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int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

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Otro gallo cantaría algunos delegados antiplattistas, <strong>com</strong>o Juan Gualberto Gómez, Salvador CisnerosBetancourt y el general José Lacret Morlot, debatieron el desaforo deGiberga 7 .En las primeras dos décadas del siglo xx fueron recurrentes las evocacionesmartianas de <strong>int</strong>electuales y políticos —ex-<strong>com</strong>pañeros de Martí y miembrosde las élites republicanas—, <strong>com</strong>o Máximo Gómez, Juan GualbertoGómez, Enrique José Varona, Manuel Sanguily, Enrique Collazo, Néstor Carbonelly, por supuesto, el albacea Gonzalo de Quesada, quien trabajosamenteeditó los primeros volúmenes de las Obras Completas entre 1900 y 1915 8 . Enestas evocaciones aparecían ya casi todos los tópicos religiosos —el apostolado,la santidad, el calvario, la inmolación, el magisterio, la paternidad, el martirio...—que ilustraban el culto a Martí desde sus últimos años en Nueva Yorky, sobre todo, a partir de su muerte en Dos Ríos 9 .Sin embargo, los lamentos más elocuentes por la ausencia de Martí no seplasmaron en semblanzas o panegíricos, sino en letras de canciones popularesque reflejaban con mayor autenticidad el malestar de la emigración tabaquerarepatriada. Como relata la profesora Margarita Mateo, muchos trovadores dela primera República, <strong>com</strong>o Luis Casas Romero, Pepe Sánchez, Alberto Villalón,Sindo Garay y Manuel Corona, dedicaron canciones a los héroes de laindependencia cubana, entre las que destacaron, por su abordaje hagiográfico,las referidas a José Martí 10 . Por averiguaciones de Odilio Urfé sabemosque la famosa «Clave a Martí» se inspiró en una pieza de José Tereso Valdés,director del conjunto La llave de Oro, <strong>com</strong>puesta hacia 1897 y dedicada a laclarina del Barrio del Pilar, doña Caridad Valdés. Emilio V. Villillo la adaptó aMartí, probablemente, antes de 1906, ya que en este año se conmemoró enMéxico el centenario de Benito Juárez y, desde entonces, se conoce una versiónmexicana, en tiempo de habanera, de la misma clave 11 .Aquel canto echaba de menos la presencia de José Martí en la construccióndel nuevo estado nacional. Primero, aludía a una «voz que no se escucha»,a un «clarín que se apagó», y luego, en el estribillo, insinuaba una tramavirtual:Martí no debió de morirAy de morir7 Mario Riera: <strong>Cuba</strong> política (1898-1955), La Habana, Impresora Modelo, 1955, p. 27.8 Ver algunos de estos testimonios en Gonzalo de Quesada y Miranda, ed.: Así vieron a Martí, LaHabana, Instituto <strong>Cuba</strong>no del Libro, 1971. La mejor historia de la recepeción de Martí en el sigloxx cubano se debe Ottmar Ette: José Martí. Apóstol, poeta revolucionario: una historia de su recepción,México, unam, 1995, pp. 63-87.9 Lillian Guerra: «The Struggle to Redefine Martí and <strong>Cuba</strong> Libre in the 1920s», manuscrito inédito,2001, pp. 1-14.10 Margarita Mateo: Del bardo que te canta, La Habana, Letras <strong>Cuba</strong>nas, 1988, pp. 136-167.11 Cristóbal Díaz Ayala: Música cubana. Del areíto a la Nueva Trova, San Juan, Puerto Rico, Editorial<strong>Cuba</strong>nacán, 1981, p. 87; Oscar Luis López: Luis Casas Romero, La Habana, uneac, 1982, p. 159.99<strong>encuentro</strong>

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