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int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

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uena letrabuena letra380<strong>encuentro</strong>llama a Buenaventura y acuerdan una cita,pero antes se dirige a una brasserie donde cenacon un curioso personaje, el doctor Meisner.Después regresa a su casa, donde escucha, extático,cómo entra un <strong>int</strong>ruso que asesina a suhermana. Cuando llega la policía, Shao es detenido<strong>com</strong>o principal sospechoso. Intentasuplantar la personalidad de Buenaventura,pero la policía no le cree. Logra escapar y va acasa de Meisner; éste le confirma que, enefecto, el asesino ha sido Buenaventura.Shao, entonces, sube a un cerro dondeexperimenta una especie de transfiguración—cualquier semejanza con una película deDavid Lynch es pura coincidencia— y reencarnaen la piel de su sosias Buenaventura.Retrocedamos un poco para aclarar quemientras Shao y Meisner se entretenían conel menú y la camarera de la brasserie, Buenaventuratenía experiencias más apetitosas enun local erótico. Allí ha conocido a una masajistajaponesa que resulta ser sobrina deun discípulo de Heidegger.Hemos llegado a la escena 20 y faltan apenas30 páginas para que termine la novela.Son, sin duda, las páginas más flojas. En unhotel de Atenas, Buenaventura piensa en sudoble Gerardo Shao. Está en una ciudad quees todas las ciudades; evoca a Walter Benjamin,se encuentra con el p<strong>int</strong>or Kokoscha ysu muñeca en Dresde, pero también con DonTomás Estrada Palma, primer presidente dela República; viaja de París a Barcelona, enuna bonita escena de trenes y adolescentes.En la última parte, Buenaventura es atropelladoen París por una chica hindú que separece a la diosa Shiva. Le <strong>com</strong>pra unos dadosde regalo, es invitado a cenar en su mansión.La cena se convierte, <strong>com</strong>o debe prevercualquiera que se vaya a cenar con Shiva, enuna orgía que incluye criada y ambiente palaciegocon aire del xviii francés. Se les unenluego Meisner, Heidegger y un tercer hombrearistotélico, un protohindú, que, la verdad,no sé bien qué hace aquí. Buenaventuray Heidegger terminan conversando sobreuno de los temas citados por el último en sufamosa entrevista a Der Spiegel: la venida delos dioses (Shiva entre ellos). El filósofo aprovechapara confesarle que fue él quien matoa la hermana de Shao. En la última escena,Buenaventura se despide de Shiva y se meteen una ambulancia que lo lleva por las callesde San Petersburgo hasta un psiquiátrico dela era estalinista. Ocho años después se masturbaleyendo a Heidegger.La trama, <strong>com</strong>o se ve, tiene tendencia albarroquismo. Hay que tener valor para tejeralgo así, para ignorar ese vicio tan nuestro(pero ni remotamente original, en realidades más castizo que el chocolate con churros)que consiste en impugnar la pedantería <strong>com</strong>oun mal per se. El problema de la pedanteríaes, por supuesto, encontrarle un estilo,convertirla en medio y no en fin de lo narrado.En Minimal Bildung la pedantería sehace a<strong>com</strong>pañar por la parodia de sí misma,y sirve para revelar aristas insólitas de lo real,visiones que solo tomarían forma a travésde un saber tan heteróclito <strong>com</strong>o la lista delibros que Buenaventura le ha <strong>com</strong>prado aGerardo Shao (Proust y Valéry, de Curtius;Ideario autonomista, de Rafael Montoro; el estudiosobre Lutero, de Lucien Febvre y losDiarios de Martí). Algunos ejemplos: un patollega humeante a la mesa «<strong>com</strong>o cualquierluterano de filas»; un personaje esachinado, «<strong>com</strong>o sólo consiguen estarlo ciertosjarrones»; un timbre entra en la modorrade una siesta «con la sensación de que perdemosalgo para ganar la continuidad de eseimponderable»; un personaje femenino aludea la cubanísima Cuquita («prima <strong>com</strong>unistade la Barbie»), bajo su parentesco conel conde Shuzo Kuki, visitante de Heideggeren Marburgo. También hay cierta convivenciaentre lo pedante y lo grotesco, <strong>com</strong>ocuando al relatar las desventuras habanerasde un hermano de Wittgenstein se <strong>int</strong>ercalauna viñeta de teatro bufo: aparece el vienésen un cuarto de solar, «donde simulaba <strong>int</strong>eresarsepor las magias de la afrocubanía,para lograr los favores de algún bugarrónocasional, sórdido y potente, <strong>com</strong>o mangasde agua de hidroeléctrica estalinista». Enotra ocasión, el insomnio, «hipóstasis ojerosade la totalidad», es opuesto de maneradeliciosa a la siesta, «sueño digestivo, sueñoque engorda». Estas imágenes sucesivas propician,<strong>com</strong>o el carrusel de cabina erótica alque se alude en cierto pasaje, que unas alambicadasy eruditas disertaciones terminen

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