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Grimberg, Carl - El alba de la civilizacion - bibliotecas morelos

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entre los sumerios a su diosa <strong>de</strong>l Amor, Istar. Fueron también los sumerios los primeros<br />

que introdujeron <strong>la</strong>s divisiones cronológicas que utilizamos actualmente y dieron<br />

nombre a los días según los dioses.<br />

Sin Enlil, príncipe <strong>de</strong> cielos y tierra,<br />

ninguna ciudad sería edificada, ni establecimiento fundado;<br />

ni establo construido, ni aprisco insta<strong>la</strong>do;<br />

ningún rey sería proc<strong>la</strong>mado, ni sumo sacerdote nacido;<br />

ni pontífice, ni gran sacerdotisa sería escogida<br />

por aquel<strong>la</strong> que predice el porvenir;<br />

los trabajadores no tendrían dueño, ni capataz;<br />

los ríos no saldrían <strong>de</strong> madre;<br />

los peces <strong>de</strong>l mar no <strong>de</strong>positarían sus huevos en el juncal;<br />

<strong>la</strong>s aves <strong>de</strong>l cielo no construirían sus nidos en <strong>la</strong> ancha tierra;<br />

en el cielo, <strong>la</strong>s nubes vagabundas no darían humedad;<br />

ni p<strong>la</strong>ntas, ni hierbas, gloria <strong>de</strong>l campo, podrían crecer;<br />

ni en campiña o pra<strong>de</strong>ra, los ricos cereales no podrían florecer;<br />

los árboles p<strong>la</strong>ntados en el boscoso monte no darían frutos.<br />

Enlil, <strong>de</strong>scontento <strong>de</strong> los hombres y con <strong>la</strong> aprobación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más dioses,<br />

<strong>de</strong>cidió castigarlos por sus pecados, enviándoles una terrible inundación. Pero Ea, dios<br />

<strong>de</strong>l mar, era contrario a este castigo y advirtió a su amigo Utanapishtim, quien construyó<br />

un barco que pudo salvarles a él, a su familia y a sus animales. Luego, los <strong>de</strong>más dioses<br />

se arrepintieron <strong>de</strong> haber <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nado el diluvio y se congratu<strong>la</strong>ron que el género<br />

humano hubiera podido sobrevivir, a <strong>la</strong> inundación.<br />

Vida terrena y ultraterrena<br />

Los sumerios tenían una i<strong>de</strong>a muy sombría <strong>de</strong> lo que les esperaba <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

muerte. <strong>El</strong> hombre, en forma <strong>de</strong> espíritu, sobrevivía, más en algún lugar, en don<strong>de</strong><br />

reinaba el dios Nergal, asistido <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> espíritus maléficos. En estos infiernos<br />

tenebrosos y fríos erraban los espíritus <strong>de</strong> los difuntos, vestidos <strong>de</strong> plumas y alimentándose<br />

<strong>de</strong> barro y polvo.<br />

Nadie alcanzaba <strong>la</strong> dicha <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte. Por eso los sumerios rendían culto<br />

a sus dioses sin otra esperanza que lograr bienes terrenales, como <strong>la</strong> riqueza y <strong>la</strong> salud.<br />

Su fe implicaba, sin embargo, algunas obligaciones morales: el que quería alcanzar el<br />

favor <strong>de</strong> los dioses para vivir felizmente en <strong>la</strong> Tierra, no <strong>de</strong>bía cometer pecados.<br />

En todas partes existen, al <strong>la</strong>do <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión oficial, otras concepciones y mitos<br />

más popu<strong>la</strong>res. Los sumerios no fueron una excepción a <strong>la</strong> reg<strong>la</strong>, y tales mitos<br />

encontraron forma poética en <strong>la</strong>s leyendas surgidas en torno a los hechos <strong>de</strong> sus héroes,<br />

semejantes a dioses. <strong>El</strong> más conocido <strong>de</strong> ellos fue Gilgamesh, quien trató <strong>de</strong> robar a los<br />

dioses los frutos <strong>de</strong>l árbol <strong>de</strong> <strong>la</strong> Vida para ofrecerlos a los hombres y hacerlos así<br />

inmortales. Desgraciadamente, fracasó en su tentativa.<br />

Ya en vida, <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los reyes eran consi<strong>de</strong>rados como dioses. Éste fue el<br />

caso <strong>de</strong> Gu<strong>de</strong>a, que, en teoría, no era más que un gobernador a <strong>la</strong>s ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong><br />

los guti, pero <strong>de</strong> hecho era rey in<strong>de</strong>pendiente en Lagash. En <strong>la</strong> consagración <strong>de</strong>l gran<br />

templo <strong>de</strong> Ningirsu, Gu<strong>de</strong>a se <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ró hijo <strong>de</strong> Anu, dios <strong>de</strong>l cielo. Documentos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

época re<strong>la</strong>tan esta ceremonia. Lagash entera vivió una semana <strong>de</strong>dicada a celebrar<br />

http://www.scribd.com/Insurgencia<br />

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