12.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NORA ROBERTS ÁNGELES CAÍDOS<br />

—No lo sé. No tengo la menor i<strong>de</strong>a.<br />

—Entonces volvamos. Me apetece una cerveza.<br />

—Yo no me acuesto con todos los hombres que me atraen.<br />

Brody se apoyó en la puerta abierta <strong>de</strong>l coche.<br />

—Según tú, hace dos años que no te acuestas con nadie.<br />

—Es verdad, pero si crees que vas a aprovecharte <strong>de</strong> mi... racha <strong>de</strong> sequía...<br />

—Pue<strong>de</strong>s apostar tu culo flaco a que lo haré —contestó él con una sonrisa<br />

mientras subía al coche.<br />

Ella movió su culo flaco hasta la puerta <strong>de</strong>l pasajero y subió ofendida.<br />

—Esta es una conversación ridícula.<br />

—Pues cállate.<br />

—Ni siquiera sé por qué me gustas —refunfuño ella—. Pue<strong>de</strong> que no me<br />

gustes. Tal vez he reaccionado así contigo porque hace mucho tiempo que no tengo<br />

ningún... contacto personal íntimo.<br />

—¿Por qué no dices simplemente que hace mucho tiempo que no echas un<br />

polvo?<br />

—Es evi<strong>de</strong>nte que no tengo tu elegancia con las palabras. Pero lo que quiero<br />

<strong>de</strong>cir es que el simple hecho <strong>de</strong> que haya reaccionado no significa que vaya a <strong>de</strong>jar<br />

que me eches en tu cama.<br />

—No tengo previsto golpearte en la cabeza con mi garrote y arrastrarte por los<br />

pelos hasta mi cueva.<br />

—No me extrañaría —respondió ella mientras buscaba la protección <strong>de</strong> sus<br />

gafas <strong>de</strong> sol—. Y, aunque te agra<strong>de</strong>zco que me creas y me apoyes, no...<br />

El frenazo fue tan brusco que ella se vio lanzada contra el cinturón <strong>de</strong><br />

seguridad.<br />

—Una cosa no tiene nada que ver con la otra —dijo él con voz peligrosamente<br />

fría—. No vayas por ahí.<br />

—Yo... —Reece cerró la boca y respiró hondo cuando él volvió a conducir—.<br />

Eso ha sido ofensivo, tienes razón. Ha sido ofensivo para los dos. Ya te he dicho que<br />

no podía pensar. Tengo el cuerpo revuelto y el cerebro <strong>de</strong>l revés. Estoy cabreada,<br />

estoy asustada y estoy caliente. Y me está entrando dolor <strong>de</strong> cabeza.<br />

—Tómate un par <strong>de</strong> aspirinas y acuéstate. Cuando la calentura domine sobre lo<br />

<strong>de</strong>más, me avisas.<br />

Reece fijó la vista en las montañas.<br />

—Estos dos últimos días han sido muy extraños.<br />

—Cuéntamelo a mí.<br />

—Quiero hablar con el sheriff. Podrías <strong>de</strong>jarme allí.<br />

—Vete a casa, tómate la aspirina y llámale.<br />

Necesito hablar con el cara a cara. Déjame allí —repitió mientras entraban en el<br />

pueblo—. Ve a tomarte tu cerveza. —Al ver que Brody no respondía, se movió en su<br />

asiento para ponerse <strong>de</strong> cara a él—. No te pido que vengas conmigo; no quiero que lo<br />

hagas. Si el sheriff Mardson piensa que no puedo <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rme a mí misma, tendrá<br />

menos motivos para creerme.<br />

— 111 —

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!