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int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

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Buscando la melodía Curbelo, Marcelino Guerra y otras. Es la brillante época que trató de retratarel novelista cubano Hijuelos en su obra The Mambo Kings play songs of love.Orquestas puertorriqueñas, <strong>com</strong>o la de Tito Puente y Tito Rodríguez, básicamentecon el repertorio cubano, tienen también gran éxito. En este período,<strong>com</strong>o en los anteriores en Nueva York, la simbiosis <strong>Cuba</strong>-Puerto Rico es muyeficaz: los cubanos aportan sus creaciones musicales, sus bailes, sus músicos;los puertorriqueños, aportando los mismos elementos y usando los géneroscubanos traen también el público, porque sin el endoso de la enorme <strong>com</strong>unidadpuertorriqueña que vivía en Nueva York, ciertamente no se hubieranpodido mantener las orquestas cubanas.En 1931, y seguramente debido al éxito obtenido por la orquesta deAzpiazu, la Victor graba en Nueva York a la orquesta de los Hermanos Castroen cuatro números que podemos considerar experimentales: en dos de ellos,la orquesta a<strong>com</strong>paña a un cantante americano importante, Arthur Tracy, enfoxtrots. Evidentemente, la Victor experimentaba el cross over de una orquestacubana con la música norteamericana, cosa que había <strong>int</strong>entado tambiénsin éxito con la orquesta de Azpiazu. Otro número, Martha, una cancióncubana, era <strong>int</strong>erpretada instrumentalmente en su primera parte <strong>com</strong>o unbolero, y en la segunda, <strong>com</strong>o un foxtrot. Era un yuxtaposición de ambosgéneros, pero sin mezclarse. Pero el último número era de W. C. Handy,Sa<strong>int</strong> Louis Blues, que se <strong>int</strong>erpretaba mezclando la percusión cubana con lamelodía y armonía sajonas: en la segunda parte, cuando el trombón estátocando la melodía del número, el coro de la orquesta le hace contracanto,con la primera estrofa del manisero: «Maní, si te quieres por el pico divertir».Era el primer <strong>int</strong>ento de fusionar jazz y música cubana. No tuvo éxito,pero en 1943 el director de la orquesta de Machito, Mario Bauzá, <strong>com</strong>poneun número que sí tiene éxito: Tanga. Pero aquí ya se producían otras circunstanciasmuy diferentes. La banda había estado trabajando con arreglos ymúsicos de jazz. Todo esto iba a culminar dramáticamente cuando a travésde Mario Bauzá, Dizzy Gillespie conoce al percusionista cubano Chano Pozoy lo incorpora a su orquesta de jazz bebop: surgen varias creaciones, sobretodo Manteca, y empieza a hablarse del cu-bop, una fusión del bebop con lamúsica afrocubana.Desgraciadamente Chano murió meses después, pero la semilla estabaprendida y otras orquestas norteamericanas empezaron a usar percusionistascubanos: había <strong>com</strong>enzado el afrocuban jazz.los fabulosos cincuentaLa demanda de percusionistas cubanos en los Estados Unidos creada por elafrocuban jazz fue satisfecha con figuras <strong>com</strong>o Chino Pozo, Armando Peraza,Mongo Santamaría, Cándido Camero, Patato Valdés, Francisco Aguabella yotros muchos, que empezaron a influenciar en el desarrollo del jazz. Seguiríandespués otros músicos <strong>int</strong>érpretes de otros instrumentos, pero versados enel idioma jazzístico. La presencia musical cubana en los Estados Unidos, quelo empezó siendo en Nueva York, en esta década se va a extender al oeste, a 89<strong>encuentro</strong>

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