Hacia una Teologia del Antiguo Testament - Walter C. Kaiser Jr_
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http://es.scribd.com/doc/97117904/<strong>Hacia</strong>-Una-<strong>Teologia</strong>-Del-<strong>Antiguo</strong>-<strong>Testament</strong>o-<strong>Walter</strong>-c-<strong>Kaiser</strong>-Hijo<br />
días y mucho menos para las futuras generaciones? Creemos a Hans W. Wolf que identificó muy<br />
bien esa pieza perdida de teología en la doctrina <strong>del</strong> arrepentimiento. 28<br />
Arrepentimiento y bendición<br />
Jueces 2:7 comenzó con <strong>una</strong> nota ominosa: «Mientras vivió Josué, el pueblo sirvió al Señor.» Sin<br />
embargo, de allí en a<strong>del</strong>ante la historia fue la misma: «Hicieron lo que ofende al SEÑOR …<br />
abandonaron al SEÑOR … y siguieron a otros dioses … [entonces] el SEÑOR se enfureció contra los<br />
israelitas … y los entregó en manos de invasores que los saquearon» (Jue 2:11–12, 14). Entonces<br />
«clamaron al SEÑOR» (Jue 3:9; 4:3 cf. también con 1S 12:19). La miseria encontraría finalmente <strong>una</strong><br />
voz y, en su desesperación, Israel «volvería» (sub) al Señor.<br />
Las bases para este mandamiento se encuentran en Deuteronomio 30:1–10. Tres veces se repite<br />
la frase «volverse» (vv. 2, 8, 10). «Si vuelves al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu<br />
alma», Dios bendecirá a su pueblo otra vez.<br />
El uso profético más antiguo <strong>del</strong> término «arrepentirse», «volverse» al Señor, aparece en 1<br />
Samuel 7:3.<br />
Si ustedes desean volverse (šaḇ m) al SEÑOR de todo corazón, desháganse de los dioses extranjeros y de las<br />
imágenes de Astarté. Dedíquense totalmente a servir solo al SEÑOR, y él les librará <strong>del</strong> poder de los filisteos.<br />
Wolff encontró en 1 Reyes 8:46ss, «el vínculo más impresionante» con Deuteronomio 30:1–10,<br />
sobre todo en la frase poco común «volverse, arrepentirse» (hēš ḇ ‘el lēḇ: Dt 30:1b y 1R 8:47a; cf.<br />
también con 1S 7:3). Dos veces durante su oración de dedicación <strong>del</strong> templo, Salomón oró que Dios<br />
fuera misericordioso con Israel si este se arrepentía y «se volvía» a él (1R 8:46–53).<br />
De la misma manera 2 Reyes 17:13 sintetizó el mensaje «por medio de todos los profetas y<br />
videntes». Era simplemente «arrepentíos» (šuḇû):<br />
¡Vuélvanse (šuḇû) de sus malos caminos! Cumplan mis mandamientos y decretos, y obedezcan todas las leyes<br />
que ordené a sus antepasados, y que les di a conocer a ustedes por medio de mis siervos los profetas.<br />
Se pudo haber usado la misma palabra como el premio más alto dado a cualquier rey de Israel.<br />
Del rey Josías se dijo en 2 Reyes 23:25:<br />
Ni antes ni después de Josías hubo otro rey que, como él, se volviera (šāḇ) al SEÑOR de todo corazón, con<br />
toda el alma y con todas sus fuerzas, siguiendo en todo la ley de Moisés.<br />
Fue fiel al tipo davídico; aunque también fue fiel a los mandamientos sinaíticos. Aquí no hubo<br />
dualidad. Fue <strong>una</strong> y la misma cosa. En efecto, tan marcadamente diferentes en cuanto a moralidad y<br />
religión fueron las vidas de los reyes de Israel y de Judá que David y Jeroboán llegaron a ser<br />
mo<strong>del</strong>os de piedad e impiedad respectivamente. A cada rey <strong>del</strong> norte se le condenó porque anduvo<br />
en todos los «pecados que Jeroboán [hijo de Nabat] cometió e hizo cometer a los israelitas» (1R<br />
14:16; 15:26, 30, 34; 16:26; 22:52; 2R 3:3; 10:29, 31; 13:2, 6; 14:24; 15:9, 18, 24, 28; 23:15; cf.<br />
también 1R 12:30; 13:34; 2R 17:21–22). De cualquier buen rey de Judá se dijo: «Si andas por mis<br />
sendas como lo hizo tu padre David» (1R 3:3, 14; 11:4, 6, 33, 38; 14:8; 15:3, 5, 11; 2R 14:3; 16:2;<br />
18:3; 22:2).<br />
De todos los reyes de Israel y Judá, solo Ezequías y Josías recibieron <strong>una</strong> felicitación<br />
incondicional mientras que otros seis: Asá, Josafat, Joás, Amasías, Uzías y Jotán recibieron <strong>una</strong><br />
felicitación moderada. Los demás, sin cesar se burlaban de los mandamientos y con orgullo se<br />
negaban a arrepentirse.<br />
El arrepentimiento era la base para cualquier buena obra de Dios después de un tiempo de<br />
fracaso. Y el resultado de ese arrepentimiento era el «bien» (ṭ ḇ) que Dios les haría. <strong>Walter</strong><br />
28<br />
Hans <strong>Walter</strong> Wolff, «The Kerygma of the Deuteronomic Historical Work» [El kerigma de la obra<br />
deuteronómica histórica], The Vitality of Old <strong>Testament</strong> Traditions, coautores <strong>Walter</strong> Brueggemann y Hans<br />
W. Wolff, John Knox Press, Atlanta, GA, 1975, pp. 83–100.<br />
http://es.scribd.com/Benami_77