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int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

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uena letrapor adquirir legitimidad narrativa. Es por, asídecirlo, una pedantería fluída, <strong>com</strong>o la del míticoLezama conversador, que se explaya, socarrón,en esas páginas de Paradiso donde lospersonajes improvisan sobre cualquier temade la filosofía occidental, sin olvidar el gracejocriollo. Mezcla llevada a niveles flamígerosen los diálogos novelescos de Severo Sarduy,que, <strong>com</strong>o muchos de Minimal Bildung, parecenhaber sido escritos para teatro. (Algo tieneGerardo Shao, poseído por el «inst<strong>int</strong>ode-chinito-maricónque huye de», de LuisLeng, aquel otro chino que Sarduy tomoprestado en Paradiso, donde se dice que preparabamuy bien las pechugas de ciertos pavipollos.Gerardo Shao sería <strong>com</strong>o un Lengque hubiera vuelto a París, después de asquearseen las fondas chino-cubanas de NuevaYork. O bien un Leng que optó por no marcharseal exilio y, cerrados todos los restaurantesde Zanja, se habría dedicado a venderlibros en su apartamento de la calle Reina).La vida de Buenaventura Vichy pareceilustrar el famoso motto de Stephen Dedalusen el Retrato del artista adolescente: «silence, exileand cunning». Silencio, exilio y astucia coincidenen una mengua del sentido del yo, sonetapas de una disminución que debe terminar,por fuerza, en «la visión de los muertos».Justo en el octavo capítulo de Minimal Bildung,que cuenta la visita del protagonista alcementerio de Père Lachaise, encontramoslas siguientes consideraciones necrológicas:«El exilio presupone la muerte con la mismapertinacia con que la Bildung presupone lamemoria, porque asistir al cese de una vidacon la que te has cruzado es la manera máspatente, quizás la única tangible, de la continuaciónindeleble de la propia. Y de su contingencia».Gracias a eso que el narrador llama«una catequesis de la frustración», elexiliado está rodeado de muerte por todaspartes: la de los demás arropa la suya, y el relatotermina convertido en un extraño exorcismo,en «una biografía del que ya no es».Tanto la consigna trifásica de Dedalus <strong>com</strong>olas transfiguraciones de BuenaventuraVichy abren una especie de hiato en la realidad;los acontecimientos narrados por ambosprotagonistas no conforman «su vida»,sino un territorio en el cual les resulta imposiblepenetrar por <strong>com</strong>pleto, un dominioextraño del cual no se sienten parte, una fugacontinua de algo que jamás han poseído,y que por lo tanto no logran concebir entérminos de pertenencia, pero que les causanostalgia, <strong>com</strong>o si lo hubieran perdido. Y esese sentimiento de pérdida el rasgo más sobresalientede esta novela, cuyo simétricodefecto es haberlo atenuado en la últimaparte, a partir del capítulo <strong>24</strong>, donde la tramapierde fuerza y nos distrae demasiado.Al terminar, bajo la sombra de ese «síndromede Sa<strong>int</strong>e-Beuve» que aqueja a casi todoslos críticos y que los empuja a relacionaral autor con el protagonista de un libro, herecordado aquel pasaje en el que Schopenhauerdefine la contradicción propia del almaadolescente. Por un lado, éste contemplala naturaleza en toda su belleza, plena de <strong>int</strong>uición<strong>int</strong>electual, bulliciosa y fresca. Pero el<strong>int</strong>enso placer de que disfruta se ve en ocasionesturbado por la reflexión amarga de quetodas esas cosas que a sus ojos se presentanno establecen con él ninguna relación <strong>int</strong>eresanteni alegre, puesto que detrás de ese paisajehay una ausencia de trama; tras la rocano lo espera un grupo de amigos, cerca de estacascada no descansa su amada, el mundoes un verdadero desierto para él, etc., etc.Esa melancolía adolescente, observa el filósofo,tiene algo de contradictoria, ya queel hermoso aspecto que adopta la naturalezadescansa precisamente sobre el des<strong>int</strong>erésde la contemplación, des<strong>int</strong>erés que encontraríauna muerte fulminante si afloraraalguna de esas relaciones con la voluntadque el joven echa de menos.Toda primera novela tiene que lidiar conesta contradicción: es un <strong>int</strong>ento de percepciónabsoluta, pero es también un acto de voluntad.Minimal Bildung no resuelve esa contradicción.Es una novela aquejada por suvoluntario aislamiento del mundo. Y en esareclusión hasta una simple pregunta <strong>com</strong>o«¿De qué trata este libro?» tomará a veces elcariz de la ofensa, ocupado el autor en los<strong>com</strong>plicados movimientos tácticos de la batallapor lo esencial. Con suerte, un día ese escritoradolescente descubre que tras su misantropíase esconde también la necesidadde ser reconocido, y que el misántropo es 381<strong>encuentro</strong>buena letra

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