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162 XV JORNADAS CIENTÍFICAS DE LA S.E.O.C.<br />
Año<br />
1980<br />
1981<br />
1982<br />
1983<br />
1984<br />
1985<br />
1986<br />
1987<br />
1988<br />
Tabla V<br />
Comercio exterior español de carne de ovino (Tm)<br />
Importación<br />
310<br />
1.537<br />
363<br />
763<br />
636<br />
714<br />
6.675<br />
10.646<br />
14.172<br />
Fuente: Dirección General de Aduanas.<br />
Exportación<br />
1.373<br />
1.067<br />
1.540<br />
1.233<br />
1.306<br />
777<br />
3.376<br />
7.862<br />
10.094<br />
Balance<br />
+1.063<br />
+470<br />
+1.177<br />
+464<br />
+670<br />
+63<br />
-2.191<br />
-2.094<br />
-2.100<br />
que la CEE es una importadora neta con tonelajes<br />
importantes; únase esto al abandono de<br />
cultivos y el descenso de los precios de garantía,<br />
y se tendrá que la explotación de ovino se<br />
presenta como una opción válida, tanto más en<br />
el caso de España con el gran peso en relación<br />
con la evolución del mercado de la que no hay<br />
más remedio que ocuparse, en sus tramos interior<br />
y exterior, pero antes de ello hay que considerar<br />
dos hechos capitales:<br />
1.° Los precios de la carne de cordero en el<br />
mercado español vienen siendo superiores<br />
al promedio europeo (del orden del<br />
23-25%).<br />
2° El peso medio de nuestros corderos es,<br />
también, inferior al que se da en la Comunidad.<br />
Todo lo cual da lugar a consecuencias no enteramente<br />
deseables. En primer lugar, como<br />
resultado de lo anterior y del sistema de sostén<br />
de la PAC, el ganadero español vino percibiendo<br />
menos que los comunitarios (en la temporada<br />
presente el sistema ha sido modificado), pero<br />
ello no resulta tan grave habida cuenta de la<br />
altura de los precios en el mercado interior; el<br />
problema surge porque nuestros costes medios<br />
son superiores a los de la Comunidad, como<br />
consecuencia del peso sensible que tienen los<br />
cebaderos clásicos en la producción nacional,<br />
frente al predominio que tiene la producción<br />
del suelo (hierba y subproductos) en el cebo de<br />
los países comunitarios. Una vez más la reordenación<br />
de la produducción ovina resalta como<br />
tema de primer orden, tanto más cuanto<br />
que no puede soslayarse las interconexiones<br />
con los intercambios exteriores, en los que los<br />
aiveles relativos de precios resultan un factor<br />
primodial, y, por lo tanto, pudiera ocurrir, no<br />
ya que se esfumaran las posibilidades de exportación,<br />
sino que producciones externas comunitarias<br />
o no puedan competir sobre nuestro<br />
propio mercado interior, lo que, evidentemente,<br />
tendría un impacto altamente grave<br />
sobre nuestra producción (véase la repercusión<br />
sobre los precios de las últimas importaciones<br />
neozelandesas de carne de cordero).<br />
c) En relación con todo lo anterior no cabe silenciar<br />
el que, hasta el momento presente, el Mercado<br />
Común es altamente proteccionista frente<br />
a terceros en el terreno agrario; y aún más,<br />
puesto que esa defensa constituye una pieza<br />
esencial de la PAC, de suerte que su supresión<br />
supondría, prácticamente, la quiebra de la<br />
agricultura comunitaria. Pero resulta que todo<br />
el artificio montado en las fronteras comunitarias<br />
por el que la producción queda aislada del<br />
mercado mundial e introduce distorsiones en<br />
éste, con el sistema de restituciones a la exportación<br />
no va a poder ser mantenido quizá ni a<br />
plazo medio, y ello por las siguientes razones:<br />
1. a Ciertamente el momento actual es una<br />
coyuntura adversa de duración muy aleatoria,<br />
pero si la CEE no quiere que su<br />
proclamado liberalismo sea un mero artículo<br />
de exportación, o una proclamación<br />
lírica, no tendrá más salida que seguir lo<br />
marcado por las rondas del GATT, de libertad<br />
internacional de comercio, e incluso,<br />
en principio, debería acentuarlo bajo<br />
riesgo de caer en una contradicción in<br />
terminis. Aparte de que pierde toda razón<br />
de acusar a nadie de proteccionismo.<br />
2. a El cambio radical y sorprendente ocurrido<br />
en los, hasta ahora, países del Este,<br />
abre una nueva problemática a la Comunidad,<br />
resumida en tres aspectos:<br />
a) Estos países no pueden entrar, al<br />
menos durante un plazo prudencial,<br />
en la CEE, so pena de poner en ries-*<br />
go muy grave la propia existencia de<br />
la Comunidad; pero, por otro lado,<br />
parece obligado el prestarles la mayor<br />
ayuda posible, y no se olvide que<br />
estos países —quizá con la excepción<br />
de Checoslovaquia— tienen un gran<br />
potencial agrario, y ya PORTES (1990)<br />
señala que los países del Este tendrán<br />
en el campo agrario una de sus<br />
líneas de especialización, y, por supuesto,<br />
hay que contar con la producción<br />
ovina. En tales condiciones<br />
resulta lógico que una de las formas<br />
de esa ayuda sea la preferencia en la<br />
importación de productos de su<br />
agro.<br />
b) La reunificación alemana supone un<br />
hecho más trascendente de lo que<br />
parece, desde el momento que va a<br />
reforzar la potencia alemana y ello,<br />
se acepte o no, guste o no guste, va a<br />
colocar a Alemania a la cabeza de<br />
Europa, lo que hace que, casi necesariamente,<br />
cambie la orientación de<br />
la CEE, y a plazo no muy largo.