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int encuentro 24 A - cubaencuentro.com - Cuba Encuentro

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uena letrabuena letra374<strong>encuentro</strong>iban a devenir el eje ideológico de toda suexistencia, de toda su labor <strong>int</strong>electual, detoda su acción política.Precisamente por eso, cuando a mediadosdel siglo xix surgió en el país un movimientoanexionista que pretendía convertir a laIsla en un estado más de la Unión norteamericana,Saco se levanta, indignado. Y su campañacontra la anexión fue tan fuerte y tanbien articulada que en mucho ayudó a llevara esa tendencia política al fracaso. Comomuestra de esa protesta citemos estas palabrasdel opúsculo de Saco titulado Ideas sobrela incorporación de <strong>Cuba</strong> a los Estados Unidos 1 :«A pesar de que reconozco las ventajas que<strong>Cuba</strong> alcanzaría formando parte de los EstadosUnidos, me quedaría en el fondo del corazónun sentimiento secreto por la pérdidade la nacionalidad cubana... La anexión, enúltimo resultado, no sería anexión sino laabsorción de <strong>Cuba</strong> por los Estados Unidos.Verdad es que la isla, geográficamente considerada,no desaparecería del grupo de lasAntillas, pero yo quisiera que si <strong>Cuba</strong> se separarse,por cualquier evento, del tronco aque pertenece, siempre quedase para los cubanos,y no para una raza extranjera... Yo desearíaque <strong>Cuba</strong> no sólo fuese rica, ilustrada,moral y poderosa, sino que fuese <strong>Cuba</strong> cubanay no angloamericana».En verdad, <strong>Cuba</strong> contrajo varias deudascon José Antonio Saco, <strong>com</strong>o bien se desprendede las obras recogidas en este volumen.La primera fue por haber reconocidotan temprano el despertar histórico de unanacionalidad cubana perfectamente diferenciada.La segunda, por sostener que esanación en ciernes solo podía ser viable si enella privaban los principios del liberalismo,por entonces también naciente en Europa.Saco se convirtió en campeón de la luchacontra el absolutismo de los Capitanes Generales,a quienes el gobierno monárquicoespañol había dotado de poderes omnímodos.Y por muchos años fue, además, líder1La mayor parte de los trabajos de Saco citados en estareseña bibliográfica aparecen en el tomo de la Editorial<strong>Cuba</strong>na que estamos <strong>com</strong>entando. Búsquelos allí el <strong>int</strong>eresadolector.de la lucha por las libertades cívicas en <strong>Cuba</strong>:libertad de pensamiento, de palabra, deacción política, de práctica religiosa, de representaciónadecuada de la Isla en el senodel gobierno español... Jamás despreciócualquier oportunidad que se le presentasepara defender estos y otros derechos humanos,sistemáticamente conculcados en la <strong>Cuba</strong>de Miguel Tacón y de Lepoldo O’Donnell.El resultado, dada la <strong>int</strong>ransigenciaperpetua de la obtusa monarquía hispánicaen el siglo xix, fue la ensañada persecuciónoficial desatada contra él: Saco fue condenadoa un exilio que resultó casi permanente.Como Martí, se vio obligado a vivir la mayorparte de su vida adulta fuera de su patria.Y su hoja de servicios no se detiene ahí: Sacofue un gran profesor, un innovador en elcampo científico y en el filosófico, un ensayistade fuste, un enemigo acérrimo de latrata de esclavos y muy particularmente dela trata ilegal, o sea, del contrabando de sereshumanos, así <strong>com</strong>o uno de los primeros historiadoresde la institución servil. Su Historia dela Esclavitud es todo un clásico. Y su epistolario,una fuente básica para el estudio de nuestropasado colonial en la era que le tocó vivir.Quizás parezca mezquino encontrarle lunaresa este espléndido expediente, pero laverdad debe decirse totalmente, para queno deje de serlo... Y la verdad es que JoséAntonio Saco tenía un concepto sumamenteestrecho, irreal y equivocado del verdaderocarácter de esa cubanidad que proclamabay defendía en sus obras. En una ocasiónle dio cuerpo a su tesis sobre esa cuestión enestas palabras: «La nacionalidad cubana deque ya hablé, y de la única que debe ocuparsetodo hombre sensato, es de la formadapor la raza blanca, que sólo se eleva a po<strong>com</strong>ás de 400.000 individuos». Es decir, JoséAntonio Saco excluía del seno de la patriacubana a los negros y a los mulatos, queconstituían por esa época la mitad de la poblacióndel país. Afirmaba que los hombresy las mujeres de piel oscura no eran ni podríanser jamás cubanos, aunque hubiesennacido en el seno de nuestra isla.Es más, Saco proponía que se tomasenrápidas medidas para sacar a todos los negrosdel país. A <strong>Cuba</strong> había que blanquearla

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