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int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

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La princesa dormida por la tradición, el plan de machete administrado por la Guardia Rural, tande moda en su tiempo, le cabía en cambio el invento del palmacristi <strong>com</strong>ojarabe para el opositor deslengüado. Esa fue una aportación muy suya. Comosus predecesores de los tiempos de la Enmienda Platt, también él careció algobernar de opiniones propias.A pesar de esto, porque la vida es así, cuando en el año ‘40 con el surgimientode una Carta Magna que algunos sitúan <strong>com</strong>o la más avanzada de sutiempo queda consagrado el estado libre y soberano que permitirá hablar porprimera vez en nuestro país de una República probable, es él, Batista, el hombreque está en el poder. No ha propiciado él ese nuevo estado que tan contentosnos hace sentir. No. Ese sueño dorado que nos aproxima al sueño deJosé Martí deberá acreditársele a la acción renovadora de una generación surgidaa principios de los años ve<strong>int</strong>e en medio de las fechorías de tanto carcamalempeñado en cubrir de fango sus brillantes historiales de otro tiempo. Ya la coyuntura <strong>int</strong>ernacional. Son los años de la guerra contra el Eje. No olvidarlo.De manera que esta circunstancia, que en busca de una necesaria coaliciónpolítica contra el enemigo <strong>com</strong>ún lleva a Washington a encargarle algobierno cubano legalizar al partido <strong>com</strong>unista, dará por resultado en calles,periódicos y cafés tal y tan diverso flujo de ideas que a veces, ciertos días, enciertos momentos, permitió entrever, tener una idea de la democracia, sinque faltara por eso, desde luego, que la apariencia de un Batista de civil noquitaba lo militar de su gobierno, el inevitable plan de machete llegado elmomento, o el buen litro de palmacristi sabiamente administrado a algún lengüisueltosacado a medianoche de su casa o sorprendido en la calle. Pero permitiótener una idea. Cuando saliera Grau de la idea presentida pasaríamos atener la democracia concreta, y con ella, por consiguiente la República total.La soñadita República de José Martí con todos y para el bien de todos, <strong>com</strong>o él laproclamara. ¡La República, Jesús, que aún está por hacer!Y en efecto, hubo democracia con Grau en el ‘44. Lo que no hubo fueconsideración para los que en Barrancas le encendieron velas y le rezaron.Recuerdo haber oído una mañana en la radio de una bodega, teniendo yoonce años y él recién electo, un ¡flash! ¡último minuto!, según el cual enhoras de la madrugada de ese propio día había desaparecido el diamante delCapitolio que marcaba el kilómetro cero de la Carretera Central. Despuésempezaron a acumularse las desapariciones de créditos o presupuestos para laconstrucción de carreteras, de acueductos, de hospitales, de calles, y entre lasapariciones ingeniosas estuvo la del desayuno escolar invisible. Eduardo Chibás,que había sido uno de los discípulos del mítico profesor de medicina yera ahora el santo de turno al que le encendían velas, no dejó desapariciónsin denunciar. Aunque algunos sostienen, y yo estaría por creerlo, que Graupersonalmente no desapareció ni un centavo, cabe recordar que en épocas desu discípulo favorito y sucesor el doctor Carlos Prío Socarrás, uno de losvalientes jóvenes que protagonizaron la revolución del ‘30 que derribaría aMachado, le fue radicada una causa por malversación de bienes, causa, porcierto, que también terminaría desapareciendo sustraída por desconocidos 135<strong>encuentro</strong>

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