Hacia una Teologia del Antiguo Testament - Walter C. Kaiser Jr_
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http://es.scribd.com/doc/97117904/<strong>Hacia</strong>-Una-<strong>Teologia</strong>-Del-<strong>Antiguo</strong>-<strong>Testament</strong>o-<strong>Walter</strong>-c-<strong>Kaiser</strong>-Hijo<br />
prometió bendecirlos. Los dones de Dios cayeron en dos grupos: (1) la inmediata bendición de <strong>una</strong><br />
tierra productiva (vv. 19–27); y (2) la promesa de un futuro derramamiento <strong>del</strong> Espíritu Santo sobre<br />
toda carne (2:28–32 [3:1–5]). Bendición, entonces, venía a ser parte <strong>del</strong> contenido de ese «día».<br />
Entretanto, el resto <strong>del</strong> relato <strong>del</strong> día <strong>del</strong> Señor era muy similar al de Abdías. Fue «como<br />
devastación de parte <strong>del</strong> Todopoderoso» (1:15–16), «día de tinieblasy oscuridad», «nubes y densos<br />
nubarrones» (2:2), «grande y terrible. ¿Quién lo podrá resistir?» (v. 11).<br />
Sin embargo, el día <strong>del</strong> Señor era más que juicio. Era un tiempo de liberación para todos los que<br />
invocaran el nombre <strong>del</strong> Señor (2:32, acompañado por señales cósmicas proclamando su llegada (vv.<br />
30–31). Y como ya se indicó, estaba caracterizado por el derramamiento <strong>del</strong> Espíritu de Dios sobre<br />
toda carne (vv. 28–29).<br />
El tiempo para el derramamiento <strong>del</strong> Espíritu se dejó indefinido «después de esto» (’aḥ a rê ḵēn).<br />
Desde luego, el «después de esto» podría referirse hacia atrás a 2:23b, donde la lluvia temprana y<br />
tardía vendría «como en tiempos pasados» (bāri’š n); entonces algo más tarde «después de esto» se<br />
derramaría el Espíritu. Nótese, sin embargo, que en 2:29 [3:2] se repite la frase inicial de 2:28<br />
(derramaré mi Espíritu) con solo un mínimo cambio: «en esos días» (bayām m hāhēmâh). Por lo<br />
tanto, el significado escatológico que el apóstol Pedro da a estos versículos en el día de Pentecostés<br />
debe encontrarse en 2:29 en lugar de 2:28. Este derramamiento no podría ser en un futuro inmediato<br />
ya que el versículo 26 presenta el cuadro de un período de pacífica prosperidad que precede a alg<strong>una</strong><br />
crisis mundial presentada en el versículo 28. 12 Cuando Pedro cita este pasaje en el día de Pentecostés,<br />
sitúa esta bendición «en los últimos días» (en tais eschatais hēmerais, Hch 2:17). Tal visión de la<br />
duración <strong>del</strong> tiempo escatológico empezando con la era cristiana y extendiéndose hasta la segunda<br />
venida de Cristo se encuentra en pasajes <strong>del</strong> NT (p.ej, Heb 1:1–2; 1P 1:20; 2 P 3:3). Además, el<br />
mismo fenómeno de tener hechos cercanos y distantes, o múltiples cumplimientos siendo todos parte<br />
de la única verdadera intención <strong>del</strong> autor, aparece en la visión de Abdías <strong>del</strong> día <strong>del</strong> Señor con su<br />
más inmediata victoria sobre Edom y la distante victoria total <strong>del</strong> reino de Dios. Asi que Pentecostés<br />
fue parte <strong>del</strong> día <strong>del</strong> Señor. Habría, sin embargo, todavía otro día final, si no muchos en el medio,<br />
cuando Dios derramaría su Espíritu como lluvia «sobre toda carne» (cf. Jl 2:23).<br />
Entonces, ¿qué tan extensiva sería esta sobrenatural bendición de su Espíritu? Por lo general,<br />
cuando el AT usa «toda carne» (kol bāsār), significa toda la humanidad (Gn 6:12–13; Sal 145:21,<br />
passim, RVR). En este contexto presente la frase «tus hijos y tus hijas», según algunos,<br />
definitivamente lo limitaría a todos los judíos. 13 Esto no es <strong>del</strong> todo cierto. Lo que sí es cierto es que<br />
la diferencia de edad (joven y anciano), sexo (hijos e hijas), de posición (siervos y siervas) no<br />
afectaría la universalidad de este don <strong>del</strong> Espíritu. De modo que, lo que Moisés mencionó <strong>una</strong> vez<br />
como solo un deseado ideal para cada israelita en Números 11:29, sería ahora visto en realidad. En<br />
aquel día Israel no solo serviría al Señor como un reino de sacerdotes (Éx 19:6), sino también como<br />
profetas. Sin duda, este beneficio iría más allá de los judíos, aun como más tarde el apóstol Pablo vio<br />
su aplicación en Romanos 10:12–13, a toda la humanidad.<br />
Además de las lluvias <strong>del</strong> Espíritu de Dios sobre toda carne, cielos y tierra se convulsionarían<br />
con poderosas señales similares a la gran liberación de Egipto cuando Dios envió las plagas de<br />
12<br />
Von Orelli, Old <strong>Testament</strong> Prophecy, p. 205, n.<br />
13<br />
Como Allen, Libros, p. 98, n. 10 comentó, las traducciones [al inglés] de JB y NEB, «toda la humanidad»,<br />
fueron indebidas, de ahí el asombro en Hechos 10:45 de un Pentecostés gentil. En Ezequiel 39:29 Dios<br />
específicamente prometió «derramar mi Espíritu sobre Israel». Sin embargo, ¿no son las dos expresiones<br />
diferentes sin ser mutuamente exclusivas la <strong>una</strong> de la otra? Es interesante notar que Pablo aplica nuestro<br />
pasaje al llamado universal <strong>del</strong> evangelio en Romanos 10:12–13.<br />
http://es.scribd.com/Benami_77