12.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

NORA ROBERTS ÁNGELES CAÍDOS<br />

bajo, estaba reservada para bailar.<br />

La barra era larga y negra, y se hallaba bajo el dominio <strong>de</strong> Michael Clancy, que<br />

había llegado a Wyoming directamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Cork hacía unos doce años. Se había<br />

casado con una mujer que afirmaba tener sangre cherokee y llamarse Rainy. Clancy<br />

parecía lo que era, un irlandés grandullón y brusco que regentaba un bar. Rainy<br />

preparaba en la cocina nachos, pieles <strong>de</strong> patata y cualquier otra cosa que le<br />

apeteciera.<br />

Los taburetes <strong>de</strong> la barra tenían el asiento <strong>de</strong>sgastado y brillante por el roce <strong>de</strong><br />

los traseros durante una docena <strong>de</strong> años. Había Bud y Guinness <strong>de</strong> barril, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

algunas cervezas locales en botella, entre las que se incluía algo llamado Buttface.<br />

Amber, que Reece había rehusado probar. Otras opciones eran Harp<br />

embotellada o, si eras mujer —o un mariquita, en opinión <strong>de</strong> Claney—, Bud Light. En<br />

la abundante exposición <strong>de</strong> licores <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la barra abundaban los whiskies.<br />

Linda-Gail había avisado a Reece <strong>de</strong> que el vino que Clancy servía <strong>de</strong> una caja<br />

era barato y sabía a meados calientes.<br />

Había un par <strong>de</strong> mesas <strong>de</strong> billar en otra zona, y el sonido <strong>de</strong> las bolas llegaba<br />

mezclado con la música que emitían los altavoces.<br />

—¿Qué tal la cabeza? —le preguntó Linda-Gail.<br />

—Todavía la tengo sobre los hombros, y seguramente está mucho mejor que la<br />

mano <strong>de</strong> Pete.<br />

—Siete puntos. Uf. Pero le ha encantado que te <strong>de</strong>shicieras en atenciones con él<br />

cuando ha vuelto. Le has obligado a sentarse, le has servido tú misma esa trucha<br />

frita...<br />

—Es un encanto <strong>de</strong> tío.<br />

—Sí que lo es. Y, hablando <strong>de</strong> tíos, ahora que estás bebiendo, <strong>de</strong>sembucha.<br />

¿Cómo es Brody? ¿Es muy excitante?<br />

Reece <strong>de</strong>cidió que, si iba a tener una amiga, ella misma <strong>de</strong>bía actuar como tal.<br />

Se inclinó hacia <strong>de</strong>lante.<br />

—Explosivo.<br />

—¡Lo sabía! —Linda-Gail dio un puñetazo en la mesa—. Se nota. Los ojos, la<br />

boca. O sea, está el cuerpo y todo lo <strong>de</strong>más, pero sobre todo la boca. Está para<br />

comérsela.<br />

—Sí, tengo que reconocer que así es.<br />

—¿Qué otras partes <strong>de</strong> él has probado?<br />

—Eso es todo. Lo <strong>de</strong>más, me lo estoy pensando.<br />

Con la boca abierta y los ojos <strong>de</strong>sorbitados, Linda-Gail se echó hacia atrás.<br />

—Tienes un autocontrol sobrehumano. ¿Es aprendido o heredado?<br />

—Es lo que podría llamarse una consecuencia <strong>de</strong>l terror. Ya conoces mi historia.<br />

Para ganar tiempo, Linda-Gail bebió un poco <strong>de</strong> cerveza.<br />

—¿Te molesta?<br />

—No lo sé. Unas veces sí, pero otras es un alivio —respondió Reece.<br />

—No sabía si hablar <strong>de</strong> eso o no. Sobre todo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que Joanie... —Linda-<br />

Gail se interrumpió, <strong>de</strong> pronto parecía muy interesada en su cerveza.<br />

— 141 —

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!