12.07.2015 Views

int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Rafael Alcides callo, cuando a partir del ‘52 viví en La Habana, sin familia aquí y sin encontrartrabajo, me llevó a cada rato a vivir alimentándome de mi mismo. Períodoshubo en que sin haber dejado transcurrir ni dos semanas de la venta anteriorde sangre, tuve que volver a presentarme con mi brazo extendido delantedel médico del hospital «General Calixto García» que simulando no haberidentificado la huella del agujazo reciente me decía delante de su ayudantecon cara de yo no fui, <strong>com</strong>o si jamás me hubiera visto: «Esto parece la picadade un mosquito». Y salvada de este modo su responsabilidad ante mi silenciocómplice, acucioso empezaba el buen doctor a sacarme el medio litro de sangreque luego vendería en ve<strong>int</strong>icinco pesos pero por el que a mi me pagabacinco que descontada la <strong>com</strong>isión del <strong>int</strong>ermediario, del corredor, me dejabapara <strong>com</strong>er, sacar ropas del tren de chinos y pagar camas atrasadas en loshoteles de hombres solos, <strong>com</strong>o he contado en Agradecido <strong>com</strong>o un perro 1 , cuatropesos cincuenta centavos. ¿Cómo en un mundo así iba uno a darse cuentade la cárcel en que nos metíamos cuando hicimos lo que hicimos creyendoque ése era el modo de defender lo que habíamos obtenido y lo que estaba (ysigue estando) por obtener? No a todos, repito, nos tocó la misma República,pero los más la sufrimos por igual. Y esos son los que cuentan, tanto para lareconstrucción <strong>com</strong>o para el Apocalipsis. Los más. Por lo demás, no me sientoculpable. Culpo a los burgueses, culpo a los malos y torpes gobiernos norteamericanosde entonces y de ahora, culpo a la onu, a los políticos que nostocaron y hasta a la Iglesia culpo, a la prensa, al poder Judicial, a la Liga de laDecencia, al Club de Leones, culpo a todos los que de un modo u otro contribuyerona sepultar la República en la aciaga madrugada del 10 de marzo de1952 no obstante las elecciones fraudulentas con que por dos ocasiones pretenderíael antiguo sargento Batista prolongarla, crear la imagen de que apesar de él aún existía, de que a pesar de él seguía en pie la República. Pueshasta aquellos antaños muchachos de los lunes por la noche en la CárcelVieja, de los cuales hoy me siento el bisabuelo cuando me vuelvo a ver entreellos y en cuyo recuerdo tal vez te he contado este cuento, Jesús, hasta aquellosmuchachos sabíamos que donde hay dictadura no hay, no puede haberdemocracia; que democracia es todo lo contrario de dictadura; luego entonces,si no había democracia, me digo, ¿cómo pudo ponerse a decir ese señorque aquí existía una República?Ahora que van a cumplirse cincuenta años de tan trágico mutis, se me ocurre,por si fuera cierto que no murió la República en esa madrugada aciaga,que solamente se quedó dormida <strong>com</strong>o la princesa del cuento, podría pensarsesin ser un cabalista consumado, sobre todo quienes gustan de los remake ylas <strong>int</strong>ertextualidades (y aun duplicaciones) tan frecuentes entre realidad yficción en este mundo donde tanto prodigio suele ocurrir, se me ocurre queaprovechando lo redondo del nuevo aniversario, sería ocasión propicia parahacerla despertar. Cierto que en la versión original tarda ese final feliz cien138<strong>encuentro</strong>1 Edic. Letras <strong>Cuba</strong>nas, 1983.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!