadosamente adecuada si losalumnos no pertenecen a una familia letrada.Por supuesto que esas estrategias se pueden apreciarmejor si se acepta que, esencialmente, "leer es comprenderel texto". Si de algún modo el niño conoce elcontenido de lo que va a leer, ya sea porque es uncuento que le han relatado o le han leído en alguna desus versiones, o alguna información que ha escuchadoo ha adquirido en su experiencia cotidiana, seorientará —por los colores, el formato, el tamaño uotros signos— para reconocer logos, palabras, letras,números. Son pistas que él encuentra ante la necesidadde leer que le presentan las circunstancias —realeso generadas por el maestro— y también buscandoel placer que le procura la lectura compartida y la lecturaindividual, aunque sea simulada.Del mismo modo, llega a producir significados comprensiblespara el receptor en un proceso de construcción quetiene lugar en un medio que le genera necesidad de producirescrituras que le sirvan para comunicarse, registrarhechos de su vida cotidiana, relatar sus experiencias,obtener alguna ayuda o una autorización. Y también,sobre todo, para sentir el placer de que alguien reciba sumensaje y se lo conteste o que celebre una ocurrenciasuya; de sentirse capaz de producir esas escrituras y desaber cómo funcionan para expresar sus ideas, sus imágenes,sus sentimientos.Es innegable que el niño es el actor principal en su adquisiciónde la lectura y de la escritura. Sin embargo, el sentidocomún puede alcanzar para alertarnos sobre la insuficienciade esa construcción individual del niño solo. Ylas investigaciones sobre alfabetización temprana, tantoen hogares letrados como no letrados, así como otrasdemuestran la importancia que tienen los padres, los hermanosmayores y los maestros en el aprendizaje de lalectura.Para llegar a ser un lector estratégico, que verdaderamentepueda crear significados a través de una comprensiónactiva, el niño debe ser capaz de automotivarse y demonitorear su propia comprensión, recapitulando, revisando,cuestionándose, corrigiéndose. Un lector competentetiene un plan para comprender. Y para eso, entreotras cosas, dice Josette Jolibert (1992), los docentesdebemos "ayudar a los niños a dilucidar sus propiasestrategias de lectura".Las estrategias del docenteEn gran parte de los casos, y en particular en el de losalumnos que no han tenido experiencias de lenguajeescrito en sus hogares o que tienen diferencias culturalesy lingüísticas —muy numerosos de acuerdo con losresultados que se comprueban en la mayoría de los países-las estrategias instruccionales a cargo del maestrotienen una importancia fundamental. Aun así, la participacióntan dominante del lector en la comprensión activageneró dudas acerca de que la comprensión pudieraser enseñada y, en consecuencia, sobre el papel que juegala variable maestro para la comprensión del alumno.Si bien algunas investigaciones fueron contradictoriasrespecto de esto, otras más recientes, realizadas sobremuestras significativas de alumnos, arrojaron resultadosque sugieren fuertemente que la comprensión puede serenseñada. Se encontraron amplias evidencias como parapersuadir a los maestros sobre la necesidad de la enseñanzade la comprensión de la lectura. La cuestión consisteen enseñar la comprensión sabiendo para qué, porquién, bajo qué condiciones y con qué propósitos.196
Mendoza Lee y Escribe - Parte 4Una vez más conviene recordar que la enseñanza, ennuestro caso, se entiende como colaboración y ayuda enel momento oportuno de la construcción del conocimiento,en la zona de desarrollo potencial.Las estrategias pueden ser muy diversas y varían, en granmedida, con el tipo de texto. Se reconocen algunas estrategiasgenerales referidas a tres momentos: antes, durantey después de la lectura, que vamos a describir aunquecon la advertencia de que no deben tomarse como pasosnecesarios e indispensables, como prescripciones rígidase insoslayables. Las presentamos como orientacionespara un maestro inteligente y bien preparado que debetomar oportunamente sus decisiones sobre ellas, teniendoen cuenta el nivel evolutivo de sus alumnos y lascaracterísticas individuales de cada uno.Antes de la lecturaAntes de la lectura de un texto, el docente se vale de laspropias estrategias del alumno e introduce algunas más,ya sea para:• reactivar conocimientos que se vinculan con dichotexto;• generar anticipaciones, hipótesis y expectativas sobreel mismo;• evidenciar (explícita o implícitamente) el propósito dela lectura y motivarla.Según cuál fuere el contenido del texto, el maestro puedeutilizar una imagen del cuento que se va a leer o el títulode una noticia o un párrafo del texto expositivo, o unacontecimiento del día, o el nombre del autor, o a vecesuna conversación para que los niños evoquen lo quesaben acerca de —lo que se relaciona con— lo que se vaa leer, y elaboren algunas anticipaciones o hipótesissobre el contenido, que después confirmarán o no, o paraproponer un juego o una actividad donde intervenga lalectura o se genere la necesidad de escribir.A través de esas alternativas, los alumnos generaránmotivaciones y actitudes, según cuál sea el propósito dela lectura, por ejemplo:• disfrutar del placer de la narración;• informarse sobre algo que les interesa;• orientarse sobre las reglas para participar en un juego;• conocer los pasos a cumplir en la elaboración de unproducto;•resolver algún problema a través de una guía.Con estas estrategias se enfatiza la importancia de recurrira los conocimientos anteriores para construir e incorporarlos nuevos y motivar la lectura a través de lasexpectativas que se generan por diversos resortes, entreotros por el enigma de lo que se va a leer o por el entusiasmosobre lo que van a hacer, o encontrar, o emprender.Organizadores visuales y verbalesPor su parte, los "organizadores visuales", como las imágenes,y "verbales", como el título, recuperan los conocimientosanteriores y, sobre todo, anticipan lo que se va aleer.Los organizadores visuales tienen especial importanciaen relación con el segundo momento, en cuanto anticipanla estructura del texto. Estudios realizados en la décadade 1980 permiten reconocer que en los cuentos tradicionalesse usaban dos tipos de ilustraciones para acompañaral texto:• dibujos de tamaño grande que representan el contenidototal del cuento, y• dibujos más pequeños que se refieren a partes separadasdel texto y ayudan a comprender las peripecias delcuento y relacionarlas.Esos estudios comprueban experimentalmente que sonmás eficaces las ilustraciones grandes al mostrar cómopueden integrarse los eventos parciales del cuento, y deese modo sirven para la comprensión holística del texto.Las ilustraciones parciales sirven para que los niños integrenlas secuencias, formulen anticipaciones e hipótesis.De ningún modo se trata de un recurso para asociar laimagen con la palabra y provocar así una relación de estímulo-respuesta.Es conveniente advertir que los conceptos de estrategiaque aquí se manejan nada tienen que ver con las etapasde juntar palabras y decodificación lineal para recomponerpalabras, como se entendía en los programas tradicionalesy en la práctica muchas veces vigente todavía.No se promueven ejercicios para la maduración de "funciones"o "destrezas" ni se empieza por las vocales paraenseñar de manera encubierta todas las letras del abecedario.No se actúa pensando que el niño solamente debe ejecutaro comprender lo que indica el maestro, sino en la197