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ESTUDIOS PRELIMINARES DE RESISTENCIA GENÉTICA A LA PARATUBERCULOSIS 41<br />
Usando como criterio la respuesta granulomatosa en<br />
el pulmón después de inhalación del bacilo, se pudieron<br />
separar dos líneas: una resistente al ataque y con<br />
respuesta distinta a la vacuna BCG y otra sensible.<br />
Posteriormente, SKAMENE (1986) realiza en ratones<br />
inoculaciones intravenosas de M. bovis (BCG),<br />
realizándose un estudio de las micobacterias presentes<br />
en el bazo a las tres-cuatro semanas PI. El estudio<br />
de 25 estirpes dio lugar a dos grupos claros, uno resistente<br />
y otro sensible, sin que existiese ninguna línea<br />
que fuera intermedia. Esta diferencia era clara a<br />
las tres semanas PI, pero nunca después de este período.<br />
El estudio de la segregación genética de estos cruces<br />
mostró un componente mendeliano clásico de un<br />
gen dominante R y otro recesivo S. Estos resultados<br />
han sido similares cuando se utilizan otras estirpes de<br />
micobacterias. Este gen ha sido mapeado y está situado<br />
en el cromosoma 1 del ratón, próximo al gen<br />
Ity (resistencia a Salmonella typhimurium) y Lsh<br />
(Leishmania donovani). No se sabe bien si se trata del<br />
mismo gen o bien se trata de genes estrechamente ligados,<br />
aunque esta posibilidad parece la más probable.<br />
Estas experiencias hacen pensar en los macrófagos<br />
como los responsables primero de esta resistencia, ya<br />
que mutantes de la función de células T, B y NK implican<br />
poco o ningún efecto sobre resistencia y los trasplantes<br />
de médula ósea convierten a BCGs en BCGr.<br />
Por las experiencias realizadas hasta ahora parece<br />
deducirse que este gen afecta fundamentalmente a la<br />
capacidad de expresión de un determinado antígeno<br />
de clase II en los macrófagos, al menos la correcta<br />
presentación de éste.<br />
Recientemente, mediante el uso de RFLP, se han<br />
identificado los genes ligados al gen Bcg en ratones.<br />
Estos también se encuentran ligados, aunque en otro<br />
cromosoma de la especie humana (cromosoma 2) y de<br />
la vaca, por lo que parecen conservarse a nivel evolutivo<br />
sugiriendo la existencia de un gen Bcg en el hombre<br />
y los rumiantes domésticos (SCHURR y cois.,<br />
1988).<br />
RESISTENCIA GENÉTICA<br />
A LA PARATUBERCULOSIS<br />
La paratuberculosis es considerada hoy día como la<br />
enfermedad que determina más pérdidas económicas<br />
en el caprino andaluz, radicando no sólo en su elevada<br />
incidencia, revelada por todos los estudios llevados<br />
a cabo en nuestra región (GARRIDO Y LEÓN, 1979;<br />
GASCA, 1984; MOLINA, 1989, 1990a), sino también<br />
por su presentación crónica e insidiosa, determinando<br />
zonas donde se encuentra prácticamente enzoótica, y<br />
las elevadas pérdidas económicas que determina, tanto<br />
directas por sacrificio o muerte como indirectas<br />
por pérdidas de productividad, problemas reproductivos<br />
y sensibilidad a otras enfermedades.<br />
Esto, además de no existir ningún método totalmente<br />
fiable en la detección de la enfermedad en todas<br />
sus fases y lo largo y dificultoso de su control, hace<br />
que la existencia de una posible resistencia genética<br />
de algunas razas o estirpes podría tener una elevada<br />
repercusión en el futuro.<br />
Un paso previo a cualquier estudio sobre resistencia<br />
genética es el de disponer de un test con la suficiente<br />
sensibilidad y especificidad que nos permita<br />
discriminar entre individuos sanos y enfermos. La<br />
inexistencia de un test de estas características nos<br />
motivó a la puesta a punto de una técnica ELISA, ya<br />
que es la que parece estar dando mejores resultados<br />
en otras especies (MOLINA, 1990a).<br />
Hasta el momento las experiencias que podrían indicarnos<br />
un cierto componente genético de susceptibilidad<br />
o resistencia a esta enfermedad son:<br />
Efecto de padre y familia en la paratuberculosis<br />
Hasta el momento existen muy pocas experiencias<br />
que confirme el hecho contrastado, más o menos empíricamente,<br />
de que los animales emparentados con<br />
los que han sufrido paratuberculosis son más propensos<br />
a padecerla. Tan sólo cabe citar las experiencias<br />
llevadas a cabo por el equipo del doctor MERKAL en<br />
Estados Unidos (MERKAL, 1990; LARSEN, 1975) y del<br />
doctor DESMECHT en Francia (DESMECHT, 1975) que<br />
podrían confirmar este hecho.<br />
Incidencia diferencial entre estirpes y FciZEIS<br />
Existen diversas experiencias que demuestran una<br />
mayor o menor incidencia de la paratuberculosis en<br />
determinadas razas (STUART, 1965; BLOOD, 1983;<br />
CHIODINI, 1984), lo que podría ser indicador de una<br />
implicación genética en la resistencia a la enfermedad,<br />
aunque puede ser un simple reflejo de factores<br />
ambientales y de manejo que actúen en determinados<br />
rebaños.<br />
Así, por ejemplo, en Australia, el 97% de los rebaños<br />
caprinos están afectados de paratuberculosis, variando<br />
desde el 98% de la raza Saanen, 75% anglonubiana,<br />
19% Toggenburg al 1% de Angora y Alpina<br />
(EAMENS, 1989).<br />
En encuestas serológicas llevadas a cabo por nuestro<br />
equipo (MOLINA y cois., 1900a), utilizando una<br />
técnica ELISA con una sensibilidad en torno al 85% y<br />
especificidad superior al 90%, determinó unas diferencias<br />
significativas estadísticamente entre la raza<br />
Murciana-Granadina (tabla I a), la Malagueña (tabla<br />
I b) y la Agrupación Caprina Canaria (tabla I c).<br />
Estas diferentes incidencias eran significativas estadísticamente<br />
en los tres casos.<br />
Las diferencias entre las razas Murciana-Granadina<br />
y la Malagueña, creemos, a falta de otras experiencias<br />
con más rebaños y rebaños mixtos de ambas razas,<br />
que se deben a factores ambientales y de manejo,<br />
ya que los rebaños de raza Murciana-Granadina pertenecen<br />
a zonas de Huelva, donde se puede conside-