12.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NORA ROBERTS ÁNGELES CAÍDOS<br />

—Eso suponiendo que sea la misma que vio Reece.—Bueno, Claro —dijo<br />

Donny, perplejo—, ¿Qué otra mujer podría ser? El sheriff cree que lo es.<br />

—¿Te importa que eche un vistazo a las fotos?<br />

—No sé, doctor. El sheriff...<br />

—En mis tiempos vi muchos cadáveres, Denny. Podría ser que la reconociese.<br />

Tal vez la atendí en alguna ocasión. A<strong>de</strong>más, fui yo quien hizo el dibujo que Rick<br />

está utilizando para <strong>de</strong>terminar si es la misma.<br />

—Sí, supongo —dijo—. Hola, Hank —añadió al verlo entrar.<br />

—¿Se cuece por aquí algo que no sea café malo? Hola, doctor.<br />

—Hola, Hank. ¿Cómo van las rodillas?<br />

—Bueno, tirando.<br />

—Irían mejor si perdieses doce kilos. Algo que no vas a conseguir si te comes<br />

las rosquillas que llevas en esa bolsa.<br />

—En un trabajo como este, un hombre no pue<strong>de</strong> per<strong>de</strong>r energías.<br />

—Un subidón <strong>de</strong> azúcar no es energía.<br />

El doctor se ajustó las gafas al ver que Denny salía <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> Rick con el<br />

expediente.<br />

Al abrirlo, el doctor apretó los labios en una combinación <strong>de</strong> interés y<br />

compasión.<br />

—Al parecer, el hombre y la naturaleza fueron poco amables con esta<br />

muchacha.<br />

—Le dieron una buena paliza y la violaron —dijo con gesto serio—. El sheriff<br />

no le mostró a Reece todas las fotos. No quería perturbarla más <strong>de</strong> lo necesario. ¿Ve<br />

esto? ¿Ve las muñecas y los tobillos magullados y en carne viva? La ataron.<br />

—Sí, ya lo veo.<br />

—Se la llevaron lejos <strong>de</strong>l río, en una furgoneta, autocaravana o algo así. Quien<br />

lo hizo la mantuvo atada e hizo con ella lo que quiso hasta que se hartó. Luego la<br />

<strong>de</strong>jó en el pantano. ¿La reconoce, doctor?<br />

—Pues no, Lo siento, Denny, quisiera ser <strong>de</strong> mayor utilidad. Más vale que me<br />

vaya a aten<strong>de</strong>r a mis pacientes. Hank, no te pases con las rosquillas.<br />

—¡Ay... doctor!<br />

De camino a su casa, reflexionó sobre su conversación con Mac, sobre las<br />

fotografías que había observado. Pensó en el pueblo y en el tiempo que llevaba<br />

siendo suyo. En que le gustaba pensar que mantenía el <strong>de</strong>do sobre su pulso y el oído<br />

sintonizado con su latido.<br />

Entró por la puerta <strong>de</strong> la calle, que no había cerrado con llave en dos décadas.<br />

En lugar <strong>de</strong> dirigirse a su consulta, fue hasta el teléfono <strong>de</strong> la sala <strong>de</strong> estar. «Willow<br />

se ocupará <strong>de</strong> los pacientes madrugadores o <strong>de</strong> los que pasen sin cita previa», pensó.<br />

Hizo su llamada y luego se metió en la boca un caramelo para eliminar <strong>de</strong> su<br />

aliento el olor a café antes <strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r al primer paciente <strong>de</strong>l día.<br />

Un poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las doce, Brody iba y venía por la sala <strong>de</strong> estar <strong>de</strong> la casa<br />

<strong>de</strong>l doctor. El doctor le había dicho que fuera allí a mediodía y se instalara como si<br />

estuviese en su casa. «Interrumpiéndome en plena jornada —pensó Brody—, cuando<br />

— 229 —

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!