12.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NORA ROBERTS ÁNGELES CAÍDOS<br />

<strong>de</strong> atrás y se acercó por el lateral <strong>de</strong>l edificio—. ¿Qué pasa aquí? <strong>San</strong>to cielo, por el<br />

amor <strong>de</strong> Dios, ¿qué es todo esto?<br />

Atisbo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l maletero arrugando la nariz.<br />

—Yo no he hecho esto —empezó Reece.<br />

—Pues, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, yo tampoco. He ido a coger la rueda <strong>de</strong> recambio —dijo<br />

Lynt— y me lo he encontrado. Se le ha metido en la cabeza que yo he echado toda<br />

esta basura aquí <strong>de</strong>ntro.<br />

—Está trastornada. Mierda, Lynt, ¿no lo estarías tú en su lugar? Estos críos... —<br />

dijo Joanie en tono ligero—. Habrán sido unos cuantos críos estúpidos. Lynt, tengo<br />

unos cubos ahí atrás y unos guantes <strong>de</strong> goma en el almacén. Échame una mano para<br />

limpiar esto.<br />

—Yo lo haré —dijo Reece, arrancando las palabras <strong>de</strong> su garganta irritada—. Lo<br />

siento, Lynt. Es que no entiendo...<br />

—Sube —le or<strong>de</strong>nó Joanie—. Vamos. Lynt y Pete pue<strong>de</strong>n ocuparse <strong>de</strong> esto. Yo<br />

subiré <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un momento. No discutas conmigo —añadió cuando Reece empezó<br />

a protestar.<br />

—Lo siento —repitió Reece con voz cansada al tiempo que cogía la cesta—. Lo<br />

siento. ¿Cuánto le <strong>de</strong>bo?<br />

—No le cobraré nada —respondió Lynt—. No he hecho más que inflar los<br />

neumáticos.<br />

Joanie le dio a Lynt una palmadita en el brazo mientras Reece subía por la<br />

escalera.<br />

—Ve atrás, ¿vale? Dile a Pete que te eche una mano con esto. La próxima vez<br />

que vengas a comer, invita la casa.<br />

—¿Cómo iban a abrir unos críos el maletero, Joanie? Te aseguro que no lo han<br />

forzado.<br />

—Sabe Dios cómo hacen los críos las cosas. O por qué motivo —dijo antes <strong>de</strong><br />

que Lynt pudiese formular la pregunta—. Pero el caso es que ese maletero está lleno<br />

<strong>de</strong> basura. Pete y tú podéis encargaros <strong>de</strong> eso.<br />

Cuando Joanie entró en el apartamento, Reece estaba sentada en un lado <strong>de</strong>l<br />

diván, con la cesta <strong>de</strong> ropa mojada a sus pies.<br />

—La sopa huele bien. —Joanie se acercó y miró la cesta frunciendo el ceño—.<br />

Esa ropa se llenará <strong>de</strong> hongos si no la tien<strong>de</strong>s. ¿Por qué no la has metido en la<br />

secadora?<br />

—Creía haberlo hecho. Estoy segura <strong>de</strong> haberlo hecho. Pero estaba en la<br />

lavadora.<br />

—¿Qué <strong>de</strong>monios es eso?<br />

—Tinta. Tinta roja. Alguien ha metido mi rotulador rojo en la lavadora con la<br />

ropa.<br />

Joanie infló los carrillos. Fue a sacar un plato pequeño <strong>de</strong>l armario <strong>de</strong> Reece. Al<br />

volver, encendió un cigarrillo y se sentó en la cama junto a Reece.<br />

—Voy a fumarme un cigarrillo y tú vas a contarme qué está pasando.<br />

—No sé qué está pasando. Lo que sí sé es que he metido esa ropa en la<br />

— 244 —

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!