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int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

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Cristóbal Díaz Ayala Además, la radio, <strong>com</strong>o el disco, no tenía color racial. El prejuicio no va a<strong>int</strong>ervenir en la evaluación que el oyente haga de un cantante u orquesta determinada.Además, mediante la trasmisión por onda corta, la música cubanallega a todo el Caribe. Otro hecho va a influir en la manera de percibir el fenómenomusical: la recepción de la cultura afrocubana <strong>com</strong>o parte de nuestroacervo. Escritores <strong>com</strong>o Fernando Ortiz <strong>com</strong>ienzan la evaluación del rico generocultural afrocubano, principalmente en lo musical; se crean revistas y gruposliterarios que critican la mentalidad discriminatoria y racista imperante; hay uncambio en la clase pensante cubana, que empieza a producir efectos.Se suceden continuamente hechos que acrecientan nuestra fuerza musical.Surgen grandes <strong>com</strong>positores, <strong>com</strong>o Ernesto Lecuona y Gonzalo Roig: elson triunfa plenamente en La Habana, los sextetos aumentan su prevalenciaal agregar una trompeta y convertirse en septetos, y su fama ya trasciende a lomundial: el Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro participa en la Feria Internacionalde Sevilla de 1929. Nuestras grabaciones de sones, danzones, boleros, yotros géneros se escuchan en España, y sobre todo en el área caribeña. Unaño antes, Rita Montaner, Sindo Garay y una orquesta cubana habían llevadonuestra música a París.86<strong>encuentro</strong>la década de los tre<strong>int</strong>a: exportando la músicaPero la década siguiente irrumpe con más fuerza aún. La orquesta de DonAzpiazu y su cantante Antonio Machín plantan bandera cuando debutan enun teatro de Nueva York en 1930. Ese mismo año graban El manisero, un sonpregónde Moisés Simons que los americanos rebautizan «rhumba» y que<strong>com</strong>ienza la saga de la música cubana en Norteamérica. Desde los tiempos dela presencia cubana en París y España, y después en los Estados Unidos, se vacreando paralelamente con la música la mítica de nuestros bailes: es unapuesta en escena en que la primitiva rumba cubana se va estilizando en lasfiguras de la pareja de baile o la rumbera, con su atuendo típico, al igual quelas camisas con vuelos de los hombres llamadas guaracheras, en fin, todo unrepertorio de pasos de baile, de gestualidades, de vestuario, de instrumentosexóticos <strong>com</strong>o claves, maracas, tambores, bongoses, quijada de burro, gangarriay otros que crean un estilo inconfundible.En los años siguientes varios músicos cubanos se asentarán en la Ciudadde la Luz con gran éxito, sobre todo la orquesta Lecuona <strong>Cuba</strong>n Boys. TambiénEspaña recibe parte de esta invasión cubana. Los Lecuona estaránhaciendo giras por toda Europa y el cercano Oriente hasta estallar la SegundaGuerra Mundial en 1939. En esta década, la música cubana se <strong>int</strong>ernacionalizadefinitivamente.En <strong>Cuba</strong> surge nuestro teatro lírico con la zarzuela cubana con extraordinariafuerza, con las creaciones geniales de Gonzalo Roig, Ernesto Lecuona,Rodrigo Pratts y otros. Otro plano musical en que los cubanos irrumpen conéxito.Desde los ve<strong>int</strong>e la Victor y otros sellos discográficos llevaban a gruposcubanos y cantantes a hacer grabaciones en Estados Unidos, además de enviar

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