12.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NORA ROBERTS ÁNGELES CAÍDOS<br />

—Así apren<strong>de</strong>ré a tener cuidado con lo que hay en el agua, ¡maldita sea! Me he<br />

hecho un buen corte. ¡Ay, ay, ay!<br />

Oyó a Pete gritar como si él estuviese en la cima <strong>de</strong> una montaña y ella en el<br />

valle. Luego los gritos se convirtieron en un zumbido, y el zumbido en silencio.<br />

La <strong>de</strong>spertaron unas rápidas palmaditas en su mejilla. Cuando el rostro <strong>de</strong><br />

Joanie entró en su campo visual, las náuseas estremecieron el estómago <strong>de</strong> Reece.<br />

—Hay sangre,<br />

—¿Está bien? Caray, Joanie, ha tenido una mala caída. No he podido sujetarla a<br />

tiempo. ¿Está bien?<br />

—Apártate ya, Pete. Está perfectamente.<br />

Pero Joanie ya estaba pasando una mano por la cabeza <strong>de</strong> Reece para<br />

comprobar si tenía algún chichón.<br />

—Ve a ver al doctor —añadió—. Que te ponga unos puntos en esa mano.<br />

—Solo quiero asegurarme <strong>de</strong> que se encuentra bien. Podría sufrir una<br />

conmoción o algo así.<br />

—¿Cuántos <strong>de</strong>dos hay aquí? —le preguntó Joanie a Reece.<br />

—Dos.<br />

—¿Lo ves? Está perfectamente. Ahora ve a que te curen esa mano. ¿Pue<strong>de</strong>s<br />

sentarte, niña?<br />

—Sí —dijo la muchacha, luchando contra las náuseas y los temblores mientras<br />

se sentaba en el suelo <strong>de</strong> la cocina—. Pete, ¿es grave? La mano...<br />

—Uf, el doctor me la coserá ahora mismo.<br />

Tenía la mano envuelta en un paño empapado <strong>de</strong> sangre.<br />

—Lo siento —dijo Reece.<br />

—Ha sido culpa mía. Ahora tómatelo con calma. —Le dio unas palmaditas en el<br />

hombro con la mano sana y se puso en pie.<br />

—Te está saliendo un chichón <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la cabeza —dijo Joanie—. Te traeré<br />

hielo.<br />

—Estoy bien —dijo Reece—. Solo he <strong>de</strong> recobrar el aliento. Alguien <strong>de</strong>bería ir<br />

con Pete. Es una herida muy fea.<br />

—Quédate ahí sentada un momento. —Joanie se levantó—. ¡He, Tod!<br />

Acompaña a Pete con el coche a casa <strong>de</strong>l doctor. Tu hamburguesa pue<strong>de</strong> esperar<br />

cinco minutos, y no te la cobraré. ¿Satisfecha, Reece?<br />

—Hay sangre.<br />

—Ya lo veo. Es normal sangrar cuando te haces un tajo con un cuchillo. Eso es<br />

todo. En las cocinas se producen acci<strong>de</strong>ntes sin parar.<br />

—Yo lo limpiaré, Joanie. —Linda-Gail se acercó—. Juanita se encarga <strong>de</strong> mis<br />

mesas.<br />

Sin <strong>de</strong>cir nada, Joanie sacó una bolsita <strong>de</strong> hielo <strong>de</strong>l congelador y la envolvió en<br />

un paño fino.<br />

—Sujeta esto sobre el chichón —le or<strong>de</strong>nó a Reece—. Cuando te encuentres<br />

mejor, pue<strong>de</strong>s irte arriba. Ya me ocupo yo <strong>de</strong> esto.<br />

—No, me encuentro bien. Puedo trabajar. Prefiero trabajar.<br />

— 139 —

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!