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Mendoza Lee y Escribe - Parte 4RESOLVER PROBLEMAS EN EL ÁREA DE LENGUADESAFÍOS DE LAS PRÁCTICAS, DESAFÍOS DE SU ENSEÑANZAPor Liliana Lotito¿Qué se entiende por “plantear problemas” en la enseñanzade la lengua? ¿Cuáles son las equivalencias que elconcepto “resolución de problemas” -habitualmente relacionadocon la enseñanza de la matemática- tiene en elárea de lengua? En expresiones como “el desafío de lalectura” o en la que hace referencia a “la exigencia dehablar en público", en la idea de que escribir es siempreun “trabajo arduo” aparece una referencia a prácticas -prácticas sociales, que existen dentro y fuera de la escuela-que presentan algún desafío, que suponen algún problemaa resolver.Tomo la idea de “desafío” (según el diccionario de MaríaMoliner, “desafiar” es enfrentar, hacer frente, dar lucha,atreverse). Cuando leemos, muchas veces son los mismostextos los que constituyen un desafío: nos obligan a“hacerles frente” por su extensión, por su lenguaje, por elmundo al que hacen referencia (a veces muy distante delnuestro). Otras veces son las situaciones de lectura eldesafío: leemos para después escribir, para reunir, reelaboraren un nuevo texto la información que recogimos envarios; leemos bibliografía porque nos van a evaluar;leemos una novela cargada de rupturas temporales.Cuando escribimos nos enfrentamos a una tarea sumamentecompleja que nos obliga a poner en juego, simultáneamente–en el proceso de escritura del texto- conocimientosmuy diversos: sobre el tema, sobre las característicasdel género discursivo, sobre los destinatarios,sobre el lenguaje.Los desafíos de la oralidad, en tanto, se presentan cuandode lo que se trata es, por ejemplo, de exponer o argumentarante otros. No supone un desafío discutir con unamigo, sí lo es exponer ante cien personas que esperanescuchar algo nuevo sobre un tema sobre el que ya algoconocen: a mayor formalidad de la situación comunicativamayor exigencia para el desempeño oral.Si el desafío está implícito en las prácticas de la lectura,de la escritura y de la oralidad, que son complejas, ¿quépasa cuando esas prácticas se convierten en objeto deenseñanza escolar?Cuando estas prácticas se enseñan el desafío deriva a suenseñanza, a cómo se propone su enseñanza. Enunciar deeste modo la cuestión implica tomar posición respecto dequé es enseñar lengua y elegir una manera de definir suobjeto de enseñanza. Si enseñar lengua es enseñar a leer, aescribir y a hablar: a ser lector en diferentes situaciones, aser lector cada vez más autónomo; a escribir en situacionesdiversas teniendo en cuenta qué, para quién, con quépropósito se escribe; a tomar la palabra frente a otroscuando resulta necesario hacerlo, entonces son varias laspreguntas que surgen. ¿Cómo se resuelven en el aula losdesafíos que están implícitos en las propias prácticas de lalectura, la escritura y la oralidad?, ¿qué “situaciones problemáticas”(1) se generan?, ¿cómo se hace para que losalumnos se encuentren involucrados en situaciones que almismo tiempo que van creciendo en complejidad ponenen juego lo que ellos ya saben?, ¿cuáles son las intervencionesdocentes esperables en esas situaciones?Empecemos por la lectura. Una situación de lecturaconstituye un desafío para el lector cuando le exige quehaga algo que no hizo antes o que vuelva a hacer algoque ya hizo, pero esta vez en un grado de mayor complejidad.En la escuela, es el maestro quien - a partir de suconocimiento de lo que los chicos saben- plantea situacionesdidácticas: por ejemplo, propone la lectura de untexto que no fue escrito especialmente para chicos y sihace esto es porque sabe que los chicos ya leyeron bastantesobre el mismo tema en textos sí escritos para ellos;propone una consigna de lectura que supone complejizaruna situación que los chicos ya experimentaron: el maestrose anima a pedirles que resuman individualmente untexto porque, previamente, resumió con ellos otro y porqueen otra oportunidad les propuso que elaboraran resúmenesreunidos en pequeños grupos. El planteo de desafíosen el aula se sostiene en el conocimiento de queotros desafíos ya fueron sorteados por los chicos.Respecto de la escritura, ¿quién duda de que escribir esuna ardua tarea? Que el docente conozca en qué consistela complejidad que se le atribuye a la actividad deescribir (2) le permitirá comprender qué tipo de “problemaa resolver” está planteando a sus alumnos cuando lespropone que escriban, e intervenir para ayudarlos.Quien escribe se ve exigido a tomar, al mismo tiempo,decisiones de muy diversa índole. También los chicoscuando escriben en la escuela. Supongamos que el maes-249

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