12.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

NORA ROBERTS ÁNGELES CAÍDOS<br />

sótano. Doblaría la ropa en casa. Podía <strong>de</strong>jar la sopa hirviendo <strong>de</strong>spacio mientras<br />

trabajaba en Joanie's y subir en los <strong>de</strong>scansos para echar un vistazo.<br />

Esperaba que esa noche hubiese mucho trabajo. Trabajo era justo lo que<br />

necesitaba.<br />

Cruzó <strong>de</strong>prisa el vestíbulo y se ahorró la conversación con Brenda, pues no<br />

estaba en recepción. Reece oyó el murmullo <strong>de</strong> su voz proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la parte <strong>de</strong><br />

atrás.<br />

«Pequeños favores —pensó—. Algo más que agra<strong>de</strong>cer.»<br />

Esta vez Reece probó con la tabla <strong>de</strong>l doce —una difícil— mientras se<br />

apresuraba escalera abajo hasta llegar a la zona <strong>de</strong> lavan<strong>de</strong>ría.<br />

Abrió la puerta <strong>de</strong> la secadora y no encontró nada.<br />

—Vaya, esto es...<br />

Abrió la otra secadora, creyendo que se había confundido. Pero estaba vacía.<br />

—Esto es ridículo. Nadie bajaría aquí a robar mi ropa.<br />

¿Y por qué estaba su cesta encima <strong>de</strong> la lavadora y no en la mesita plegable<br />

don<strong>de</strong> estaba segura <strong>de</strong> haberla <strong>de</strong>jado? La cogió con movimientos cautos y luego<br />

abrió <strong>de</strong>spacio la lavadora.<br />

Allí estaba su ropa, mojada y retorcida.<br />

—La he puesto en la secadora —dijo mientras se metía una mano temblorosa en<br />

el bolsillo para encontrar solo la moneda que le había quedado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> introducir<br />

el cambio en las máquinas—. La he puesto en la secadora. Es el tercer viaje que hago.<br />

El tercero. No la he <strong>de</strong>jado en la lavadora.<br />

Sacó la ropa mojada con furia y la arrojó en la cesta. Un rotulador cayó al suelo.<br />

Un rotulador rojo. Su rotulador rojo. Temblando, Reece lo echó en la cesta, con<br />

la ropa que ahora vio manchada <strong>de</strong> rojo.<br />

Alguien había hecho eso, alguien que quería hacerle creer que estaba perdiendo<br />

la chaveta.<br />

Alguien que podía estar allí abajo, observándola.<br />

Su respiración se convirtió en un resuello mientras volvía la cabeza a <strong>de</strong>recha e<br />

izquierda. Reprimió un gemido, agarró la cesta y echó a correr. El repentino sonido<br />

metálico <strong>de</strong> una tubería hizo que diese un salto y emitiese un grito ahogado. El ruido<br />

y el eco <strong>de</strong> sus propios zapatos contra el suelo <strong>de</strong> cemento le empujó el corazón hasta<br />

la base <strong>de</strong> la garganta.<br />

Esta vez llegó al vestíbulo corriendo y se lanzó hacia el mostrador. De nuevo en<br />

su puesto, una sorprendida Brenda la miró boquiabierta.<br />

—Hay alguien ahí abajo. Alguien ha bajado.<br />

—¿Cómo? ¿Quién? ¿Estás bien?<br />

—Mi ropa. Han metido mi ropa en la lavadora.<br />

—Pero... Reece, la has metido tú en la lavadora —Brenda habló <strong>de</strong>spacio, como<br />

si tratase con un niño retrasado—. ¿Te acuerdas? Has bajado a lavar la ropa.<br />

—¡Después! La he metido en la secadora, pero la he encontrado en la lavadora.<br />

Me has visto volver para meterla en la secadora.<br />

—Bueno... claro, te he visto volver y bajar. Pue<strong>de</strong> que te hayas olvidado <strong>de</strong><br />

— 242 —

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!