12.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NORA ROBERTS ÁNGELES CAÍDOS<br />

nadie <strong>de</strong>l pueblo.<br />

—Supongo que es bueno saberlo. En realidad, no estoy segura <strong>de</strong> lo que hay<br />

entre nosotros, aparte <strong>de</strong> los calores.<br />

—Los calores son un buen punto <strong>de</strong> partida. Tú, que eres cocinera, <strong>de</strong>berías<br />

saber eso.<br />

—Ha pasado algún tiempo. —Reece jugaba distraída con las puntas <strong>de</strong> su<br />

cabello mientras observaba el peinado <strong>de</strong> I.inda-Gail—. ¿A qué peluquería vas?<br />

—¿Cuándo tengo prisa o cuando quiero <strong>de</strong>rrochar?<br />

—Estoy consi<strong>de</strong>rando la posibilidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rrochar.<br />

—Reece, Reece, la posibilidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rrochar no admite consi<strong>de</strong>raciones. Por<br />

<strong>de</strong>finición, hay que tirarse <strong>de</strong> cabeza. Po<strong>de</strong>mos convencer a Joanie <strong>de</strong> que nos dé a las<br />

dos el mismo día libre la semana que viene y hacerlo.<br />

—Vale, pero <strong>de</strong>bo <strong>de</strong>cirte que la última vez que traté <strong>de</strong> ir a la peluquería acabé<br />

echándome a correr como alma que lleva el diablo.<br />

—No hay problema. —Linda-Gail se chupó la pegajosa sustancia anaranjada<br />

que le manchaba el pulgar y sonrió—. Llevaré una cuerda.<br />

Mientras Reece esbozaba una sonrisa, uno <strong>de</strong> los vaqueros <strong>de</strong>l pueblo se dirigió<br />

hacia el pequeño escenario. Era un tipo <strong>de</strong>lgado y alto que llevaba botas <strong>de</strong> cuero y<br />

unos téjanos <strong>de</strong>steñidos. Reece sabía ya que el <strong>de</strong>sgastado círculo blanco <strong>de</strong>l bolsillo<br />

trasero se <strong>de</strong>bía al hábito <strong>de</strong> llevar una lata <strong>de</strong> tabaco rape.<br />

—¿Espectáculo en vivo? —preguntó Reece al ver que cogía un micrófono.<br />

—Depen<strong>de</strong> <strong>de</strong> lo que entiendas por espectáculo. Karaoke. —Linda-Gail levantó<br />

el vaso hacia el escenario—. Todas las noches en Clancy's. Ese es Reuben Gates;<br />

trabaja en el Circle K. con Cas.<br />

—Café solo, huevos con tostadas, beicon y patatas fritas. Va a Joanie's todos los<br />

domingos por la mañana.<br />

—Ese mismo. Es bastante bueno.<br />

Tenía una profunda y fuerte voz <strong>de</strong> barítono, y era evi<strong>de</strong>nte que gozaba <strong>de</strong>l<br />

favor <strong>de</strong>l público, que silbó y dio palmadas cuando empezó a cantar «Ruby».<br />

Mientras le escuchaba cantar sobre una mujer infiel, trató <strong>de</strong> imaginárselo a<br />

orillas <strong>de</strong>l río Snakc con una cazadora negra y una gorra anaranjada <strong>de</strong> cazador.<br />

«Podría ser él», pensó. Sus manos parecían fuertes, y mientras cantaba se<br />

mostraba tranquilo.<br />

Podría ser él, un hombre para el que había frito huevos y patatas los domingos<br />

por la mañana. O podría ser cualquiera <strong>de</strong> los hombres sentados ante la barra o las<br />

mesas. Cualquiera <strong>de</strong> ellos podía ser un asesino. «Cualquiera», volvió a pensar<br />

mientras el pánico le atenazaba la garganta.<br />

La música seguía sonando y la profunda voz <strong>de</strong> barítono la acompañaba. Las<br />

conversaciones continuaron, ahora en voz baja por respeto a la interpretación. Los<br />

vasos chocaban contra la ma<strong>de</strong>ra, las sillas arañaban el suelo.<br />

Y el pánico empezó a cerrarse en un puño para <strong>de</strong>jarla sin aire.<br />

Vio el rostro <strong>de</strong> Linda-Gail, vio la boca <strong>de</strong> su amiga que se movía, pero la<br />

ansiedad le había llenado los oídos <strong>de</strong> algodón. Se forzó a espirar, se forzó a inspirar.<br />

— 143 —

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!