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Records d'un sindicalista llibertari català - Cedall

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sos de su responsabilidad en días próximos o celosos de su<br />

dignidad, constituyéronse en Juntas de Defensa. Tenían el<br />

propósito de derribar la oligarquía de arriba y dar al Ejército los<br />

medios necesarios de sostén.<br />

«Sabéis la primera decisión del Gobierno: encarcelar a los<br />

militares que tuvieron el valor cívico de constituir la Junta. Más,<br />

sabéis el relevo de Alfau, el nombramiento del general Marina y<br />

las órdenes expresas que a Marina le dió el rey. Marina vino a<br />

Barcelona con el mandato de fusilar a los militares detenidos en<br />

Montjuich. De volarles la cabeza a tiro limpio. De hacerlos<br />

polvo.<br />

¿Por qué no se hizo esto? Porque los militares supieron<br />

agruparse, reunirse, consolidarse, sostenerse en el peligro. Por<br />

un lado, el general Marina no hubiera encontrado entre las<br />

fuerzas armadas un solo instituto dispuesto a cumplir tal orden.<br />

Ya lo intentó. Y ni Infantería, ni Caballería, ni Artillería, ni<br />

carabineros, ni guardia civil doblaron la cabeza. Aunque el rey<br />

lo exigiese, aunque lo mandase el capitán general, ellos no lo<br />

harían. Ellos no encaraban el fusil contra los militares que no<br />

habían realizado otro acto que exteriorizar el pensamiento y el<br />

descontento de la colectividad. Por otro lado los jefes y<br />

oficiales, en sus cuarteles, tenían las tropas dispuestas para ir a<br />

liberar a los detenidos. A los detenidos que Alfonso XIII<br />

pensaba fusilar.<br />

«Sabéis cómo acabó todo. Marina dió cuenta a Madrid de la<br />

situación gravísima de Barcelona. De la disposición de espíritu<br />

de su guarnición militar. Madrid insistió en su orden primitiva.<br />

Insistió una vez, dos veces, tres veces. Pero ante la amenaza de<br />

renuncia del general Marina, cedió. Y los militares presos<br />

fueron libertados por orden del Gobierno. Y las tropas no<br />

hubieron de salir de sus cuarteles. Y todo, desde entonces,<br />

parece que, dentro del Ejército, vaya desenvolviéndose con<br />

normalidad aparente. Aparece nada más. Porque las Juntas<br />

hacen firmes sus peticiones. Porque las Juntas han llegado a<br />

promover una votación sobre el apoyo que el Ejército podría dar<br />

a éste o a otro Jefe del Estado, y unos militares se han<br />

pronunciado francamente por la República, y otros han votado<br />

por el Infante D. Alfonso, y otros han votado por el hijo del<br />

Infante D. Carlos. Y ni uno sólo ha propuesto la continuación en<br />

el Trono de D. Alfonso de Borbón.<br />

«Soldados: Muy en breve otras clases sociales van a formular<br />

públicamente otra demanda. Una demanda más extensa, más<br />

humana que la de vuestros jefes y oficiales.<br />

376<br />

Van a pedir que abandone el más alto Poder del Estado el<br />

hombre que no ha sabido ejercerlo. Que caiga de una vez la<br />

dinastía que ha visto deshacer y arruinar en sus manos toda la<br />

gloria y toda la riqueza de este pobre país. Van a pedir que en<br />

España la justicia sea justa; la administración sea honrada; la<br />

escuela enseñe a todos; la tierra produzca lo que debe producir;<br />

la tributación sea equitativa; el Ejército sea voluntario y alcance<br />

a todo en tiempos de guerra; el trabajo sea recompensado; la<br />

dignidad del poder civil Van a pedir todo esto. Y lo van a pedir<br />

en la misma forma que han pedido lo suyo vuestros jefes y<br />

oficiales agrupándose, amenazando, saltando por encima de las<br />

leyes, negando los brazos para el trabajo, del mismo modo que<br />

ellos negaron las armas para cumplir las órdenes del Gobierno.<br />

«¿Qué sucederá? D. Alfonso XIII fuera de aquí y nadie a su<br />

lado. Francia le ha cerrado sus puertas. Inglaterra no quiere oírle.<br />

Dentro de España tiene menos aún. Los militares que le rodean<br />

son los peores; vuestros jefes y oficiales ¡lo han dicho. Los<br />

políticos que le ayudan son los peores; lo dicen ellos mismos.<br />

Las oligarquías plutocráticas que por la protección que han<br />

recibido continuamente del Estado, podrían ser los únicos que le<br />

sostuvieran, niéganse a pagar impuestos nuevos, niéganse a<br />

suscribir empréstitos. No tiene a su lado un estado de opinión<br />

que lo defienda. ¡Nada!<br />

«Sólo el Ejército será la esperanza. Y al Ejército acudirá el<br />

rey sin reinado; al Ejército acudirán los malos Gobiernos. A las<br />

bayonetas acudirá el rey, que no encontrará brazos que<br />

voluntariamente lo defiendan. A las bayonetas acudirán los<br />

políticos que vienen gobernando años y años teniendo de<br />

espaldas al país. ¿Qué hará el Ejército entonces? ¿Qué harán las<br />

bayonetas? Estos jefes y oficiales de las Juntas de Defensa, que<br />

se han insubordinado contra el Régimen actual, ¿qué harán<br />

cuando contra el Régimen actual se levanten en pie de guerra la<br />

mayoría de los españoles? Estos jefes y oficiales de las Juntas de<br />

Defensa que se han rebelado contra la oligarquía militar, ¿qué<br />

harán cuando los ciudadanos se rebelen contra la oligarquía<br />

capitalista y la oligarquía eclesiástica, y la oligarquía política y la<br />

oligarquía militar que han podrido hasta las entrañas de España?<br />

¿Qué harán?<br />

«¿Quedarán quietos en los cuarteles, negándose a salir,<br />

dejando la solución de esta lucha civil a la fuerza más fuerte?<br />

¿Cumplirán entonces no sólo su deber de soldados<br />

377

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