12.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

NORA ROBERTS ÁNGELES CAÍDOS<br />

Capítulo 14<br />

Brody se acordó <strong>de</strong> lavar las sábanas pero, como el libro que estaba escribiendo<br />

le absorbió durante seis horas seguidas, estuvo a punto <strong>de</strong> olvidarse <strong>de</strong> secarlas.<br />

Cuando salió a la superficie proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la lluvia torrencial y el fango<br />

primaveral don<strong>de</strong> había arrojado a sus personajes, le dio el <strong>de</strong>seo vago y persistente<br />

<strong>de</strong> fumar un cigarrillo. Llevaba tres años, cinco meses y... doce días, según calculó<br />

mientras alargaba la mano para coger un paquete inexistente, sin dar una larga y<br />

profunda calada a un Winston.<br />

Pero una buena sesión <strong>de</strong> escritura, como una buena sesión <strong>de</strong> sexo, a menudo<br />

<strong>de</strong>spertaba en él la vuelta <strong>de</strong>l ansia <strong>de</strong> fumar.<br />

Por eso, se quedó sentado un rato y evocó aquel placer sencillo, seductor y<br />

nocivo <strong>de</strong> sacar uno <strong>de</strong> aquellos <strong>de</strong>lgados cilindros blancos <strong>de</strong>l paquete blanco y rojo,<br />

<strong>de</strong>senterrar uno <strong>de</strong> los muchos encen<strong>de</strong>dores <strong>de</strong>sechables que habría diseminado,<br />

encen<strong>de</strong>r la llama, dar esa primera calada tranquila. Hasta podía notar su sabor,<br />

entre áspero y dulce. Suponía que esa era la ventaja y la maldición <strong>de</strong> tener mucha<br />

imaginación.<br />

Nada le impedía ir al pueblo en ese mismo momento y comprar un paquete.<br />

Nada <strong>de</strong> nada. Pero era una cuestión <strong>de</strong> orgullo, ¿no? Lo había <strong>de</strong>jado, y eso era<br />

todo. Lo mismo ocurrió con el Trib.<br />

Una vez que cerraba la puerta, no volva a abrirla, ni una rendija.<br />

Y suponía que esa era la ventaja y la maldición <strong>de</strong> ser un tozudo hijo <strong>de</strong> puta.<br />

Tal vez, bajase a buscar un poco <strong>de</strong> satisfacción en una bolsa <strong>de</strong> patatas fritas.<br />

Quizá <strong>de</strong>bería prepararse un bocadillo.<br />

Al pensar en la comida se dijo que Reece llegaría al cabo <strong>de</strong> unas horas. Eso le<br />

recordó las sábanas que estaban en la lavadora.<br />

—Mierda.<br />

Se apartó <strong>de</strong>l escritorio con brusquedad y bajó al cuarto don<strong>de</strong> tenía la lavadora<br />

y la secadora, ambas diminutas. Después <strong>de</strong> poner las sábanas a centrifugar, volvió a<br />

inspeccionar la cocina.<br />

Los platos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sayuno estaban en el frega<strong>de</strong>ro. Vale, también lo estaban los<br />

platos <strong>de</strong> la cena. El periódico local y el ejemplar diario <strong>de</strong>l Chicago Tribune, al que<br />

estaba suscrito —genio y figura hasta la sepultura—, estaban extendidos sobre la<br />

mesa, junto con un par <strong>de</strong> libretas, bolígrafos, lápices diversos y un montón <strong>de</strong><br />

correo.<br />

Asumió la necesidad <strong>de</strong> hacer limpieza, un mal menor dadas las circunstancias.<br />

La seguridad <strong>de</strong> <strong>de</strong>leitarse con una buena cena caliente y la clara posibilidad <strong>de</strong><br />

disfrutar <strong>de</strong> una sesión <strong>de</strong> sexo lo compensaba, era un uso razonable <strong>de</strong>l tiempo.<br />

— 158 —

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!