12.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NORA ROBERTS ÁNGELES CAÍDOS<br />

mañanas, siempre soñoliento, entró por la puerta trasera para fregar los platos.<br />

Nadie se quejó <strong>de</strong> las incomodida<strong>de</strong>s ni <strong>de</strong>l jaleo, pero fue el principal tema <strong>de</strong><br />

conversación durante la mañana. Al sentir las miradas <strong>de</strong> curiosidad <strong>de</strong> los clientes,<br />

Reece se dijo que era lo menos que cabía esperar. Pero mientras tanto comían y<br />

hacían ruido con los platos, y a las diez en punto alguien puso la máquina <strong>de</strong> discos<br />

en marcha y la música cubrió el ruido <strong>de</strong> los martillos y las sierras.<br />

Reece tenía la sopa <strong>de</strong>l día en el hervidor y estaba preparando salsa picante<br />

cuando Linda-Gail se <strong>de</strong>slizó por la puerta <strong>de</strong> atrás.<br />

—¡Qué Follón! Debes <strong>de</strong> estar muy enfadada conmigo.<br />

—Lo estaba. —Reece siguió picando mientras consi<strong>de</strong>raba la posibilidad <strong>de</strong><br />

preparar tostadas a la italiana para los clientes <strong>de</strong>l almuerzo—. Luego he tratado <strong>de</strong><br />

verlo con perspectiva y finalmente he <strong>de</strong>cidido que no fue culpa tuya. Bueno no <strong>de</strong>l<br />

todo.<br />

—¿De verdad? Me siento imbécil.<br />

—Te portaste como una imbécil —confirmó Reece antes <strong>de</strong> coger una botella <strong>de</strong><br />

agua—. Pero ese fue solo uno <strong>de</strong> los factores que contribuyeron a la catástrofe<br />

general.<br />

—¡Oh, Reece! ¡Cómo tienes la cara!<br />

—No me lo recuer<strong>de</strong>s —contestó Reece apoyándose la botella fría contra el<br />

pómulo magullado—. ¿Estoy horrible?<br />

—Claro que no. Eso es imposible.<br />

—Entre la pelea en Clancy's y el follón <strong>de</strong> aquí, la gente va a tener <strong>de</strong> que hablar<br />

durante una semana.<br />

—No es culpa tuya.<br />

—No —dijo Reece; al parecer, los tiempos <strong>de</strong> sumirse en el sentimiento <strong>de</strong><br />

culpabilidad habían terminado. Bravo—. La verdad es que no.<br />

—¿Sabe alguien cómo pasó? En fin, ¿quién pudo hacer algo tan estúpido y ruin?<br />

—Linda-Gail paseó la vista alre<strong>de</strong>dor y miró a Brody y Reuben, que cargaban con un<br />

tabique seco—. La parte positiva es que he oído a Joanie <strong>de</strong>cir que, ya puestos, más<br />

valdría pintar todo el local y no solo el techo. Una mano <strong>de</strong> pintura no iría nada mal.<br />

—Una forma muy cutre <strong>de</strong> renovar la <strong>de</strong>coración.<br />

Linda-Gail pasó una mano por la espalda <strong>de</strong> Reece.<br />

—Siento mucho todo lo que pasó.<br />

—No te preocupes.<br />

—Cas no me habla.<br />

—Ya lo hará, aunque tal vez <strong>de</strong>berías tomar la iniciativa. Cuando hay algo que<br />

quieres, algo que necesitas, la vida es <strong>de</strong>masiado corta para andarse con tonterías.<br />

—Tal vez,. Reece, quiero que sepas que si lo necesitas, pue<strong>de</strong>s quedarte en mi<br />

casa todo el tiempo que quieras.<br />

—Gracias —dijo mirando por encima <strong>de</strong>l hombro—. Me ha dado dos cajones.<br />

Los ojos <strong>de</strong> Linda-Gail se iluminaron.<br />

—¡Oh, Reece! —exclamó; ro<strong>de</strong>ó la cintura <strong>de</strong> Reece con los brazos,<br />

balanceándose y añadió—. ¡Eso es impresionante!<br />

— 261 —

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!