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122 XV JORNADAS CIENTÍFICAS DE LA S.E.O.C.<br />
ción ocurre raramente por las vías oral, respiratoria y<br />
ocular.<br />
Síntomas de enfermedad<br />
El cuadro clínico de las enfermedades bacterianas<br />
presenta seis síndromes que por su etiología, evolución<br />
y pronóstico pueden ser diagnosticados por el veterinario<br />
clínico, aunque la confirmación deberá ser<br />
siempre laboratorial. Estos síndromes son:<br />
— Síndrome o forma septicémica.<br />
— Síndrome diarreico, enteritis o forma intestinal.<br />
— Síndrome pneumónico, pneumonía o forma pulmonar.<br />
— Síndrome poliartrítico, artritis o forma articular.<br />
— Síndrome del ombligo, onfaloflebitis o forma purulenta.<br />
— Síndrome nervioso o «borrachera de los corderos».<br />
Síndrome<br />
septicemia<br />
Está caracterizado por producirse la muerte en horas,<br />
cuando no se produce de forma súbita. Se presenta<br />
desde las cuarenta y ocho horas del nacimiento<br />
hasta los quince días de vida. Los gérmenes y los productos<br />
de su metabolismo (toxinas) se distribuyen por<br />
el torrente circulatorio a todos los tejidos, que resultarán<br />
afectados en mayor o menor intensidad. Los<br />
agentes bacterianos responsables de la septicemia<br />
son variados, siendo los más frecuentes el E. coli, la<br />
Pasteurella multocida o séptica y el Clostridium perfringens,<br />
conociéndoselas como septicemia colibacilar,<br />
septicemia hemorrágica y enterotoxemias, respectivamente.<br />
Los factores predisponentes, estudiados<br />
más arriba, juegan un papel importantísimo en la<br />
aparición de las septicemias.<br />
Los síntomas clínicos de la septicemia, cuando existen,<br />
consisten en elevación de la temperatura rectal<br />
hasta 40-41,5° C, abatimiento, inmovilidad y rehusan<br />
mamar; el vientre se encuentra blando a la palpación<br />
y el cordón umbilical tumefacto y doloroso; la temperatura<br />
desciende rápidamente.<br />
El E. coli que se encuentra en los corderos septicémicos<br />
(POPOFF y cois., 1983) forman parte del grupo<br />
078, y sus propiedades para invadir el organismo son<br />
debidas a la presencia de dos plásmidos, el plasmido<br />
Vir y el plasmido Col V, que permiten la adherencia<br />
del germen a las células epiteliales de las vellosidades<br />
intestinales y favorecen la producción de toxina letal<br />
(plasmido Vir) y el aumento de la resistencia al efecto<br />
bactericida del suero (MRAMI BELKEBIR, 1986,<br />
citado por POPOFF y TAINTURIER, 1987).<br />
En la septicemia hemorrágica de los corderos intervienen<br />
los serotipos 1:D y 4:D de la P. multocida y los<br />
12 serotipos y biotipos, A y T, de la Pasteurella hemolytica<br />
(NICOLET, 1986).<br />
Las enterotoxemias son producidas por el C. perfringens<br />
o C. welchii tipo B, causando, a veces, verdaderos<br />
estragos entre los neonatos. Se encuentra como<br />
comensal normal en el tracto gastrointestinal de los<br />
animales, así como en el suelo, agua/aguas residuales,<br />
plantas y alimentos contaminados por las deyecciones;<br />
en el suelo y aguas residuales sobrevive por la<br />
resistencia que le confieren los esporos. Afecta a los<br />
corderos en la primera semana de vida. El papel principal<br />
es producido por la toxina beta. La rápida multiplicación<br />
del C. welchii tipo B en el intestino se ve favorecida<br />
por los factores ambientales (falta de higiene)<br />
y la ingestión desmesurada de leche. Esto último<br />
puede dar lugar a la presentación enzoótica de la enfermedad.<br />
Síndrome<br />
diarreico o enteritis<br />
Las inmunoglobulinas del calostro presentes en el<br />
intestino de los neonatos pueden impedir la aparición<br />
de las enfermedades intestinales en forma de diarreas,<br />
y cuando esto no ocurre se presentan las diarreas,<br />
causa que produce mayores pérdidas económicas,<br />
que entre todas las demás enfermedades, de los recién<br />
nacidos. Cuando aparece en una explotación es<br />
muy difícil de erradicar. Producen alta mortalidad pese<br />
a los tratamientos y, aun cuando no produzcan la<br />
muerte, suelen dejar a los animales muy débiles, enfermizos<br />
y sin condiciones para ser rentables. Las diarreas<br />
son características de las explotaciones extensivas,<br />
en las cuales los pequeños apartados para partos,<br />
cuando existen, adquieren una carga de gérmenes<br />
cada vez más elevada según avanza la paridera.<br />
Cuando no hay apartados para partos el problema es<br />
mucho mayor por la contaminación de las camas por<br />
los animales mayores y por el contacto, más intenso,<br />
entre animales que favorece la difusión de las enfer-"<br />
medades. Esto es más intenso en el invierno.<br />
La muerte por diarrea se produce por acidosis, deshidratación,<br />
pérdida de electrólitos esenciales y uremia.<br />
La mayor parte de los trastornos ocasionados por la<br />
diarrea son consecuencia de la existencia de desequilibrios<br />
en el balance hídrico y electrolítico. La eliminación<br />
de agua y electrólitos rebasa, en los casos de<br />
diarrea, a la ingestión, produciéndose la deshidratación.<br />
La deshidratación se caracteriza por el hundimiento<br />
de los bulbos oculares, sequedad de las mucosas<br />
con formación de costras en los labios y morro, disminución<br />
súbita de peso y concentración de la sangre.<br />
Los gérmenes responsables de la diarrea neonatal de<br />
los corderos, según los resultados de los años 1986,<br />
1987 y 1988, son Clamidias, Clostridios y Colis, por<br />
este orden.<br />
La Chlamydia psittaci, responsable de las infecciones<br />
clamidiales en los ovinos donde provoca abortos<br />
(el más importante en la actualidad en España), y<br />
responsable de procesos patoloticos diversos, tiene un<br />
tamaño de 0,28-0,80 mieras de diámetro, es basófilo,<br />
débilmente ácidorresistente, parásito intracelular