12.07.2015 Views

int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Mons. Carlos Manuel de Céspedes DOSSIER / el estado de derecho178<strong>encuentro</strong>entre la preocupación por la salvaguarda de los derechos individuales de lapersona y la búsqueda de las mejores garantías para la realización de sus derechosy aspiraciones «sociales»; entre la Revolución Francesa de 1789 y las revolucionessocialistas de 1848; entre el liberalismo decimonónico, análogo alliberalismo reformado del protestantismo norteamericano, y la enseñanzasocial de la Iglesia católica, etc. —los binomios podrían prolongarse—, nosayuda a entender los programas y, más tarde, los debates de la Constituyente yel mismo texto de la Constitución, así <strong>com</strong>o lo que está en la base de todoello, o sea, la asimilación o <strong>int</strong>eriorización de las s<strong>int</strong>onías mundiales, en esteámbito, propias de los años tre<strong>int</strong>a y cuarenta.Ni siquiera el Fulgencio Batista de los años tre<strong>int</strong>a se s<strong>int</strong>ió dispensado deeste esfuerzo, de ese talante democrático, más cercano —en principio— a lasocial-democracia que al liberalismo socio-económico. Desde el 4 de septiembrede 1933 sus palabras seguían esos derroteros. En su discurso del 4 de septiembrede 1939, con la experiencia de seis años de gobierno desde la conchadel apuntador, se refirió al septembrismo <strong>com</strong>o «fórmula de una democraciapura que revolucione constructivamente, primero, y evolucione sobre basesde equidad después», en orden a construir un orden nuevo, con metas haciauna justicia social, y hacia un nacionalismo reformador, con aspiraciones dereformas sociales y económicas, economía dirigida, función social de la propiedad—concepto que recogería más tarde la Constitución de 1940—, protecciónsocial y educación cívico-militar, con acento en la enseñanza cívica rural.Tanto para Fulgencio Batista, <strong>com</strong>o para los dirigentes y seguidores de partidosdisímiles, la Constitución de 1940 no podía ignorar ninguno de los platillosde la balanza de la justicia. Ni el individuo exclusivamente, ni la «masahumana» exclusivamente, sino el hombre en sociedad o <strong>com</strong>unidad humana.En el cómo lograrlo y, consecuentemente, en las proporciones de los ingredientes,constitutivos del «orden nuevo», radicaban las diferencias en el planode la filosofía política que se esgrimía. La coherencia entre pensamiento político,existencia concreta y ética personal de los protagonistas de este drama que,a veces, se tornó tragedia y a veces bufonada, es otra cuestión —juicios de valorde las personas— que no cabe en un análisis de textos y de las filosofías políticassubyacentes.la asamblea constituyenteEn ese <strong>com</strong>plejo escenario, <strong>int</strong>ernacional y nacional, fueron convocadas laselecciones para una Asamblea Constituyente que debería dotar a la Nación deuna nueva Carta Fundamental adecuada para el momento que se vivía y paralo que se oteaba más allá del horizonte inmediato. Las elecciones tuvieronlugar el 15 de Noviembre de 1939. Según criterio de todos los testigos calificados,las elecciones fueron limpias. Resultaron elegidos (por orden alfabético):Salvador Acosta, Francisco Alomá, Rafael Álvarez González, Aurelio Álvarezde la Vega, José Andréu, Manuel Benítez, Alberto Boada, Bravo Acosta, BravoCorreoso, Fernando del Busto, Juan Cabrera, Miguel Calvo Tarafa, RamiroCapablanca, José Manuel Casanova, César Casas, Ramón Corona, José Manuel

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!