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“Sr. Presidente del Centro Gallego:
Los que suscriben socios de este
instituto con el respeto debido tienen el
honor de dirigirse a Vd. y distinguida Junta
Directiva que preside a fin de que por el
Centro se organice y cree una escuela diurna
de 1ª enseñanza, en la que puedan recibir
la instrucción los hijos de los socios.
Impulsa nuestro propósito el vehemente
deseo de que la colonia gallega de la
Habana tenga un plantel de enseñanza
donde se eduque e instruya a los hijos u
oriundos de Galicia inspirándolos en los
ideales de los tiempos modernos, pero
engendrándoles el amor patrio y civismo
que tanto precisan; la consideración de que
la mayor parte de nuestros comprovincianos
no son personas de posición y por esta
causa abandonan la educación de sus
hijos; el modo de ser de la familia en esta
capital y finalmente las costumbres sociales,
cada vez más descabelladas y menos
acomodadas al orden moral que debe presidirlas.
Hace tiempo que germina en esta
sociedad tal proyecto, acogido con aplauso
en todos tiempos y nada más natural que
su planteamiento en las presentes circunstancias,
toda vez el erario del Centro se
encuentra en condiciones favorables y la
Sección de Instrucción, núcleo el más
importante y principal del instituto parece
ha tomado nuevo rumbo, de resultados
positivos seguramente.
Galegos en América e americanos en Galicia
APÉNDICE 3. MOCIÓN SOLICITANDO A APERTURA DUNHA ESCOLA DIURNA DE
PRIMEIRA ENSINANZA PARA OS FILLOS DOS SOCIOS NO
CENTRO GALEGO DA HABANA
Por otra parte, si antes no se contaba
con locales y material científico adecuados,
hoy una vez terminadas las obras en
construcción las tendrá espléndidas y esto
da por resultado que tal clase quede reducida
al gasto que ocasione el personal que
seguramente no ha de exceder a 100 pesos
mensuales que bien pudieran economizarse
en otras clases de menos resultados y
quizá ninguna importancia en el Centro.
Hoy contamos con los recursos que
se oponían antes de ahora a su realización
y es preciso que se cumplimente la benemérita
obra de Instituto y mucho más contando
como cuenta en el presente curso la
sección con un Director que por sus condiciones
profesionales puede reglamentar y
plantear sin más gastos que el mencionado,
tal plantel de enseñanza en condiciones
excepcionales.
Por lo tanto:
Suplican a la Junta Directiva, acuerde
previos los requisitos de Reglamento, establecer
la mencionada escuela diurna, con lo
cual merecerá eternos plácemes de algunos
centenares de socios, dará una prueba de
que anhela el progreso de la Sociedad y de
todos recibirá los aplausos a que se hace
acreedor el que busca el medio de proporcionar
el pan de la inteligencia, ejerciendo
quizá la más hermosa de las obras de misericordia,
enseñando al que no sabe.
Habana, 1º de agosto de 1893”
El Eco de Galicia, nº 583, 26 de agosto de 1893
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