Grimberg, Carl - El alba de la civilizacion - bibliotecas morelos
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"Frecuentan <strong>la</strong>s tabernas y allí se quedan a jugar y a cantar, en vez <strong>de</strong> estudiar los<br />
sublimes poemas históricos y religiosos <strong>de</strong> sus antepasados."<br />
Unas veces el pedagogo amenaza a los díscolos con el látigo <strong>de</strong> piel <strong>de</strong><br />
hipopótamo; otras, en cambio, estimu<strong>la</strong> con re<strong>la</strong>tos modélicos. "Cuando yo era pequeño<br />
como tú, esco<strong>la</strong>r como tú, tenía que estar con <strong>la</strong>s manos atadas durante tres meses; eso<br />
me disciplinó los miembros. Cuando me quitaron <strong>la</strong>s ligaduras, lo hice todo mucho<br />
mejor que antes. Llegué a ser el primero <strong>de</strong> mis compañeros, el mejor en <strong>la</strong> lectura y en<br />
<strong>la</strong> escritura."<br />
¿Qué meta se proponían <strong>la</strong>s escue<strong>la</strong>s? Sencil<strong>la</strong>mente, educar al alumno, para hacer<br />
<strong>de</strong> él un escriba;,o sea, un funcionario. Por otra parte, <strong>la</strong> situación estable y segura <strong>de</strong>l<br />
escriba era el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> los egipcios cultos.<br />
Una aspiración: <strong>la</strong> <strong>de</strong> ser escriba<br />
Des<strong>de</strong> <strong>la</strong> más remota Antigüedad sentían verda<strong>de</strong>ra veneración por el saber, no<br />
por puro saber, sino porque él escriba, hombre instruido, ejercía autoridad sobre <strong>la</strong>s<br />
<strong>de</strong>más c<strong>la</strong>ses sociales y tenía <strong>la</strong> anhe<strong>la</strong>da posibilidad <strong>de</strong> ocupar una función <strong>de</strong>l Estado,<br />
mientras que los <strong>de</strong>más tenían que trabajar con el sudor <strong>de</strong> su frente. "<strong>El</strong> pobre hombre<br />
ignorante, cuyo nombre nadie conoce, es como el asno abrumado por <strong>la</strong> carga y guiado<br />
por el escriba", dice un proverbio <strong>de</strong>l antiguo Egipto. "<strong>El</strong> sabio instruido está repleto<br />
gracias a su saber. ¡Qué feliz es su vida, comparada con <strong>la</strong> <strong>de</strong>l campesino! Mirad y ved<br />
lo que suce<strong>de</strong> al que tiene que vivir <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra: el gorgojo <strong>de</strong>struye <strong>la</strong> mitad <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
cosecha, y el hipopótamo, <strong>la</strong> otra mitad. Los campos están llenos <strong>de</strong> ratones, <strong>la</strong>s<br />
<strong>la</strong>ngostas inva<strong>de</strong>n <strong>la</strong> tierra, los gorriones comen los granos. ¡Pobre campesino! Y luego<br />
llega el escriba para cobrar el impuesto. Sus acompañantes van provistos <strong>de</strong> palos.<br />
‘Dadnos el grano’, dicen. Y si no hay grano, apalean al campesino y lo meten en prisión.<br />
Su mujer y sus hijos también son encarce<strong>la</strong>dos en su presencia."<br />
Un manual esco<strong>la</strong>r hace igualmente una <strong>de</strong>scripción espantosa <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida <strong>de</strong>l<br />
soldado y <strong>la</strong> compara con <strong>la</strong> <strong>de</strong>l escriba. <strong>El</strong> militar recibe palizas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su juventud: "Se<br />
le arroja al suelo y se le golpea como a <strong>la</strong>s hojas <strong>de</strong> papiro. ¡Y luego <strong>la</strong>s campañas <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>sierto y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s montañas! Tiene que llevar el pan y el agua sobre su espalda, como si<br />
fuera un burro. Sólo bebe agua hedionda. Y frente al enemigo es como un pájaro en el<br />
<strong>la</strong>zo. Cuando vuelve a casa, se parece al árbol roído por <strong>la</strong> carcoma. Es un enfermo y<br />
tiene que guardar cama. Le han robado sus vestidos y han huido sus servidores".<br />
Para alcanzar <strong>la</strong> envidiable situación <strong>de</strong>l escriba, el muchacho tiene que conseguir<br />
primero <strong>la</strong> estimación <strong>de</strong> sus superiores. Es el leit motiv <strong>de</strong> casi todas <strong>la</strong>s "doctrinas <strong>de</strong><br />
sabiduría" enseñadas en <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. Pero en los manuales también hay otros textos <strong>de</strong><br />
mayor elevación moral y que sobrepasan con mucho esta sabiduría esco<strong>la</strong>r. Según <strong>la</strong><br />
antigua literatura, el dominio <strong>de</strong> sí mismo era una cualidad muy estimada en Egipto.<br />
Des<strong>de</strong> los tiempos más lejanos, el tacto y <strong>la</strong> <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za, aun con los ingratos, eran<br />
consi<strong>de</strong>rados como un <strong>de</strong>ber.<br />
Las "doctrinas <strong>de</strong> <strong>la</strong> sabiduría"<br />
Una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s primeras obras <strong>de</strong> <strong>la</strong> literatura egipcia es una "doctrina <strong>de</strong> <strong>la</strong> sabiduría"<br />
que se supone escrita por un ministro <strong>de</strong>l último rey <strong>de</strong> <strong>la</strong> III dinastía. Sin embargo, <strong>la</strong><br />
obra no es tan antigua, aunque sí <strong>de</strong> edad respetable.<br />
http://www.scribd.com/Insurgencia<br />
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