12.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NORA ROBERTS ÁNGELES CAÍDOS<br />

Su té. Brody le había preparado su té y se lo había <strong>de</strong>jado cerca para que lo<br />

encontrase caliente al <strong>de</strong>spertar.<br />

Si le hubiese recitado a Keats inundándola <strong>de</strong> flores blancas, Reece no se habría<br />

sentido más conmovida. Le había dicho cosas horribles, se había comportado <strong>de</strong><br />

forma abominable. Y él le había preparado su té.<br />

Bebió un sorbo y <strong>de</strong>jó que se <strong>de</strong>slizase garganta abajo hasta calmar su<br />

maltratado estómago. Oyó el sonido <strong>de</strong>l teclado y cerró los ojos con fuerza, tratando<br />

<strong>de</strong> armarse <strong>de</strong> valor. Tras titubear un poco, se levantó para afrontar las<br />

consecuencias.<br />

Cuando cruzó el umbral <strong>de</strong> su estudio, Brody la miró y se limitó a alzar esa ceja.<br />

«Es curioso —pensó Reece— cuántas expresiones pue<strong>de</strong> transmitir ese<br />

movimiento. Interés, diversión, irritación. ¿Y en este momento? Aburrimiento<br />

absoluto.»<br />

Reece habría preferido una buena bofetada.<br />

—Gracias por el té.<br />

Brody permaneció en silencio, esperando, y ella se dio cuenta <strong>de</strong> que no tenía<br />

valor suficiente para empezar.<br />

—¿Puedo tomar un baño? —añadió.<br />

—Ya sabes dón<strong>de</strong> está la bañera.<br />

Brody volvió a teclear, a sabiendas <strong>de</strong> que luego tendría que borrar el<br />

galimatías que apareció en la pantalla. Reece parecía un fantasma <strong>de</strong> ojos negros y su<br />

voz era la <strong>de</strong> un niño arrepentido. No le gustaba.<br />

Cuando ella se marchó, Brody esperó hasta oír que el agua empezaba a llenar la<br />

bañera. Entonces borró lo último que había escrito, <strong>de</strong>sconectó el or<strong>de</strong>nador y bajó a<br />

prepararle una sopa.<br />

No estaba cuidando <strong>de</strong> ella; aún estaba <strong>de</strong>masiado cabreado para consi<strong>de</strong>rarlo.<br />

Hacía lo que solía hacerse cuando alguien se encontraba mal. Un poco <strong>de</strong> sopa, tal<br />

vez unas tostadas. Lo mínimo.<br />

Se preguntó qué cantidad <strong>de</strong>l veneno que tenía en su interior había conseguido<br />

expulsar junto con el vino.<br />

Si Reece volvía a vomitarle insultos, él iba a...<br />

«Nada», pensó. Se dio cuenta <strong>de</strong> que no estaba cabreado con ella. Estaba<br />

cabreado consigo mismo. Debería haber previsto que explotaría en algún momento.<br />

Se había controlado muy bien, y había conseguido levantarse <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cada<br />

puñetazo. Pero se había tragado el miedo, la rabia, las heridas. Tar<strong>de</strong> o temprano<br />

tenían que <strong>de</strong>sbordarse.<br />

«Y ese día es hoy», se dijo.<br />

La repugnante guerra psicológica que alguien le estaba haciendo, tener que<br />

mirar fotos <strong>de</strong> una mujer muerta... Brody no sabía nada <strong>de</strong> eneldo fresco, pero era<br />

evi<strong>de</strong>nte que eso había sido la gota que colma el vaso.<br />

Ahora se disculparía, y él no quería sus malditas disculpas. Probablemente le<br />

diría que tenía que irse, que tenía que buscar otro refugio contra su tormenta<br />

personal, y él no quería que se fuese. No quería per<strong>de</strong>rla.<br />

— 218 —

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!