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int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

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Sobre la Primera República errores o injusticias. Sí pido, en cambio, que los <strong>com</strong>prendamos sin recurrirni al mito del vecino abusador ni a la imagen fatalista, y por tanto irreal, denuestro supuesto engendro monstruoso, y que los veamos <strong>com</strong>o lo que fueron,o son: parte de nuestro ser histórico por el cual debemos asumir enteraresponsabilidad.En relación con lo anterior se suelen invocar con frecuencia, para condenarla República, las numerosas y justas críticas que en su momento hicieronvaliosos <strong>int</strong>electuales <strong>com</strong>o Ortiz, Mañach, Loveira, Marquez Sterling, SalasAlomá, amén de poetas <strong>com</strong>o Byrne o Acosta. Sin embargo, la misma maníamitificadora suele hacernos olvidar que todos esos planteamientos fueronprecisamente eso: críticas, y no condenas. Por encima de todo su escepticismoy frustración, ninguno de ellos —a excepción de <strong>com</strong>unistas <strong>com</strong>o Julio AntonioMella, y en esos casos por claras razones sectarias— jamás pidió la aboliciónde la República. Antes bien, y lejos de una condena, sus críticas reformistasconstituyen la evidencia más fehaciente de la salud de la República.Porque una república sin críticos no es una república.No, nuestra República no fue, no es, perfecta. ¿Acaso alguna lo ha sido, olo es? Si lo es, entonces me temo que no será una República sino otra cosa:una entelequia, una abstracción. En este sentido, el castrismo tiene razón,aunque solo a medias: todas las repúblicas han sido, y son, mediatizadas.Todas son pseudo-repúblicas. Son mediatizadas por la imperfección humana:por los errores, defectos, taras y metidas de pata que todos <strong>com</strong>partimos, sinexcepción. Y todas son pseudo-repúblicas porque son apenas proyectos quepueden, o no, cumplirse. El concepto de república ha sido, en Occidente,para decirlo en el lenguaje de los escultores (homenaje a mi venerado SergioLópez Mesa, escultor republicano) un molde en el que se realizan vaciados deyeso que pueden o no producir esculturas realizadas. Es un contrato imperfectoentre seres humanos imperfectos, y a veces, <strong>com</strong>o en efecto ha sido elcaso de nuestro país, en franca desventaja económica. Pero el contrato ha validola pena porque, <strong>com</strong>o observa el historiador español Álvarez Junco, «Larepública era la forma política adecuada a un plan general de racionalizaciónde las relaciones humanas cuyas principales promesas eran la igualdad entrelos ciudadanos y la supresión de la crueldad y el temor, de la ignorancia y lasuperstición, del dolor y la miseria» 3 .Por último, los defectos que se suelen invocar para condenar a la Repúblicatampoco suelen ir de la mano con sus grandes virtudes, o realizaciones.Aun antes de la segunda Constitución, en 1940, la <strong>Cuba</strong> post-Machado veráuna impresionante serie de victorias sociales: se abroga la Enmienda Platt; seregula el derecho de huelga, se establece el jornal mínimo, y se proclamauna ley de descanso dominical; se reconoce el derecho de coalición de lostrabajadores agrícolas; las mujeres obtienen el voto; se crea el Instituto3 «Los amantes de la libertad: la cultura republicana española a principios del siglo xx», en N.Townson, ed.: El republicanismo en España (1830-1977), Madrid, 1994.47<strong>encuentro</strong>

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