Hacia una Teologia del Antiguo Testament - Walter C. Kaiser Jr_
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http://es.scribd.com/doc/97117904/<strong>Hacia</strong>-Una-<strong>Teologia</strong>-Del-<strong>Antiguo</strong>-<strong>Testament</strong>o-<strong>Walter</strong>-c-<strong>Kaiser</strong>-Hijo<br />
1:8–9. 35 ¡El misterio de este pasaje es que el «Dios», a quien el salmista se dirige, es Dios que<br />
nombrado por él mismo!<br />
El Salmo 72 recalca la justicia, bendición, perdurabilidad y extensión mundial <strong>del</strong> reino<br />
davidico. 36 Las palabras de 2 Samuel 23:1–7 sugieren el retrato <strong>del</strong> Salmo 72:6–7 <strong>del</strong> rey justo como<br />
el sol y la lluvia para sus subditos. A medida que florecen, también prospera lo ilimitado de su reino.<br />
Las bendiciones reales de los versículos 16–17 traen a la mente la teología de Génesis y las<br />
bendiciones de Moisés en Levitico 26 y Deuteronomio 28.<br />
El comentario más detallado acerca de 2 Samuel 7 se encuentra en el Salmo 89, otro salmo real.<br />
Luego de comentar extensivamente acerca <strong>del</strong> pacto de David en los versículos 3–4, 19–37, los<br />
versículos 38–51 lamentan la caída de la monarquía y ruegan que Dios siga siendo fiel a su promesa<br />
a David. El Salmo 101, otro salmo real, también pide la dirección de Dios para el gobernante elegido<br />
por Dios.<br />
Uno de los Salmos más citado en el NT es el salmo real 110. Aquí el salmista combina el<br />
sacerdocio y la realeza en el Mesías. Antes, se constituyó toda la nación como un reino de sacerdotes<br />
y <strong>una</strong> nación santa. Ahora la monarquía davídica se constituye de un rey-sacerdote según el orden de<br />
Melquisedec cuya vida e historia están en paralelo con el antiguo hombre de la promesa, Abraham.<br />
El cetro conquistador en las manos de un nuevo davidiano cumplirá con las profecías de Balaam, a<br />
saber, el reino conquistador aplastará todos sus enemigos.<br />
David se detuvo un día para reflexionar en la gran victoria que Dios le dio al viejo hombre de la<br />
promesa, Abraham, cuando se enfrentó a los cuatro reyes mesopotámicos (Gn 14) y ganó la batalla.<br />
En camino a casa, solo hizo un alto para pagar sus diezmos al sacerdote de Salem (¿Jerusalén?). Y al<br />
pensar en esto, David también se sintió renovado (Sal 110:7) como si hubiera bebido de un arroyo de<br />
agua fría. Esta promesa también le pertenecía y, por lo tanto, conocía el resultado de sus batallas,<br />
reino y dinastía como lo fue para Abraham.<br />
El Salmo 132 combina la llegada <strong>del</strong> arca a Jerusalén con el juramento que Dios hizo a David<br />
sobre su dinastía. En 2 Crónicas 6:41–42, que cítalos versículos 8–10, se demuestra que este Salmo<br />
estaba en uso en el tiempo de Salomón en la dedicación <strong>del</strong> templo y que el arca había terminado su<br />
larga travesía Ahora el reino sí estaba establecido por Dios porque el templo se terminó y la prenda<br />
de la presencia de Dios estaba en el templo de Salomón.<br />
El último salmo real es el 144 que sustancialmente se asemeja al Salmo 18. Después de recordar<br />
el patrón de la liberación por Dios, David cantará un «cántico nuevo» en la era venidera (Sal 96:1;<br />
98:1; 149:1; cf. Ap 5:9; 14:3).<br />
Es dudoso que estos salmos retraten, como pensó H.J. Krause, un festival real en Sión con <strong>una</strong><br />
procesión representando la entrada de Yahvé en Jerusalén para conmemorar el traslado <strong>del</strong> arca. Lo<br />
mismo se puede decir en cuanto a la escuela Uppsala y Sigmund Mowinckel con sus «salmos de<br />
coronación» que están mal traducido para leer «Yahvé se ha hecho rey» (Sal 47; 93; 96–99) en vez<br />
de la traducción correcta: «Yahvé reina.» Sin embargo, no hay nada sustancial en estos puntos de<br />
vista que afecten la teología de estos Salmos.<br />
Más importante aun es que lo que le pasa al rey, pasa al pueblo. Sus vidas están totalmente<br />
ligadas las <strong>una</strong>s a las otras. Cuando actúa con fi<strong>del</strong>idad y justicia, el resultado es prosperidad y<br />
bendición (Sal 18; 45:6–7; 101). Sin embargo, cuando Dios rechaza al rey, también el pueblo sufre el<br />
rechazo. Entonces el rey vino a ser el canal de las bendiciones y juicios de Dios. Así será con el<br />
35<br />
Véase el fino clásico, Oswald T. Allis, «Thy Throne, O God is For Ever and Ever» [Tu trono, oh Dios, es para<br />
siempre y por siempre], Princeton Theological Review, 21, 1923, pp. 236–66.<br />
36<br />
Véase Roland E. Murphy, «A Study of Salm 72(71)» [Un estudio sobre el Salmo 72{71}], Tesis para su<br />
doctorado en filosofía, Catholic University of America, 1948.<br />
http://es.scribd.com/Benami_77