Hacia una Teologia del Antiguo Testament - Walter C. Kaiser Jr_
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http://es.scribd.com/doc/97117904/<strong>Hacia</strong>-Una-<strong>Teologia</strong>-Del-<strong>Antiguo</strong>-<strong>Testament</strong>o-<strong>Walter</strong>-c-<strong>Kaiser</strong>-Hijo<br />
Esta misma forma de invalidación personal de pactos aparece en las nuevas investigaciones sobre<br />
tratados promisorios de concesiones de tierra de los heteos y neoasirios. M. Weinfeld 26 ha vinculado<br />
las concesiones reales hechas a Abraham y David con las concesiones de «tierra» y «casa» (dinastía)<br />
en la política hetea, siria y palestina. Demostró que <strong>una</strong> concesión incondicional estaba<br />
explícitamente protegida contra cualquier pecado de los descendientes <strong>del</strong> recipiente. En estos<br />
tratados la concesión de «tierra» o dinastía se puede postergar o perder individualmente; sin<br />
embargo, tenía que pasar al próximo en el linaje en vez de pasar a alguien fuera de la familia<br />
específica. Así fue en el caso de David: pueden haber pillos, pero la bendición nunca se revocaría de<br />
la familia; así fue un «pacto eterno». 27<br />
El arca y el reino<br />
No hay nada más íntimamente ligado con la presencia y el poder de Yahvé que el arca <strong>del</strong> pacto.<br />
Se puede apreciar esto especialmente en la «historia <strong>del</strong> arca» de 1 Samuel 4:1–7:2. Sin embargo, 2<br />
Samuel 6 también recalca la importancia <strong>del</strong> arca para el reino que David estaba a punto de recibir y<br />
que se detalla en el próximo capítulo. La introducción <strong>del</strong> arca a Jerusalén, un enclave políticamente<br />
neutral cerca de la frontera entre Judá y las tribus <strong>del</strong> norte, fue importante para establecer la<br />
extensión <strong>del</strong> reino, sobre todo Israel.<br />
El nexo entre David, el reino y lo que la mayoría se complace en denominar el culto, no<br />
constituye un argumento a favor de <strong>una</strong> monarquía sagrada. 28 Esto se puede apreciar mejor al seguir<br />
el desarrollo de la narración acerca <strong>del</strong> arca.<br />
Éxodo 25:10–22 registra el proyecto de fabricar el arca, y Éxodo 37:1–9 narra la construcción<br />
por Bezalel. Durante la peregrinación en el desierto, el arca <strong>del</strong> pacto <strong>del</strong> Señor iba <strong>del</strong>ante de Israel<br />
para buscar un lugar de descanso durante el recorrido de tres días (Nm 10:33–34). Tan importante<br />
fue esta «caja» (’ a rôn; cf. el ataúd de José en Gn 50:26 y cofre de Joyadá en 2 R 12:9ss [10ss.] y 2 Cr<br />
24:8ss.) que el «Cantar <strong>del</strong> arca» igualó su presencia con la presencia de Yahvé:<br />
Cada vez que el arca se ponía en marcha, Moisés decía: «¡Levántate, SEÑOR! Sean dispersados tus enemigos;<br />
huyan de tu presencia los que te odian.» Pero cada vez que el arca se detenía, Moisés decía: «¡Regresa,<br />
SEÑOR, a la incontable muchedumbre de Israel!»<br />
Números 10:35–36<br />
Por otra parte, cuando Israel se atrevió a lanzar un ataque por su cuenta, y sin «el arca <strong>del</strong> pacto <strong>del</strong><br />
Señor», fue rotundamente derrotado (Nm 14:44). Aun así, la nación tuvo éxito cuando acompañó la<br />
marcha de Israel para pasar el Jordán (Jos 3–4) y alrededor de Jericó (Jos 6). Solo la pecaminosidad<br />
de Israel podía frustrar su eficiencia.<br />
Cuando quitaron el arca de Siló y los filisteos se la llevaron (1S 4–5), la única conclusión posible<br />
fue: Icabod, se fue la gloria de Dios. Sin embargo, la presencia de Dios fue demasiado potente para<br />
los filisteos; asi que devolvieron el arca a Bet Semes sin sufrir más juicio (1S 6) después que <strong>una</strong><br />
26<br />
Weinfeld, «Covenant of Grant» [Pacto de concesión], pp. 189–96. Nótese sus observaciones brillantes<br />
incluso acerca de la condición presunta en el Pacto mosaico, p. 195.<br />
27<br />
Más recientemente H. Neil Richardson, «The Last Words of David: Some Notes on II Samuel 23:1–7» [Las<br />
últimas palabras de David: Alg<strong>una</strong>s notas sobre 2 Samuel 23:1–7), Journal of Biblical Literature, 90, 1971, pp.<br />
259, 263. Richardson siguiendo F.M. Cross, <strong>Jr</strong>. (aunque ambos precavidamente) encuentra un nombre para<br />
El [Dios] en 2 Samuel 23. Lo traduce: «Su pacto el Eterno me hadado». Pero esto es <strong>una</strong> sugerencia muy<br />
improbable a la luz de lo desmañado que queda la expresión y la ausencia <strong>del</strong> nombre divino «Él» como se<br />
encuentra en Génesis 21:33.<br />
28<br />
Para <strong>una</strong> refutación de la monarquía sagrada, véanse Arthur E. Cundall, «Sacral Kingship—the Old<br />
<strong>Testament</strong>e Background» [La monarquía sagrada: el contexto <strong>del</strong> <strong>Antiguo</strong> <strong>Testament</strong>o], Vox Evangelica, 6,<br />
1969, pp. 31–41.<br />
http://es.scribd.com/Benami_77