20.09.2015 Views

Hacia una Teologia del Antiguo Testament - Walter C. Kaiser Jr_

  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

http://es.scribd.com/doc/97117904/<strong>Hacia</strong>-Una-<strong>Teologia</strong>-Del-<strong>Antiguo</strong>-<strong>Testament</strong>o-<strong>Walter</strong>-c-<strong>Kaiser</strong>-Hijo<br />

Hasta aquí el énfasis estaba en la palabra de bendición de Dios. Había un intento de conectar esta<br />

nueva fase de la teología con el énfasis prepatriarcal. Cinco veces Dios prometió su bendición en el<br />

corto espacio de dos versículos, pero Abraham iba a ser el centro de atención: iba a ser <strong>una</strong> gran<br />

nación, iba a tener un nombre famoso e iba a recibir la bendición de Dios y de todos los hombres.<br />

Hasta ahora, no hubo <strong>una</strong> referencia directa en Génesis 12:1–3 de <strong>una</strong> simiente ni de <strong>una</strong> presencia<br />

en las tiendas de Abraham como se prometió en Génesis 1–11. Ni hasta ahora hubo <strong>una</strong> referencia a<br />

un pacto (b e r ṯ) que Dios «haría» (kāraṯ: 15:18), «daría» (nāṯan: 17:2), «establecería» (hēq m: 17:7,<br />

19, 21) «juraría» a (nišba‘: 22:16). Como muestran las referencias, eso vendría más tarde en las<br />

revelaciones de Dios. Por ahora esta era <strong>una</strong> relación con un hombre que servía sobre la base de<br />

bendición para los pueblos de la tierra. Es sumamente interesante que la verdadera realización de <strong>una</strong><br />

promesa tal como llegar a tener carácter de nación tuviera que esperar durante varios siglos hasta que<br />

Israel fuera liberado de Egipto.<br />

Un heredero<br />

Cuando Yahvé apareció a Abraham, después que el patriarca llegó a Siquén, se revivió la antigua<br />

palabra acerca de <strong>una</strong> «simiente» y ahora se dirigió a Abraham (Gn 12:7). De aquí en a<strong>del</strong>ante la<br />

importancia de esta dádiva de un niño que heredaría las promesas y las bendiciones llegó a ser uno<br />

de los asuntos dominantes en la narrativa prepatriarcal. Aparece en 12:7; 13:15, 16 (bis); 15:13;<br />

16:10; 17:7–10, 13, 16, 19; 21:12; 22:17 (bis), 18; 24:7; 26:3–4 (ter), 24; 28:13–14 (bis); 32:12;<br />

35:12; 48:3–4.<br />

A Eva se le prometió «<strong>una</strong> simiente» y un individuo varón, al parecer de esa «simiente». Ahora<br />

se explica en detalles, con <strong>una</strong> especificación mayor, el progreso de esa revelación tanto en el<br />

aspecto corporativo como en el representativo de esta «simiente» prometida. Abarcaría un número<br />

tan grande que, de forma hiperbólica, rivalizaría con las estrellas <strong>del</strong> cielo y con la arena <strong>del</strong> mar. Sin<br />

embargo, esta simiente sería también otro «hijo», nacido primero a Abraham, cuando perdió toda<br />

esperanza de tener hijos y luego a su hijo Isaac y al hijo de Isaac, Jacob.<br />

Una línea de hijos representativos de los patriarcas que fueron considerados como los que<br />

constituían el grupo completo armonizaba con la idea seminal ya presentada en Génesis 3:15.<br />

Además, en el concepto de «simiente» había dos aspectos: la simiente como beneficio futuro y la<br />

simiente como los beneficiarios presentes de las dádivas temporales y espirituales de Dios. Por<br />

consiguiente, «simiente» siempre fue un nombre singular colectivo; nunca apareció como nombre<br />

plural (p.ej., como «hijos»). Por eso la «simiente» estaba marcada como <strong>una</strong> unidad, aunque con <strong>una</strong><br />

flexibilidad de referencia: ya a <strong>una</strong> persona o a muchos descendientes de esa familia. Este<br />

intercambio de referencia con su solidaridad colectiva implicada, era más que un fenómeno cultural<br />

o un accidente de descuido editorial; era parte esencial de su intención doctrinal.<br />

El drama de los obstáculos y frustraciones posibles que pudo haber bloqueado para siempre la<br />

intención divina, dio lugar aquí a gran parte de la narración histórica en esta era. Parece que la<br />

esterilidad fue la plaga que atacó con tenacidad a tres esposas de los patriarcas: Sara (Gn 16:1;<br />

17:15–21); Rebeca (25:21) y Raquel (30:1). La vejez fue otra amenaza en el caso de Abraham<br />

(17:17; 18:11–13). Los monarcas egipcios y filisteos casi roban las esposas de los patriarcas por<br />

causa de las mentiras temerosas de cada esposo (12:10–20; 20:1–18; 26:1–11). Sumado a esto vemos<br />

los efectos desastrosos <strong>del</strong> hambre (12:10), la hostilidad filial (32:7–8) y la matanza de los niños<br />

llevada a cabo por el faraón (Éx 1:22). Sin embargo, a través de todo ello el significado fue<br />

precisamente como Dios lo dijo a Sara en forma de pregunta: «¿Acaso hay algo imposible [en<br />

hebreo: h a yipālē’] para el SEÑOR?» (Gn 18:14).<br />

Ni siquiera contó el intento de Abraham de preservar esta simiente porque toda la vida de este<br />

niño (y de todos los que le siguieron) fue completamente un don de Dios. Por eso cuando Dios<br />

«probó» (nissâh) la fe de Abraham al pedirle que sacrificara a su único hijo —sí, el mismo sobre el<br />

cual descansaba todo el plan y la promesa de Dios— no objetó (Gn 22:1–10). Temió a Dios (v. 12) y<br />

http://es.scribd.com/Benami_77

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!