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Hacia una Teologia del Antiguo Testament - Walter C. Kaiser Jr_

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http://es.scribd.com/doc/97117904/<strong>Hacia</strong>-Una-<strong>Teologia</strong>-Del-<strong>Antiguo</strong>-<strong>Testament</strong>o-<strong>Walter</strong>-c-<strong>Kaiser</strong>-Hijo<br />

Emanuel!, cubrirán la anchura de tu tierra») y como el esperado ungido de la casa de David en 9:6–<br />

7[5–6] («se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin»). También Isaías, como su<br />

contemporáneo Miqueas, presupone en todas partes que un período de juicio debe preceder la<br />

gloriosa Era Mesiánica Así que cualquiera que sea esta señal y el nacimiento, no puede ser la<br />

culminación de los «últimos días».<br />

¿Quién entonces era este niño? Su dignidad mesiánica excluye por completo la idea de que<br />

podría ser hijo de Isaías nacido de alg<strong>una</strong> doncella recién casada con el profeta después que la madre<br />

de Sear-jasub al parecer murió. Todavía menos probable es <strong>una</strong> referencia a cualquier doncella<br />

casadera o alg<strong>una</strong> doncella en particular en el tiempo de la proclamación de esta profecía, ya que el<br />

profeta definitivamente dijo «la virgen». Es preferible entender que sea hijo de Acaz mismo, cuya<br />

madre Abí, hija de Zacarías, se menciona en 2 Reyes 18:2, a saber, su hijo Ezequías. Es bien sabido<br />

que esta era la interpretación judía más vieja, pero también se supone que Ezequías no podría ser la<br />

señal profetizada de 7:14 ya que en las presentes cronologías ya debía tener nueve años de edad en<br />

ese tiempo (alrededor de 734 a.C.). Ese último punto debe estudiarse en detalles antes de adoptarse.<br />

La cronología de Israel y Judá se aseguró muy bien con <strong>una</strong> excepción menor: <strong>una</strong> dificultad de diez<br />

años en el gobierno de Ezequías. Sin argumentar el punto en este momento, me gustaría con audacia<br />

sugerir que solo Ezequías satisface todas las demandas <strong>del</strong> texto de Isaías y, además, demuestra<br />

cómo podría ser parte de esa culminante persona mesiánica que podría completar todo lo que se<br />

predijo en esta profecía de Emanuel. Solamente en esta, la más reciente porción en la promesa<br />

abrahámica-davídica, podría verse cómo Dios aún estaba «con» Israel en todo su poder y presencia.<br />

En Isaías 9:6, a este recién nacido hijo, quien viene a ser el climax de la línea de David, se le da<br />

<strong>una</strong> serie de descriptivos epítetos. Es «Aclmirable», «Consejero», «Dios fuerte», «Padre Eterno» 16 y<br />

«Príncipe de Paz». Estos cuatro nombres representan, respectivamente: (1) la victoria debida a sus<br />

sabios planes y gran destreza en batalla; (2) el irresistible conquistador (cf. 10:21); (3) el paternal<br />

gobierno <strong>del</strong> Mesías y su divino atributo de eternidad; y (4) el eterno y pacífico reino <strong>del</strong> Mesías. Su<br />

gobierno y la paz durante su régimen no conocerían fronteras porque establecería su reino en justicia<br />

y rectitud para siempre jamás (Is 9:7). Único entre las descripciones de paz que se observarán<br />

durante esa era es el cuadro de toda la naturaleza en descanso y libre de hostilidad (11:6–9). Una vez<br />

más, hay <strong>una</strong> gráfica predicción de restauración a la tierra de ambos, el norte y el sur «en ese día»<br />

(vv. 10–16). Y <strong>del</strong> tocón <strong>del</strong> padre de David, Isaí, saldría aquel «retoño» <strong>una</strong> «rama» (nēzer) sobre<br />

quien el séptuplo don <strong>del</strong> Espíritu <strong>del</strong> Señor reposaría mientras gobierne y reine recta y<br />

sublimemente (vv. 1–5). Todo el cuadro de la futura persona y obra <strong>del</strong> Mesías se vertió en términos<br />

de la promesa davídica como un resplandeciente estímulo a Israel.<br />

El Señor de la historia<br />

El plan y propósito de Yahvé incluía toda la tierra con sus naciones. Estas surgían y caían según<br />

ese plan (Is 14:24–27). Sin embargo, el orgullo nacional se exaltó y motivó por <strong>una</strong> agresión<br />

imperialista, de modo que pronto se les recordó a estas naciones que no podrían continuar con su<br />

crueldad. Aunque eran instrumentos de juicio que Dios ordenó y dirigió a Israel, no podían quemar,<br />

matar ni destruir a voluntad a quienes quisieran porque, en ese caso, Yahvé les recordaría otra vez<br />

que eran sus simples hachas. El hacha no debía pretender ser igual al que la utilizaba, como la sierra<br />

tampoco era mayor que el que la usaba (Is 10:15). Así Asiría aprendería que servía a la complacencia<br />

<strong>del</strong> Dios vivo, no a la suya propia.<br />

Las profecías sobre <strong>una</strong>s diez naciones se compilaron en Isaías 13:22. La más impresionante de<br />

todas es Isaías 19. Es <strong>una</strong> carga contra Egipto donde el Señor mismo enjuiciará al gobierno de Egipto<br />

16<br />

No es «Padre de botín» que no correspondería con el permanente atributo de «Príncipe de Paz», más bien,<br />

el hebreo ‘aḇ ‘aḏ es «Padre de Eternidad» como ‘aḏ significa en Génesis 49:26, Isaías 57:15 y Habacuc 3:6.<br />

http://es.scribd.com/Benami_77

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