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Grimberg, Carl - El alba de la civilizacion - bibliotecas morelos

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murabi en Mesopotamia, habían llegado a crear y a mantener un auténtico sentimiento<br />

nacional. No obstante, en estos dos países <strong>la</strong> unidad política y el sentimiento nacional<br />

eran, por así <strong>de</strong>cir, consecuencia directa <strong>de</strong> su ambiente, mientras que el Imperio<br />

mundial <strong>de</strong> Ciro y <strong>de</strong> Darío es resultado <strong>de</strong> una inteligencia y <strong>de</strong> una voluntad<br />

personales.<br />

La filosofía humanitaria <strong>de</strong> ambos soberanos se explica, sin duda alguna, por el<br />

alto nivel religioso y moral con que Zaratustra educó a los persas. Así, hay un abismo<br />

entre el sanguinario Asur, para quien <strong>la</strong> brutalidad hacia los <strong>de</strong>más pueblos era un <strong>de</strong>ber<br />

religioso, y <strong>la</strong> doctrina <strong>de</strong> Zaratustra, que prescribía al hombre un trabajo constructivo al<br />

servicio <strong>de</strong>l bien.<br />

Los persas no fueron iniciadores avanzados en <strong>la</strong>s ciencias, en <strong>la</strong>s artes ni en <strong>la</strong><br />

cultura material; sin embargo, no <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> ejercer su influencia en esos aspectos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

civilización. Gracias a su Estado unificado, en don<strong>de</strong> el po<strong>de</strong>río iba <strong>de</strong>l brazo con <strong>la</strong><br />

tolerancia, los distritos pueblos pudieron acercarse y conocerse mejor. De <strong>la</strong> misma manera,<br />

<strong>la</strong> excelente red <strong>de</strong> caminos establecida y mantenida por los reyes persas<br />

contribuyó <strong>de</strong> manera notable a estos contactos mutuos. Nunca hasta entonces habían<br />

podido viajar los merca<strong>de</strong>res con tanta rapi<strong>de</strong>z y seguridad <strong>de</strong> un país a otro, estado <strong>de</strong><br />

cosas que originó intercambios fructuosos entre <strong>la</strong>s diferentes culturas.<br />

La alta sociedad medo-persa<br />

Ciro dio <strong>la</strong> sensación <strong>de</strong> ser un gobernante inteligente y humano, preocupado <strong>de</strong>l<br />

bienestar <strong>de</strong> los pueblos; un príncipe diríase, que requiere un título jurídico para<br />

justificar sus conquistas. Su trato mo<strong>de</strong>rado a los vencidos, fruto era <strong>de</strong>l genio<br />

indoeuropeo y <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión persa, más humana y ética que los politeísmos orientales.<br />

Durante su reinado, el Imperio ofrecía aún el carácter <strong>de</strong> una gran confe<strong>de</strong>ración <strong>de</strong><br />

pueblos que conservaban su fisonomía peculiar y sus autonomías locales.<br />

En esta confe<strong>de</strong>ración, los persas tenían una situación privilegiada, estaban<br />

exentos <strong>de</strong> impuestos y se escogía <strong>de</strong> entre ellos a los altos dignatarios, entre los que<br />

<strong>de</strong>stacaban los siete príncipes que constituían el Consejo Real, representantes <strong>de</strong> los<br />

siete pueblos que iniciaron <strong>la</strong> formación <strong>de</strong>l Imperio. En un principio, estos dignatarios<br />

fueron los jefes <strong>de</strong> tribu, pero más tar<strong>de</strong> los nombraría libremente el monarca con<br />

carácter vitalicio. <strong>El</strong> rey <strong>de</strong>bía elegir <strong>de</strong> entre <strong>la</strong>s familias <strong>de</strong> dichos príncipes a su<br />

esposa legítima y sólo <strong>de</strong> el<strong>la</strong> podía nacer el sucesor a <strong>la</strong> corona.<br />

Aquellos funcionarios, militares u otras gentes que se habían distinguido en el<br />

servicio <strong>de</strong>l monarca eran espléndidamente recompensados y constituían una c<strong>la</strong>se<br />

preeminente, una especie <strong>de</strong> nobleza l<strong>la</strong>mada "los bienhechores <strong>de</strong>l rey"; recibían,<br />

a<strong>de</strong>más, otras distinciones a modo <strong>de</strong> con<strong>de</strong>coraciones: ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> oro, brazaletes, coronas,<br />

vestidos, sables, etcétera, y a veces eran invitados a los banquetes regios, aunque<br />

fueran <strong>de</strong> raza no persa. En especial, Darío I se preocupó que <strong>la</strong> justicia fuese <strong>la</strong> norma<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> administración y que se extendiese y divulgase <strong>la</strong> cultura, organizando una<br />

educación esmerada <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong> nobleza.<br />

Una etiqueta severa, según el ceremonial asirio, regía <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> <strong>la</strong> corte. <strong>El</strong> rey no<br />

era accesible, sino mediante una serie <strong>de</strong> ceremonias; se abolió el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> los<br />

príncipes a presentarse <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> él sin previo aviso. En cuanto a <strong>la</strong> cancillería imperial,<br />

estaba perfectamente organizada, con archivos en don<strong>de</strong> se conservaban copias <strong>de</strong> todos<br />

los documentos que aquél<strong>la</strong> expedía. Se inició también una especie <strong>de</strong> catastro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

provincias para calcu<strong>la</strong>r los impuestos según su respectiva riqueza.<br />

http://www.scribd.com/Insurgencia<br />

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