12.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

NORA ROBERTS ÁNGELES CAÍDOS<br />

la puerta. Ginny. Ginny Shanks. Tenía veinticuatro años. Tenía novio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mes<br />

anterior, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el día <strong>de</strong> <strong>San</strong> Valentín. Iban a casarse en octubre. Yo iba a ser su dama<br />

<strong>de</strong> honor. —Al ver que Brody no <strong>de</strong>cía nada, Reece cerró los ojos y siguió—. Ginny<br />

cayó; pu<strong>de</strong> verle la cara a través <strong>de</strong> la rendija <strong>de</strong> la puerta. La tenía magullada y<br />

ensangrentada; <strong>de</strong>bían <strong>de</strong> haberle pegado. Lloraba y suplicaba. Y nuestras miradas se<br />

encontraron durante un segundo. Creo que así fue. Entonces oí el disparo, y ella<br />

sufrió una sacudida. Solo una, como una marioneta que cuelga <strong>de</strong> unos hilos. Sus<br />

ojos cambiaron. En un instante, la vida había <strong>de</strong>saparecido. Uno <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>bió <strong>de</strong><br />

darle una patada a la puerta, porque se cerró. Todo estaba negro. Ginny estaba allí<br />

mismo, al otro lado <strong>de</strong> la puerta, y no pu<strong>de</strong> hacer nada por ella. Por ninguno <strong>de</strong> ellos.<br />

No podía salir. Estaba en mi ataúd, enterrada viva, y todos estaban muertos. Eso es<br />

lo que pensé. La policía me encontró. Y sobreviví.<br />

—¿Cuánto tiempo pasaste en el hospital?<br />

—Seis semanas, pero no recuerdo para nada las dos primeras, y solo imágenes<br />

sueltas <strong>de</strong> las siguientes. Pero no lo llevé <strong>de</strong>masiado bien.<br />

—¿Qué es lo que no llevaste <strong>de</strong>masiado bien?<br />

—El inci<strong>de</strong>nte, sobrevivir a él, ser una víctima.<br />

—¿Cuál sería la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> llevar bien que te disparen, que te <strong>de</strong>jen por<br />

muerta y ver cómo matan a una amiga?<br />

—Respon<strong>de</strong>r a la terapia, aceptar que no pu<strong>de</strong> hacer nada para evitar o impedir<br />

nada <strong>de</strong> eso, incluso sentirme agra<strong>de</strong>cida por haberme salvado. Encontrar a Cristo o<br />

lanzarme a los placeres <strong>de</strong> la vida hasta agotarlos —dijo la muchacha en tono<br />

impaciente—. No lo sé. Pero no fui capaz <strong>de</strong> afrontarlo. Sufrí pánico y terrores<br />

nocturnos. Sonambulismo, ataques <strong>de</strong> histeria y luego momentos <strong>de</strong> letargo. Creo<br />

que les oía venir por mí, veía aquella suda<strong>de</strong>ra gris por la calle, en gente<br />

<strong>de</strong>sconocida. Sufrí una crisis; <strong>de</strong> ahí el hospital psiquiátrico.<br />

—¿Te metieron en un psiquiátrico?<br />

—Ingresé por propia voluntad cuando me di cuenta <strong>de</strong> que no mejoraba. No<br />

podía trabajar. No podía comer. No podía hacer nada —explicó frotándose la sien—.<br />

Pero <strong>de</strong>cidí marcharme porque comprendí lo fácil que sería quedarme en aquel<br />

ambiente controlado. Dejé <strong>de</strong> tomar las píldoras porque con ellas me sentía casi todo<br />

el tiempo atontada, y ya me había pasado largos períodos así.<br />

—O sea que ahora solo eres neurótica y maniática.<br />

—Más o menos. Claustrofóbica, obsesivo compulsiva, con paranoia ocasional y<br />

ataques <strong>de</strong> pánico frecuentes. Tengo pesadillas y a veces me <strong>de</strong>spierto creyendo que<br />

todo ocurre <strong>de</strong> nuevo o pue<strong>de</strong> volver a ocurrir. Pero vi a aquellas dos personas. No<br />

me las imaginé. Las vi.<br />

—Muy bien —respondió él mientras aparcaba en el arcén—. Des<strong>de</strong> aquí iremos<br />

caminando.<br />

Reece bajó la primera y, armándose <strong>de</strong> valor, se sacó el mapa <strong>de</strong>l bolsillo.<br />

—He ido a coger esto cuando estaba cabreada porque creía que le habías<br />

hablado <strong>de</strong> mí al doctor. He subido y he sacado esto porque iba a venir yo sola. —<br />

Abrió el mapa y se lo dio—. No recuerdo haberlo llenado <strong>de</strong> marcas. No lo recuerdo,<br />

— 97 —

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!