Hacia una Teologia del Antiguo Testament - Walter C. Kaiser Jr_
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http://es.scribd.com/doc/97117904/<strong>Hacia</strong>-Una-<strong>Teologia</strong>-Del-<strong>Antiguo</strong>-<strong>Testament</strong>o-<strong>Walter</strong>-c-<strong>Kaiser</strong>-Hijo<br />
lealtad y adoración <strong>del</strong> creyente, como concluye R.N. Whybray. 11 Así le dijo Abdías a Elías, «que<br />
yo, su servidor, he sido fiel al SEÑOR desde mi juventud» (1R 18:12).<br />
Cuando venimos a los libros y salmos sapienciales, el temor <strong>del</strong> Señor viene a ser la esencia <strong>del</strong><br />
conocimiento y sabiduría de Dios. A pesar de que esta frase aparece apenas más de dos docenas de<br />
veces aparte de las formas sufijas tales como «tu temor» o las declaraciones verbales, sus<br />
ubicaciones son extremadamente estratégicas y frecuentemente sirven al propósito total para escribir<br />
algunos de estos libros. En Proverbios 1:7 funciona como el tema para todo el libro, mientras que en<br />
Eclesiastés 12:13, 14 funciona como la suma total <strong>del</strong> argumento de todo el libro (cf. también Ec<br />
7:18; 8:12). De igual modo en Job 28:28 se culmina de manera espectacular todo el poema sobre<br />
sabiduría, el cual en sí mismo estuvo localizado como el centro de todo el tormentoso debate. Antes<br />
que ver a Job 28 como la inserción de <strong>una</strong> interrupción en la corriente <strong>del</strong> argumento entre Job y sus<br />
amigos, debe verse como el intento <strong>del</strong> escritor de dar a sus lectores <strong>una</strong> reveladora perspectiva en<br />
medio de tanto discurso vacío de divina sabiduría. Así que, en tres de los cuatro libros sapienciales el<br />
temor de Dios/Señor fue de importancia crítica para su comprensión.<br />
Además de su presentación como el lema <strong>del</strong> libro de Proverbios, el «temor <strong>del</strong> Señor» aparece<br />
trece veces más en ese libro: 1:29; 2:5; 8:13; 9:10; 10:27; 14:26–27; 15:16, 33; 16:6; 19:23; 22:4 y<br />
23:17. Además de esto, uno también debe considerar las formas verbales en 3:7; 14:2; 24:21 y 31:30.<br />
Tal temor fue el «principio» (rē’š ṯ, Pr 1:7) <strong>del</strong> conocimiento, el «primer principio (t e hilâh, 9:10)<br />
de sabiduría. Cuando los hombres estaban debidamente relacionados con Dios, estuvieron en <strong>una</strong><br />
relación idónea para entender los objetos y el mundo mismo.<br />
Cuando los hombres temían al Señor, también evitaban el mal (Sal 34:11, 14; Job 1:1, 8; 2:3;<br />
28:28). En realidad, odiaban el mal (Pr 3:7; 16:6) y caminaban en rectitud (14:2) y no en iniquidad<br />
(16:17). El resultado de este tipo de vida fue un incremento en longevidad (10:27), riquezas y honor<br />
(22:4), y seguridad y protección (14:26; 19:23). La relación de bendición y vida santa con el temor<br />
de Dios no era accidental.<br />
En los Salmos también se podían identificar con facilidad a los creyentes temerosos de Dios de<br />
los que no temían a Dios. Estas eran las personas consagradas y rectas en la congregación <strong>del</strong> Señor<br />
(Sal 34:7, 9[8, 10], también en los salmos no penitenciales como 25:12, 14, 33:18; 103:11, 13, 17;<br />
145:19). Es hombre que guarda la ley de Dios y medita en ella de día y de noche (19:7–14; 112:1;<br />
119:33–38, 57–64). Alaba el nombre de Yahvé (22:22–23) y el favor de Dios reposa en él (33:18;<br />
103:13; 147:11).<br />
Eclesiastés también se une para crear un punto similar: Dios creó al hombre de tal manera que<br />
aparte de un conocimiento personal <strong>del</strong> Dios viviente, v.g., un temor de él, cualquier otra cosa sería<br />
inadecuada (Ec 3:14). Sin embargo, le iría bien a los que temieran a Dios (8:12) y vendrían<br />
victoriosos después de tomar posesión de la verdadera sabiduría mientras rechazaban el mal (7:18).<br />
Aun la adoración de estos hombres reflejaría su condición de temerosos de Dios (5:1–7). En efecto,<br />
esto era la integridad y totalidad de estos hombres y mujeres: temerían a Dios y guardarían sus<br />
mandamientos. Ese era todo el propósito de escribir Eclesiastés (12:13).<br />
Puede, entonces, decirse con certeza que el temor <strong>del</strong> Señor fue el concepto predominante y<br />
principio teológico organizador en la literatura sapiencial. Fue la respuesta de la fe a la divina<br />
palabra de promesa y bendición tal como actuó en los días de Abraham y Moisés.<br />
Sin embargo, aquí hubo mucho más que <strong>una</strong> simple respuesta de fe, creencia, obediencia y<br />
adoración. Era el acceso a la comprensión y disfrute de la creación. 12 Una de las bendiciones de Dios<br />
J. Bamberger. «Fear and Love of God in the Old <strong>Testament</strong>» [Temor y amor a Dios en el <strong>Antiguo</strong><br />
<strong>Testament</strong>o], Hebrew Union College Annual, 6, 1929, pp. 39–53.<br />
11<br />
R. N. Whybray, Wisdom in Proverbs [Sabiduría en Proverbios], SCM, Londres, 1965, pp. 96–97.<br />
12<br />
Zimmerli, «Place and Limit». pp. 146–58.<br />
http://es.scribd.com/Benami_77