12.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

NORA ROBERTS ÁNGELES CAÍDOS<br />

así que no voy a acostarme contigo. Pero agra<strong>de</strong>zco la oferta.<br />

—Aún no te he pedido que te acuestes conmigo —señaló él.<br />

—Así los dos ahorramos tiempo.<br />

Cas siguió comiendo <strong>de</strong>spacio, pensativo, sonrió <strong>de</strong>l misino modo, <strong>de</strong>spacio y<br />

pensativo.<br />

—Si me dieses una oportunidad, seguro que podría hacerte cambiar <strong>de</strong> i<strong>de</strong>a.<br />

—Por eso no te la doy.<br />

—Pue<strong>de</strong> que mi madre te <strong>de</strong>spida o que me repudie.<br />

Cuando la freidora zumbó, Reece <strong>de</strong>jó escurrir las patatas en las cestas mientras<br />

terminaba los sándwiches.<br />

—No puedo permitirme quedarme sin trabajo, y tu madre te quiere. —Terminó<br />

los pedidos y los colocó en la fila—. Ahora sal, siéntate a la barra y acábate la sopa.<br />

Estás estorbando.<br />

—Las mujeres mandonas son mi <strong>de</strong>bilidad —respondió él con una sonrisa.<br />

Pero salió <strong>de</strong>spacio cuando ella empezó a preparar el siguiente plato.<br />

—Volverá a intentarlo —le dijo Pete <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el frega<strong>de</strong>ro con una voz que aún<br />

sonaba al Bronx <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ocho años en Wyoming—. Es superior a él.<br />

Reece se sentía un poco acosada, un poco acalorada.<br />

—Tal vez <strong>de</strong>bería haberle dicho que estoy casada o que soy lesbiana.<br />

—Ya es <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong> para eso. Es mejor que le digas que te has enamorado<br />

locamente <strong>de</strong> mí —respondió Pete con una sonrisa que mostró el amplio hueco entre<br />

sus incisivos.<br />

Ella volvió a reír entre dientes.<br />

—¿Por qué no se me habrá ocurrido?<br />

—A nadie se le ocurre. Por eso funcionaría.<br />

Joanie entró, metió un cheque en el bolsillo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lantal <strong>de</strong> Pete y le dio otro a<br />

Reece.<br />

—Día <strong>de</strong> cobro.<br />

—Gracias —dijo Reece mientras tomaba una <strong>de</strong>cisión repentina—. Me pregunto<br />

si cuando tengas un momento podrías enseñarme el apartamento <strong>de</strong> arriba, si sigue<br />

disponible.<br />

—No has visto que nadie suba ahí, ¿verdad? Ven a mi <strong>de</strong>spacho.<br />

—Tengo que...<br />

—Hazme caso —cortó Joanie mientras salía.<br />

Sin más elección, Reece la siguió. Dentro, Joanie abrió un Armario <strong>de</strong> pared<br />

poco profundo blasonado con un vaquero montado en un caballo encabritado. Había<br />

un montón <strong>de</strong> llaves etiquetadas y colgadas en ganchos. Cogió una y se la dio.<br />

—Sube y echa un vistazo.<br />

—No es mi hora <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso.<br />

Joanie levantó una ca<strong>de</strong>ra y apoyó el puño en ella.<br />

—Chica, es tu hora cuando yo digo que es tu hora. Vete. Las escaleras están en<br />

la parte trasera.<br />

—De acuerdo. Vuelvo en diez minutos.<br />

— 41 —

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!