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Grimberg, Carl - El alba de la civilizacion - bibliotecas morelos

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La incompleta historia <strong>de</strong>l príncipe<br />

A1 saber el rey que uno <strong>de</strong> los jóvenes había conseguido superar <strong>la</strong> prueba,<br />

inquirió ante todo <strong>de</strong> qué príncipe se trataba. <strong>El</strong> mensajero respondió: "<strong>El</strong> vencedor no<br />

es un príncipe, sino el hijo <strong>de</strong> un oficial egipcio a quien su madrastra ha expulsado <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

casa paterna". <strong>El</strong> rey exc<strong>la</strong>mó indignado entonces: "¡Cómo voy a dar mi hija a un<br />

fugitivo egipcio! ¡Devolvedle a su país!" Pero cuando los mensajeros quisieron obligar<br />

al joven a marcharse, <strong>la</strong> princesa se abrazó a él sollozando: "¡Por Ra-Harakte! Si me lo<br />

quitáis, no comeré ni beberé nunca más. Me <strong>de</strong>jaré morir".<br />

A1 enterarse <strong>de</strong> ello, el soberano or<strong>de</strong>nó a sus soldados que ejecutasen al joven en<br />

presencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> princesa. Pero el<strong>la</strong> exc<strong>la</strong>mó <strong>de</strong>cidida:<br />

"Si le matáis, me mataré yo también antes que se ponga el sol. No quiero<br />

sobrevivirle”. En vista <strong>de</strong> ello, el rey se vio obligado a otorgar su consentimiento para el<br />

matrimonio. <strong>El</strong> príncipe <strong>de</strong> Egipto se <strong>de</strong>sposó con <strong>la</strong> bel<strong>la</strong> princesa y el padre <strong>de</strong> ésta<br />

ofreció a <strong>la</strong> pareja un pa<strong>la</strong>cio, esc<strong>la</strong>vos, tierras y otros muchos obsequios.<br />

Después <strong>de</strong> <strong>la</strong> boda, el príncipe reveló el secreto <strong>de</strong> su vida a su joven esposa:<br />

"Estoy sentenciado a morir víctima <strong>de</strong> un cocodrilo, una serpiente o un perro".<br />

"Entonces —replicó <strong>la</strong> princesa—, ¿por qué conservas siempre contigo a tu perro?<br />

¡Mátale!" "No —respondió el príncipe—, no quiero matar al fiel perro que me regaló mi<br />

padre cuando era todavía un cachorrillo." Pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquel día <strong>la</strong> princesa sufrió<br />

constantemente por su marido y no le abandonaba un solo momento.<br />

Pasado algún tiempo, regresó a Egipto con su joven esposa. <strong>El</strong> perro <strong>de</strong>l príncipe<br />

les acompañaba. Una tar<strong>de</strong> en que el príncipe quedó dormido, una enorme serpiente<br />

entró en su habitación con ánimos <strong>de</strong> atacarle, pero <strong>la</strong> esposa <strong>de</strong>spertó y or<strong>de</strong>nó a sus<br />

servidores que trajeran una vasija llena <strong>de</strong> leche para el reptil; bebió tanta, que al cabo<br />

ya no pudo moverse y <strong>la</strong> princesa <strong>la</strong> mató con un puñal. En seguida <strong>de</strong>spertó a su<br />

marido, que se admiró al ver el cadáver <strong>de</strong> <strong>la</strong> serpiente junto a él. Su enamorada esposa<br />

exc<strong>la</strong>maba: "Los dioses te han hecho más fuerte que uno <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>cretos <strong>de</strong> muerte, y<br />

<strong>de</strong>l mismo modo ocurrirá con los otros".<br />

La princesa ensalzó <strong>la</strong>s divinida<strong>de</strong>s y les ofreció presentes.<br />

En otra ocasión, el príncipe paseaba por sus tierras con su fiel perro. De repente,<br />

éste sorprendió unas piezas <strong>de</strong> caza y se <strong>la</strong>nzó en su persecución, seguido <strong>de</strong>l príncipe.<br />

Corriendo, llegaron hasta <strong>la</strong>s oril<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l Nilo, don<strong>de</strong> un enorme cocodrilo <strong>de</strong>voró al<br />

príncipe mientras una voz resonaba: "Yo soy el <strong>de</strong>stino fatal que te persigue..."<br />

<strong>El</strong> papiro no dice más, por lo que nunca sabremos <strong>de</strong> qué modo escapó el príncipe<br />

a su trágico <strong>de</strong>stino, pues es indudable que el re<strong>la</strong>to tiene un <strong>de</strong>sen<strong>la</strong>ce feliz.<br />

Siete años <strong>de</strong> hambre<br />

Esta leyenda aparece grabada en jeroglíficos sobre un bloque <strong>de</strong> granito en <strong>la</strong><br />

pequeña is<strong>la</strong> <strong>de</strong> Sehail, situada junto a <strong>la</strong> primera catarata y célebre por sus centenares<br />

<strong>de</strong> inscripciones rupestres. Se trata <strong>de</strong> una inscripción que data <strong>de</strong> <strong>la</strong> época tolemaica,<br />

aunque es posible que <strong>la</strong> leyenda, en su forma original, sea todavía más antigua. Los<br />

sucesos que en el<strong>la</strong> se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>n <strong>de</strong>bieron producirse en tiempos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s primeras<br />

dinastías, hacia el año 3000 antes <strong>de</strong> Cristo, y recuerda en cierto modo los años <strong>de</strong><br />

hambre que afligieron a Egipto en <strong>la</strong> época <strong>de</strong> José, hijo <strong>de</strong> Jacob.<br />

Esta catástrofe <strong>de</strong> carácter nacional se <strong>de</strong>bió a que <strong>la</strong>s aguas <strong>de</strong>l Nilo estuvieron<br />

siete años sin salirse <strong>de</strong> su cauce. <strong>El</strong> faraón remitió al gobernador <strong>de</strong> Nubia, que residía<br />

http://www.scribd.com/Insurgencia<br />

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