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int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

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Marial Iglesias Otras edificaciones militares corrieron diferente suerte. El imponente edificiodel Cuartel de la Real Fuerza, que desde el siglo xvi protegía la entradade la bahía habanera, después de haber dado albergue por unos cortos mesesa las tropas norteamericanas que sustituyeron a las españolas, fue convertidoen sede del Archivo General de la Isla, así <strong>com</strong>o también de la bibliotecapública que más tarde se convertiría en la Biblioteca Nacional. El local se reacondicionópara cumplir con sus nuevas funciones civiles. Entre otros cambios,las vetustas letrinas del castillo colonial se sustituyeron por modernoswater-closets con inodoros y lavamanos importados de Norteamérica 17 .Los restos aislados de otro de los grandes bastiones simbólicos de la colonia,las murallas de la capital, se demolieron <strong>com</strong>o parte del proyecto de saneamientoy urbanización del litoral habanero. Calificados en la prensa <strong>com</strong>o«verrugas» que afeaban el cuerpo de la ciudad, los vetustos remanentes de lamuralla fueron sometidos a una «operación quirúrgica»: los muros se derribaron,la tierra se aplanó, conservándose solo pequeños fragmentos con losque, a decir del destacado historiador de la arquitectura Carlos Venegas, «ellegado hispano se transformaba en ruina poética, y se sumergía en el ambientecotidiano de los parques y paseos» 18 .Pese al alcance de estas transformaciones espaciales con las que la rupturacon la colonia se hacía pública, no todas las sedes del gobierno colonial sedesalojaron o remodelaron, con el propósito de reemplazar su significadosimbólico con nuevas lecturas. Los norteamericanos, al heredar de España elaparato estatal, se hicieron también de los sitios o edificaciones, que habíansido durante decenas de años el locus privilegiado del poder metropolitano.No obstante al énfasis en el carácter diferente, «moderno» o «civilizado» de lanueva dominación, durante el período de la ocupación norteamericana, lugares<strong>com</strong>o el antiguo Palacio de los Capitanes Generales conservaron su relevanciasimbólica <strong>com</strong>o los sitios por excelencia desde donde el poder«emana». Al resaltar la continuidad con el legado simbólico del poderío españolse buscaba en este caso subrayar la centralidad y fortaleza de la autoridadimperial, ahora en manos de los nuevos ocupantes extranjeros.en proceso<strong>24</strong><strong>encuentro</strong>la urbanización «a la americana» en los espacios de la capitalEn la capital de la Isla, sede del gobierno de ocupación militar, la presencianorteamericana se tradujo en una expansión constructiva que incluyó grandesobras <strong>com</strong>o la del hoy Malecón a secas, nombrado en la época pretenciosamente<strong>com</strong>o «Avenida del Golfo», o la construcción de nuevos edificios <strong>com</strong>o el dela Academia de Ciencias o la Escuela de Artes y Oficios en la ciudad de LaHabana. Numerosos lugares públicos cambiaron de aspecto, al tiempo que se17 Ver: anc, fondo Secretaría de Gobernación, «Expediente sobre reparación en el Archivo Generalde la Isla», exp. 681, leg. 95, año 1901, y exp. 728, leg. 96, año 1901.18 Carlos Venegas: op. cit. p. 8. Véase también Eduardo Sánchez de Fuentes: <strong>Cuba</strong> monumentariaestatuaria y epigráfica, La Habana, Impr. Solana, 1916, t. I, p. 381.

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